Nunca se caracterizó por ser el más optimista, pero si, por ser una de las mentes con mayor claridad para encontrar las palabras adecuadas en cada momento para abrazarnos, conmovernos y desnudarnos.
Leonard Cohen ha fallecido esta noche a los 82 años de edad. Todos sabíamos de su amor por la poesía, por las letras y por la música. Pero quién más, sino Cohen, podía guardar en su corazón un espacio para otro amor frustrado: el hockey sobre hielo.
Nacido en Canadá en 1934, Cohen vivió una infancia marcada por el destierro y persecución en contra de los judíos provocada por la Segunda Guerra Mundial. Su abuelo había emigrado de Polonia y su padre moriría en Canadá cuando el pequeño Leonard tenía 9 años de edad.
En una infancia tan cruda, fue el hockey lo que permitió a Cohen tener su primer contacto con la pasión, la alegría y la emoción. En 1948 se unió al equipo escolar de su escuela, Westmount High School, en donde jugaba como defensa por el lado izquierdo.
Curiosamente, sería el hockey el que también daría uno de sus primeros desaires a Leonard Cohen, quién nunca pudo ganar un campeonato con su equipo escolar; por el contrario, el trofeo que aparece en la fotografía, fue prestado para tomar la misma.
El hockey, también formaría parte de la obra de Leonard Cohen, puntualmente en su poema ‘A Limited Degree’ publicado en su ‘Book Of Longing’:
As soon as I understood
(even to a limited degree)
that this is G-d’s world
I began to lose weight immediately
At this very moment
I am wearing
my hockey uniform
from sixth grade
Quienes tuvieron la fortuna de verle en vivo, cuentan que en repetidas ocasiones, Cohen retrasaba sus conciertos para poder seguir los resultados de su equipo, los Canadiens de Montreal, y no fue sino en el 2014, que la cadena CBC decidió hacer el siguiente montaje para presentar el tercer partido de la serie de playoffs entre los Canadiens de Montreal y los Boston Bruins, bajo el ritmo de ‘Dance Me To The End Of Love’.
En la vida como en el hockey, se gana y se pierde, pero nunca se deja de luchar hasta el final. Una lección que el propio Leonard Cohen nos ha dado con su último disco, You Want It Darker, una obra que completó pese al dolor físico y la incomodidad que le significaban sus problemas de salud.
“If you are the dealer, I’m out of the game, If you are the healer, it means I’m broken and lame
If thine is the glory then mine must be the shame. You want it darker ;we kill the flame”.
Descanse en Paz, Leonard Cohen.