Por: Salvador Medina
La música tiene la capacidad de unir a las personas sin distinciones culturales (edad, sexo, estatus social, religión, raza, preferencias sexuales): cuando se está frente a una banda en vivo, por ejemplo, todos se dejan llevar bajo un mismo sonido, convirtiendo ese momento en una fiesta de la que todos participamos. Ahí radica el poder de la música.
Los festivales son el mejor lugar para presenciar este tipo de comuniones entre miles de personas que están ahí con un mismo objetivo: disfrutar del trabajo de una banda o artista. Este 2019, muchos festivales llegaron con propuestas innovadoras no sólo a un nivel musical, sino también en sus formas de operar para que todos los asistentes disfrutaran de la fiesta.
Por eso, retomando cada uno de los puntos antes mencionados, hemos de hablar de las formas en que los festivales operan para que las personas con alguna discapacidad motriz, puedan pasar un buen rato. Por ejemplo, en esta décima edición del Corona Capital, los organizadores tomaron en cuenta detalles que no todos los asistentes notan, pero que para algunos son muy importantes.
Por tercer año consecutivo, este festival trabajó en beneficio de los asistentes con alguna condición física, ya sea en sus espacios y en la forma en que se distribuye la información. Y con esto nos referimos a las rampas, accesos, plataformas, baños y espacios estratégicos que fueron diseñados especialmente para que la experiencia musical no fuera definida por algunos obstáculos de las personas que van en silla de ruedas, por ejemplo. Sin embargo, hemos de decir que el verdadero ingrediente estuvo en la empatía y amabilidad de asistentes y staff.
Tuvimos la oportunidad de platicar con Luis Álvarez, supervisor de las áreas para personas con discapacidad, y Daniel González, operador de las mismas. Ambos nos compartieron el trabajo detrás de estos espacios y la importancia de que un festival de este tamaño, atienda este tipo de necesidades básicas.
“Estamos en una sociedad acostumbrada a que las diferencias nos dividan. Y por eso, una empresa como Ocesa trabaja en una iniciativa que logra que todos podamos disfrutar de un fin de semana espectacular, sin limitantes, sin barreras, sin obstáculos y sin complicaciones para nadie“, dijeron.
Hay áreas de inclusión pensadas siempre en la comodidad de los asistentes. No sólo encontramos áreas de descanso, por mencionar algo de lo que todos somos partícipes, sino también hay espacios con una buena visión a los escenarios.
La labor de la gente involucrada, principalmente, es apoyar a las personas que tienen dificultad en trasladarse y ayudarlas a llegar a ciertos espacios. En el Corona Capital, por ejemplo, se reciben a las personas en la Puerta 6 donde con carritos de golf, se les traslada sin costo alguno al acceso principal, y de esta forma a la entrada del inmueble.
Una vez dentro del Autódromo, se definen tres plataformas en tres diferentes escenarios. Este año fueron el Seat, Doritos y Corona, y cada plataforma cuenta con personal de apoyo para ofrecer ayuda y atención en caso de que los asistentes la necesiten.
“Aproximadamente, entre las tres áreas se reciben 60 personas por día, cantidad que puede ser muy variable“. Ese es el promedio. “La gente que acude a estos espacios se van siempre con una gran sonrisa y un agradecimiento que sirve como motivación para seguir mejorando en ese aspecto“.
Sabemos que un trabajo así no es nada sencillo, y menos en un evento de la magnitud (finalmente, es uno de los festivales más grandes del país). “Ha sido un proceso de prueba y error en el que año con año se ha trabajado siempre con el objetivo de mejorar, incluso con el mismo apoyo de los asistentes, quienes al final del día son los que entregan la mejor retroalimentación, destacando detalles y mencionando otros tantos para mejorar“.
El cambio se ha notado desde el primer momento que dio inicio esta iniciativa. Se trata de detalles que parecen ser mínimos, pero que quedan grabados en la memoria de la gente: cómo son recibidos, atenciones, los traslados, servicios que les ofrecen, instrucciones y demás logística que impacta de manera directa a los usuarios de las plataformas destinadas para personas con discapacidad motriz.
La música rompe barreras, rompe paradigmas, y en su idioma universal, es capaz de superar cualquier reto y diferencia. Promover el arte va más allá de lo que somos capaces de ver a simple vista, es una responsabilidad social que abre conversaciones sobre los derechos humanos de los que todos podemos gozar.
“Al final, la gente se va agradecida. El valor en como los usuarios te hablan y te ven, es una completa motivación para que este tipo de iniciativas sigan adelante”, y esperamos que el compromiso y el discurso de inclusión siga adelante con un mayor número de iniciativas que no sólo se lleven a cabo, sino se den a conocer.
Este 3 de diciembre es el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, el cual fue declarado en 1992 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Su objetivo siempre ha sido el mismo: promover y defender los derechos de las “personas con discapacidades en todos los ámbitos de la sociedad”, y eso incluye los aspectos de la vida cultural; en este caso, los festivales de música.
Defender los derechos de las personas con discapacidad y asegurar su inclusión ayuda al logro de los #ObjetivosMundiales.
En el Día de las Personas con Discapacidad celebremos su participación y liderazgo en la sociedad. https://t.co/0knl9wOfpz pic.twitter.com/bViEV1EomO
— Naciones Unidas (@ONU_es) December 3, 2019