El quinteto londinense Hot Chip regresa con una oncena de canciones que traen de todo: baile y celebración, cuestionamientos sobre la modernidad, introspección y empatía. Eso sí, todos los temas que tocan en su octavo disco de estudio Freakout/Release se entregan en producciones musicales de primer nivel, con la genialidad de cinco nerds de la música, que trabajan obsesivamente en cada capa de las muchas que componen sus canciones.
Como uno de los proyectos más importantes para la música dance de los últimos veinte años, la agrupación lanza su primer disco tras la pandemia global de COVID y creemos que este evento tuvo mucho que ver con gran parte de la idea creativa para esta entrega. En un trabajo autoproducido, como la mayoría de sus discos, abren fuerte con una rola que puede sonar una y otra vez y no dejaremos de bailar.
Hot Chip creó joyas para la pista de baile, como siempre
Como buenos maestros en crear rolas para no dejar de zapatear en cualquier lugar, para esta ocasión Hot Chip nos da lo que esperábamos de ellos con rolas como “Down”, “Eleanor”, “Time” y “Guilty”. Seguramente este disco tendrá varios remixes más electrónicos aún, pero es admirable lo que logran una y otra vez para ponernos a sacar los pasos prohibidos.
A casi veinte años de su primer disco de estudio, permanece la emoción de los ingleses por tocar rolas que resultan bailables y divertidas, con coros que no salen de tu cabeza y una atención al detalle que les ha dado una identidad única.
Con un gran trabajo en las pistas vocales, y en sampleos, Alexis Taylor está casi siempre acompañado de otros tracks vocales, algo que será muy grato de escuchar en vivo. En esta entrega, la dosis de estos tracks es menor, ya que estamos ante el disco más reflexivo de la banda hasta el día de hoy.
La autorreflexión se encuentra con la exploración musical
Hot Chip ha mostrado una tendencia a crear temas con letras que van más allá de hacer un pop electrónico que repita una y otra vez las mismas palabras hasta que no puedas sacarlas de tu cabeza. Muestra de esto fue A Bath Full of Ecstasy (2019) que con rolas como “Melody of Love” o “Why Does My Mind” mostraron una faceta mucho más introspectiva de la banda.
Pasada la etapa más compleja de la pandemia, el quinteto trae ahora sus letras más pensativas sobre ansiedad, mortalidad, y liberación; como lo ejemplifica la canción que da nombre a éste álbum: “Freakout/Release”. En esta rola colabora Soulwax en la voz electrónica que dice “Wild, Beast, Freakout, Release”. Como liberación después del encierro, la agrupación nos recuerda la importancia de la música como catarsis ante la vida moderna.
Sobre bases impecables de electrónica reluciente, aunque a veces obscura, Taylor y compañía nos dan rolas sumamente cálidas sobre la condición humana, como lo son “Broken”, “Not Alone” y “Hard To Be Funky”. Con sonidos que recuerdan a las innegables influencias de Pet Shop Boys, Erasure y Depeche Mode, Hot Chip continúa una larga tradición de synthpop que toca temas sensibles y que van más allá del amor y desamor polarizados.
La obscuridad elegante en las progresiones de sintetizadores se presenta mucho más en este LP que en anteriores, con la pista homónima y, por ejemplo, lo que escuchamos en “The Evil That Men Do”:
Algunos de los temas van de bondad y comprensión (“Broken”, “Not Alone”), reconocer sentimientos de soledad y desesperanza (“Time”), aceptar la imposibilidad de sentirse bien todo el tiempo (“Miss the Bliss”, “Hard To Be Funky”, “Out Of My Depth”), reconciliación (“The Evil That Men Do”) y culpa (“Guilty”).
Aunque nos parece fascinante lo que emprenden para este disco, la profundidad en letras y tópicos opaca un poco la capacidad de la banda para crear rolas electrónicas inmensas y beats intensos, como en ocasiones anteriores.
Una rareza y la gran ausente
En “The Evil That Men Do” , los ingleses incluyen al rapero Cadence Weapon, lo que suena a una colaboración un tanto forzada que desconcierta y no parece ser lo natural para la legendaria banda que apenas este año se presentó en nuestro país en el Pulso GNP de Querétaro (ACÁ les contamos cómo se puso su show) y que ya tenemos ganas de ver otra vez en nuestro país.
Además de lo anterior, aunque es un disco distinto a toda su discografía, nos faltó un momento explosivo en forma de una canción de baile inmensa y masiva, alguna banger enloquecedora para un rave. Esta ausencia nos deja buscando en este LP rolas icónicas de la banda, como ejemplos, recientemente “Melody Of Love”, “Huarache Lights” o “Separate”; y para más clásicas “Flutes”, “One Life Stand”, “Ready For The Floor” y “Over and Over”. Esperemos al disco de remixes, a ver si la conversión lleva a algún tema a nivel de banger.