Dos años de espera sin un disco de Kendrick Lamar eran suficientes. Es por eso que el rapero comenzó desde hace unas semanas con algunos misteriosos preparativos para anunciar al sucesor de To Pimp a Butterfly, y de paso dejar en claro que el hip hop se encuentra en su mejor momento.
Todo comenzó con el estreno de “The Heart Part 4” –la continuación de una serie de temas que había sido pausada desde 2012– con protestas a Donald Trump, historias de basquetbol y el anuncio de que debíamos esperar al 7 de abril para tener “todo en conjunto”. Pero una vez que llego la fecha marcada, únicamente reveló la lista de colaboraciones con nombres como James Blake, Rihanna y hasta U2 (la primera vez de Bono incursionando en este género). El hype no podía estar completo sin el primer adelanto y es por eso que Kendrick se convirtió en el papa, recreó la última cena y se prendió fuego en la cabeza para el increíble video de “HUMBLE” (la única pieza cuyo nombre aparecía en el soundtrack oficial, mientras que las demás sólo eran identificadas por números).
Esta vez, la prioridad de Kendrick Lamar fue enfocarse en su comunidad (entre otras cuantas que se encuentran en problemas) y regresar a sus raíces, para plasmar todo en su nuevo e inesperado álbum llamado DAMN. Un total de 55 minutos divididos en 14 canciones que tocan la situación política actual de Estados Unidos, problemas del barrio, deportes, incluso le dio tiempo de atacar a Fox News después de unos cuantos comentarios negativos en 2015.
Aunque no se nos hizo escuchar a Bono rapear, la colaboración con U2 marca grandes cambios de ritmos (sin abusar de los invitados especiales), además del paseo por las rimas violentas y partes suaves con arreglos elegantes que dan sabor a las piezas del álbum. Mientras esperamos a que Kendrick salga a contar las historias detrás de este trabajo, aquí les dejamos uno de los discos más esperados del año para que puedan disfrutarlo en su totalidad.