No hay nada que no se haya dicho de una leyenda de la música como lo fue Ian Curtis. Hace 38 años, el vocalista de Joy Division, decidió quitarse la vida –con sólo 23 años– para dejar abierto un legado en la música británica y, de paso, un largo camino por recorrer a través de los múltiples sonidos y voces del post punk.
En 1977, año en que comenzó a circular el nombre de Ian Curtis como líder de una banda nacida en el primer boom del punk en Inglaterra a finales de los 70, el poeta y Joy Division, conformado por Peter Hook, Bernard Sumner y Stephen Morris, lograron establecer la línea que la música debía seguir. Y no necesariamente hablamos de un estilo musical, sino del sentido y la importancia de la música como expresión artística.
Dejando de lado las reglas establecidas del punk –irónico de alguna manera–, Joy Division logró hacer del post-industrial, un género definido por la melancolía, el sentido de soledad y aislamiento, así como la incorporación de nuevos elementos como el sintetizador, la nueva base de un estilo musical que a la fecha sigue influenciando bandas y diversas expresiones artísticas.
Para comprender el entorno en que Curtis se desarrolló como artista y Joy Division se transformó en una banda, hace falta recordar que surgieron en una época caótica donde cantar en contra de la reina y las injusticias, era válido. Después de las primeras apariciones de Sex Pistols en la escena musical del país, Joy Division comenzó a surgir como una contraparte dentro del mismo núcleo. Y no sólo el punk, sino también el glam y la opulencia de un artista como David Bowie que abrió paso a que la música dijera y representara lo contrario.
Con la primera alineación de la banda bautizada como Warsaw por “Warszawa” del disco Low de 1977 de Bowie, Curtis y Hook se presentaron por primera vez como banda de apoyo a agrupaciones grandes independientes como Buzzcocks y Penetration. Meses después y tras la salida del primera baterista de la banda, surgió Joy Division como lo recordamos, un nombre que nació a partir de la lectura de la novela de 1955 The House of Dolls de Ka-Tsetnik 135633.
Y de aquí… todo es historia conocida. Recorrieron los mejores venues de la época para ir ganando de un jalón el reconocimiento de otros músicos y personas involucradas en la industria como Tony Wilson, un periodista dueño de Factory Records, cuna de un sinfín de bandas de post-punk que compartieron la cima de la música en la época y que, además, se convirtieron en amigos y bandas a seguir por Joy Division e Ian Curtis.
En una extraña entrevista grabada a Ian Curtis, el músico habló sobre su presencia en Factory, las bandas del new wave y el principio y fin de Joy Division:
“¿Qué piensas de la escena del new wave?”, le preguntó el periodista de la BBC Blackburn.
“No lo sé. Creo que, mucho de eso suele perder su importancia. Hay muy pocos nuevos grupos que he escuchado… discos peculiares. Algunos discos o quizá he visto algunos que me gustan, creo la mayoría son grupos viejos de Factory, me gustan los grupos de Factory como A Certain Ratio y Section 25. No suelo escuchar, cuando escucho música, no suelo escuchar mucho new wave, suelo escuchar cosas que hace unos años escuchaba como canciones poco conocidas. Conozco a alguien que trabaja en una tienda de discos por donde vivo, luego voy ahí y me dice, ‘¿has escuchado esta canción?’, me pone canciones de un grupo llamado The Tights, algo muy oscuro… y un grupo llamado, Bauhaus, una banda de Londres que sólo tiene un single. No hay una de la que pueda decir, ‘tengo todos los discos de alguien o creo que él es increíble’ o bien, ‘los discos de esta banda’. Son, nuevamente, cosas extrañas”.
“¿Dónde te ves o dónde te gustaría que Joy Division terminara o siguiera?”
“Quiero mantenernos en donde estamos, creo. Básicamente, queremos hacer música y disfrutar lo que nos gusta tocar. Creo que cuando no hagamos eso, llegará el momento en que tengamos que terminarlo. Ese sería el final”.
De acuerdo con Post-Punk, después de la entrevista, Ian Curtis fue a ver una sesión en vivo Closer de Bauhaus. Al momento de la entrevista, Bauhaus sólo había liberado dos singles: “Bela Lugosi’s Dead” y “Dark Entries”… justamente dos de sus mejores y más reconocidas canciones.
En el libro de memorias Who Killed Mr. Moonlight? Bauhaus, Black Magick and Benediction de David J, el bajista de la banda, hay un fragmento que hace habla sobre cómo conocieron a Ian Curtis:
“Una de esas noches lluviosas en el Soho, recibimos la visita de un ícono de esta subcultura melancólica que aún no tenía nombre, cuando Ian Curtis apareció al final del escenario destruido en el cual un salvaje Murphy rompió una pared de espejos. Siempre sentimos que había una relación sonora entre Joy Division y nosotros. El vocalista, alto y desgarbado, nos dijo que había ido con el dueño de Factory Records, Tony Wilson, quien se fue antes de que empezara la primera canción porque se negaba a escuchar bandas que usaran maquillaje.
‘Se lo perdió, hombre’, nos dijo. ‘De verdad se perdió esta noche. Que se joda. ¡De todos modos es un hijo de puta!’. Ian dijo que el concierto estuvo grandioso, que nuestro dos singles estuvieron excelentes y que esperaba que una de las sesiones de grabación de Joy Division para Closer pudiera coincidir con una de nuestras presentaciones en vivo.
Muchos años después sentí un escalofrío cuando leí sobre ese deseo de Ian, con su puño y letra en una carta dirigida a su amante Annik Honoré, cuya copia me prestó Michael Stock junto a todas las demás cartas de Ian, quien se convertiría en el guionista y director de una biografía sobre Ian. A pesar de que Ian fue dulce y afectuoso esa noche en Billy, recuerdo una mirada triste y atormentada en sus húmedos ojos azules. Tres meses después, se colgó en su cocina”.