A veces hasta el ser más prodigioso puede tener una crisis. Los artistas, como hemos visto a lo largo de la historia, usualmente están atormentados por la existencia misma, por la vida y todas esas complejidades de un mundo en el que no encuentran su lugar. Muchas veces de ahí es de donde sale la inspiración y, a partir de esto, aquellos dotados de talento crean cosas maravillosas que generan cierto efecto en los otros. Una obra de arte no es aquella que se crea para ser comprendida por todos, sino para generar un efecto incluso cuando no se logra descifrar. James Blake, por ejemplo, es uno de los artistas actuales cuya música ha trascendido las barreras de Reino Unido. Desde el lanzamiento de su álbum homónimo en 2011 adquirió una gran popularidad al punto de encabezar los lineup de importantes festivales como Coachella, Lollapalooza y Primavera Sound, por mencionar algunos. Sin embargo, a dos años de haber lanzado The Colour in Anything, ahora se ha abierto a sus problemas mentales, a sus tendencias suicidas y ha demostrado que como cualquier otra persona o artista, vive atormentado por sus pensamientos y ansiedades.
James fue invitado al simposium de Performing Arts Medicine Association (PAMA, por sus siglas en inglés), en Orange County, California, para hablar sobre el cuidado de la salud de los músicos, bailarines y actores. Durante el panel llamado “You Got This: Managing the Suicide Crisis in the Arts Population” (Puedes con esto: Manejando las crisis suicidas en las artes de la población), Blake habló sobre sus propias experiencias con la depresión y ansiedad durante sus primeras giras.
De acuerdo a su ponencia, Blake incluso experimentó pensamientos suicidas debido a su vida en los tours, en el camino que no tenía final y en el cual se encontraba solo. “Me fue arrebatada mi vida normal esencialmente cuando estaba en una edad en la que estaba a mitad de formación (o madurez)”, dijo el cantante británico.
Es importante mencionar que James comenzó su carrera dentro de la música a los 21 años. Una edad que bien podría ser considerada como “muy joven”, especialmente si alcanzas el éxito en un abrir y cerrar de ojos. “Tu conexión con otras personas se convierte en algo superficial. Así que si solamente estás en un lugar por un día y alguien te pregunta cómo estás, solo te enfocas en lo bueno… que generalmente no involucra cuán ansioso te puedes sentir o cuán deprimido puedes estar”, explicó.
Otra cosa que también explicó James fueron sus malos hábitos alimenticios, los cuales son algo “normal” en las bandas o músicos que están de gira. Esto, además de perjudicar la salud, también es un detonante para las enfermedades mentales. Al menos así lo explicó él: “Diría que el desbalance químico debido a la mala alimentación y al deterioro de mi salud fue un gran, gran factor para mi depresión y pensamientos suicidas. Desarrollé intolerancia con ciertos alimentos que al final me dirigían a una depresión. Comía ciertas cosas y luego todo el día pensaba que la vida no valía la pena”.
PAMA es una organización creada en 1980 como parte del Aspen Music Festival que originalmente se centraba en problemas de salud de los artistas de música clásica. Posteriormente expandió su misión a cualquier tipo de músicos y artistas de todos los géneros y disciplinas.