Jack White lanza el primero de dos discos que planeó sacar para este año, sucesores de Boarding House Reach (2018), un disco que ya daba indicios de hacia dónde estaba llevando la experimentación en su proyecto solista, que se concreta en Fear Of The Dawn, alejándose de ser un revival del garage para tomar percusiones electrónicas y progresiones de sintetizadores siempre lideradas por su guitarra y su voz.
Sabemos que Fear of the Dawn y Enter Heaven Alive funcionan como dos episodios distintos de su producción musical: el primero será estridencia y distorsión, mientras que el segundo se enfocará en lo tenue y acústico. Estos dos lados de White han convivido desde que lo conocimos con The White Stripes, con quienes lanzó joyas en estos dos ámbitos.
Sobra decir que Jack White compone, produce y es el único con créditos en todas las rolas, salvo en “Hi-De-Ho”, donde colabora con el legendario Q-Tip y samplea a Cab Calloway. En toda su excentricidad, el originario de Detroit tiene una obsesión por controlar cada elemento de las canciones, mezcla, master, y como sabemos, hasta la maquila de los viniles
Mismo proyecto, nuevos sonidos
White ha sido bastante celoso del protagonismo de su guitarra a lo largo de sus discos solistas, por lo que hasta ahora había sumado únicamente violines, piano y algún otro instrumento de cuerdas para acompañar su instrumento principal, salvo en Boarding House Reach, pero esto cambia absolutamente en todo el Fear Of The Dawn, en el que se atreve aún más, y expande su alcance de géneros, llegando inclusive por momentos a tener guiños con el nu-metal o el dub.
Progresiones en sintetizadores que dialogan con su guitarra (“Taking Me Back”, “Eosophobia”, “Eosophobia – Reprise”), beats y rap (“The White Raven”, “Hi-De-Ho”), y hasta un theremin (“Fear of the Dawn”), ahora se integran para responderla a los sonidos peculiares que Jack White puede sacar de su guitarra.
Esto es un cambio que te mantiene pendiente de qué nueva sorpresa incorporará White, y aunque tiene rolas que carecen de estos nuevos elementos, la integración se da de forma natural en una extravaganza de rock distorsionado, que le da la bienvenida a todo lo que sume a la estridencia.
La versión lograda de rock progresivo de Jack White
En Boarding House Reach, White modificó bastante su sonido, apuntando a hacer rolas más largas que contaran con introducciones, interludios y puentes con elementos nuevos, pero no contamos con tanta claridad de lo que estaba intentando, lo que desorientó a bastantes seguidores del guitarrista.
Ahora, tenemos una versión mucho más lograda de esa visión inicial concebida para Boarding House Reach, y se entiende esa antesala cuando llegamos a rolas que son toda una muestra de excentricidad como “Into the Twilight”, que sorprende compás tras compás, desde una apertura sintetizada con silbidos y voces armonizando, para continuar con sonidos en reversa, sintetizadores, órgano y hasta percusiones a manera de una gota que cae, detalles que van perfecto en una canción tan desconcertante pero atractiva.
Invocando por momentos la guitarra descontrolada de Tom Morello con efectos rarísimos, Jack mantiene sus ideales personales casi intactos, porque aunque pareciera que la presencia digital es fuerte en este disco, lo cierto es que los sonidos que se emiten, y las distorsiones que se implementan son, en su mayoría, producto de instrumentos análogos, resultado de su parte de científico loco en el taller de Third Man Records.
La fábrica de riffs sigue abierta
Aunque ya nos dejó ver algo de lo que escucharemos en Enter Heaven Alive, Jack dejó para Fear Of The Dawn rock puro y duro, a base de sus imaginativos riffs, puentes y solos distorsionados que crea, parece ser, con mucha facilidad.
Destacan “Into the Twilight”, “Esosophobia”, “That Was Then, This is Now” y “Morning, Noon and Night”,ésta última quizás la más apegada a sus inicios dentro del revival del garage rock con el que se dio a conocer en The White Stripes.
Haciendo una comparación con la discografía de The White Stripes, este álbum es equiparable con Icky Thump, en donde el dúo exploró sus propios límites e incorporó sonidos que antes no habían utilizado hasta ese entonces.
Letras tan intensas como la música
Como Jack White no es mediocre en nada, las letras que contiene esta entrega también son intensísimas, cargadas de referencias y con temas que no son fáciles de poner en una canción. Con su permanente interés en conflictos existenciales, White se aprovecha de la idea rectora del miedo al amanecer en la rola homónima y en “Eosophobia”, pero también deja ver su obsesión con su propia mortalidad, por ejemplo, al decir “Si muero mañana, ¿Qué hice hoy?” – en “What’s the Trick?”.
Como analogía de la idea del cambio, y la llegada de lo desconocido, “Fear Of The Dawn” y “Eosophobia” hablan sobre el miedo inherente del ser humano de enfrentarse al tiempo, a la llegada de un nuevo día cuando, como lo deja ver en estas rolas, la noche suele reconfortarle.
Este disco se puede escuchar si se tienen ganas de escuchar rock crudo, distorsionado y directo al grano. Por su intensidad y decibelaje, es imposible escuchar esto en un momento de relajación o concentración, porque exige desquitar energía y estar al tanto de las sorpresas que White incorpora a la vuelta de cada compás.
Sin duda, es un disco rarísimo e incomparable, y White ha logrado tener un sonido identificable, único y que reside en distorsiones, gritos y atmósferas tétricas que, para éste álbum te sumergen en todo un viaje sónico.
Por cierto, platicamos con el mismísimo Jack White
Para conocer más sobre estos dos discos, los invitamos a escuchar el nuevo episodio de Tutti Frutti por Sopitas, en donde Jack White nos comparte su visión sobre sus nuevos discos y la industria musical en tiempos pandémicos.