Es fácil abrir internet y encontrar talentos jóvenes que están en la cima de la fama gracias a su dominio de algún arte específico, con personas que los ven como futuros íconos para millones de niñas, niños y adolescentes. La presión los lleva a distraerse hacia la moda, actuar en películas o brincar de patrocinio en patrocinio, dejando a un lado lo que nos interesa: la música.
Afortunadamente, también tenemos aquellos jóvenes obsesionados únicamente con el lenguaje musical, de dónde viene, a dónde va y cómo es que se subirán a la historia de esta forma expresión artística. Este es el caso de un inglés llamado Jacob Collier que comenzó en YouTube, como el medio ideal para que el mundo lo conociera, con este clásico reversionado a capella:
Con una genialidad temprana, Jacob Collier fue autodidacta en piano, contrabajo y batería, tras haber abandonado las clases de violín que su madre, académica de la Academia Real de Música de Londres, le daba de muy pequeño. Después de eso, al entrar a la academia a los 18 años, la abandonaría después de dos años de clases, pues se dice que se aburrió.
Apenas con veinticinco años, Collier es un multi-instrumentalista londinense que ha sido guiado por mentores legendarios como Quincy Jones de manager, Herbie Hancock como amigo cercano y Hans Zimmer en lo que concierne a trabajar música para películas, y hasta Chick Corea como mentor. Vaya club para formarse, con aliados que le han mostrado lo que saben de ser músico y generadores de clásicos atemporales.
Al ser un prodigio del jazz, es raro que Jacob también se mueva con tanta pasión en el pop complejo y extravagante que produce, sin quedarse en un género y explorar desde el R&B hasta epifanías que van más allá de las categorías, como la que hizo junto a Steve Vai, quien inclusive reconoció que verlo en vivo tocando en Los Ángeles ha sido el concierto que más lo ha sorprendido en su vida:
El más grande fan de Stevie Wonder
Autoproclamado como el más grande fan de Stevie Wonder –inclusive cuando ganó su primer Grammy, se lo dedicó a él–, Jacob Collier entrega desde ese video y hasta hoy, una construcción de armonías que crea un bloque sonoro que hipnotiza por lo sólido que se escucha lo que crea con decenas de grabaciones de su voz.
Justamente, como en esta interpretación del tema de los Picapiedra, canción que jamás pensamos podría sonar tan compleja y rica, tan solo con un adolescente de rango vocal tan extenso y una melódica:
Es tan fan de la música que tiene un raro equilibrio entre los covers que ha maquilado y sus producciones originales, y además, se da el lujo de no parar de hablar de música, impartir cursos y frecuentemente darle más importancia a escuchar la música que a aprender la teoría detrás de ella.
Claro, si logras dar una explicación de armonías desde un niño a Herbie Hancock con esta facilidad, no necesitas más libros:
En una tarea titánica que pareciera imposible, resulta que grabó un disco simultáneo repartido en cuatro volúmenes, titulado simplemente Djesse. Su meta es reunir a más de treinta colaboradores para plasmar todos los géneros que existen en este planeta y bastantes canciones que son la frontera entre categorías.
Claro que su magia no termina en el estudio, ya que usa también al público en vivo para envolverlos en la creación de música, dándoles una nota, para que la construcción de canciones cuente con miles de gargantas más, como en este concierto en Toronto:
Y justamente, acaba de salir a la luz Djesse Vol. 3, la penúltima entrega de su tetralogía, en la que reúne músicos increíbles, como Kimbra, Daniel Caesar, Tori Kelly, y Rapsody. En este tema del tercer álbum, vemos cómo juega con su voz, la producción y edición nos hace agradecer que gente como Jacob Collier cuente con herramientas de este siglo para hacer esto:
La adicción de Jacob a la música se explica al ver su estudio casero, que dio título a In My Room, su primer disco, y que apenas hace unos días fue sede de un concierto en casa, acompañado por decenas de instrumentos que domina:
Sin buscar la fama inmediata o tener romances públicos (y dramáticos), Jacob Collier atrae nuestros oídos únicamente por ser un generador de música con todos los medios que tiene disponibles. La culminación de Djesse lo acerca un peldaño más al status de leyenda, junto con constatar algún día en vivo la locura que es verlo recorrer cada instrumento sobre el escenario.
Deléitense y prepárense para una buena dosis de música de la más alta calidad: