Una de esas bandas que sus primeros fans nunca imaginaron ver en vivo (al menos no en México), se presentó por cuarta vez en nuestro país. The Jesus and Mary Chain volvió para ofrecer una presentación (casi) tan legendaria como de aquella de 2008, cuando por primera ocasión reventaron oídos en territorio mexicano.
Seeeeee, el setlist fue muy similar al del hace un año, en el Corona Capital… pero no hay comparación entre ver a los liderados por Jim Reid con gente que va exclusivamente a ver a una banda, a estar rodeado de güeyes que se la pasan platicando y quejándose de que “es que el vocalista no interactúa con el público”. Pues no. Es shoegaze del fino. Ejecutado por músicos viendo (y mandándote) al infinito.
La primera en sonar para romper los silbidos de uno que otro fan impaciente que no se calmaba ni con “The Killing Moon” de Echo and the Bunnymen fue “Amputation”. Potente y coreable… sin embargo muy “limpia” para lo que acostumbra The Jesus and Mary Chain, pero bueno, se trata de una canción de un disco del 2017 (y tampoco estábamos ante My Bloody Valentine), así que se entendió. Aún, había que meterle un poquito de mugre al asunto y siguió “April Skies” y la primera joya de la noche: “Head On”. Makes you want to feel, makes you want to try / Makes you want to blow the stars from the sky”. Ufffff…
Varias del Automatic, disco de 1989, nomás para que calculen que tan recorridos están los hermanos Reid y compañía (“Blues From a Gun”, “Between Planets”, “Halfway to Crazy” y “Head On”), pero más del reciente Damage and Joy: “War on Peace”, “All Things Pass”, “Mood Rider” y “Amputation”… claro, las más esperadas fueron las de su obra maestra del 87, Psychocandy. Y ahí sí, pura destrucción de tímpanos con la guitarra de William Reid que por veces se escuchaba más como una motosierra. Pero así nos gusta, incluso por ahí se oían gritos de “¡Súbanle más!”
De su disco que en 2015 cumplió 30 años (con su respectivo concierto en México, en el que lo ejecutaron completito), The Jesus and Mary Chain tocó “The Living End”, “In a Hole”, “Taste of Cindy”, “Never Understand” y, por supuesto, “Just Like Honey”, la cual sirvió para su primer y único encore. Como ya es costumbre, esta que es –quizás– la canción más conocida de la banda escocesa, fue acompañada con la angelical voz de esa misteriosa mujer que, así como aparece y se planta del lado izquierdo del escenario, desaparece.
Pero antes de eso, estuvo el punto más alto del concierto. La canción que mezcla perfectamente la psicodelia bailable del sonido Madchester con lo atascado y viajado del shoegaze, todo mientras se grita una y otra vez los deseos de morir: “Reverence”.
Nada de luces especiales, nada de visuales. Sólo la banda sobre el escenario, con Jim Reid que se apoyaba en el pedestal del micrófono como si estuviera a punto de desmayarse… o como si ya estuviera hasta la madre de todo. Quizás más lo último, aunque no por motivos en especiales. Así siempre ha sido, desde aquellas míticas primeras tocadas en las que “dicen” que, sin motivo alguno, terminaba todo después de aventarse sólo 15 minutos de show. Uno que otro “gracias” entre canción y canción. Todo terminó con el nada conocido himno “I Hate Rock n’ Roll”. Sí, igual que en el Corona del 2018… aunque esta vez el reverb parecía infinito y, ahora sí, The Jesus And Mary Chain dejó al respetable con el zumbido a los oídos. Atascado y mugroso, pero melodioso. Como debe de ser.
Setlist
Amputation
April Skies
Head On
Blues from a Gun
Mood Rider
Black and Blues
Far Gone and Out
Between Planets
Taste of Cindy
The Living End
Never Understand
All Things Pass
Some Candy Talking
Halfway to Crazy
Reverence
Encore
Just Like Honey
Cracking Up
In a Hole
War on Peace
I Hate Rock n’ Roll