Lo que necesitas saber:
"Simón, El Gran Varón" es una de las canciones más conocidas, pero también de las más polémicas. ¿Cuál es el debate con la comunidad LGBTQ+ y por qué algunos no lo consideran como un himno?
Ya sea en fiestas familiares, para hacer el quehacer, de camino a la oficina o cuando viajamos en el transporte público, existen canciones que muchos de nosotros ya hasta nos la sabemos de memoria. Una de ellas, sin duda, es “Simón, el gran varón”.
Se trata de la canción de salsa que el cantante puertorriqueño Willie Colón, lanzó en el año de 1989 como uno de los sencillos del disco ‘Top Secrets’, su octava placa discográfica. Aunque originalmente se llama “El Gran Varón”, la gente identifica a la canción por su protagonista: Simón.
La historia detrás de “El Gran Varón”, la famosa canción sobre Simón
Desde el lanzamiento de “El Gran Varón”, la canción no ha dejado de ser tema de debate: Y es que para todos aquellos que la bailan –pero nunca se han puesto a analizar la letra–, la rola interpretada por Willie Colón habla de una persona trans que muere de SIDA y en soledad debido al rechazo de su padre.
“El Gran Varón” nos cuenta la historia de Simón, que al nacer biológicamente como un varón se convierte en el orgullo de su padre, Don Andrés, quien busca educarlo a su imagen y semejanza: “Cuando crezcas vas a estudiar la misma vaina que tu papá, óyelo bien. Tendrás que ser un gran varón”, canta Willie Colón.
Una rola sobre la homofobia y el SIDA que ha sonado por generaciones
Simón se va a vivir al extranjero y ahí se siente libre de poder expresar su identidad como mujer trans: “Cambió la forma de caminar, usaba falda, lápiz labial, y un carterón”, menciona la canción sobre cómo Simón huye de casa para poder expresar su verdadera identidad.
La cuestión es que un día su papá la visita de sorpresa y Don Andrés se lleva la sorpresa al verla vestida como una mujer: “Y una mujer le habló al pasar, le dijo “hola, qué tal papá, ¿cómo te va? No me conoces yo soy Simón, Simón, tu hijo, el gran varón”.
El final de la canción es bastante triste, pues don Andrés, quien no aceptaba la identidad y expresión de género de Simón, se entera que al final su hije muere en soledad en la cama de un hospital “por una extraña enfermedad”, que haría referencia al VIH-SIDA.
“En la sala de un hospital, de una extraña enfermedad murió Simón. Es el verano del 86, al enfermo de la cama 10 nadie lloró”, dice la canción en cuestión que seguramente muchos hemos bailado de manera muy alegre. Acá se las dejamos por si no la recuerdan:
“El Gran Varón” está basada en una historia real
Si bien Willie Colón hizo mundialmente conocida esta canción (que se criticó aún más cuando el cantante comenzó a compartir comentarios y posteos homofóbicos), “El Gran Varón” la escribió el cantautor panameño, Omar Alfanno.
En 2018 y durante un entrevista para el portal colombiano ‘Al Día’, Alfanno confirmó que la historia de Simón detrás de “El Gran Varón” no sólo era verdadera, sino que estaba inspirada en un amigo muy cercano que murió de SIDA a finales de los años 80.
“Está basada en una historia verídica de un amigo que estudió conmigo el bachillerato. Después de un tiempo me enteré de su drama. A él le hacían mucho bullying y no había podido salir del closet porque en los 60, 70 declararse gay, era algo que solo hacía un héroe”, contó el compositor en esa plática.
Alfanno dijo que el título de “El Gran Varón” es referencia a una obra de teatro en Puerto Rico que fue suspendida luego de que personas dispararan en varios de los letreros donde promocionaban dicha producción. Y lo único que él hizo fue darle un nombre al protagonista de su canción.
De un amigo que el cantautor, Omar Alfanno, tuvo en la preparatoria
“Solo le cambié el nombre para proteger su identidad, eso me lo llevaré a la tumba; Simón es lo único ficticio, del resto es una historia fiel a la realidad. El tiempo también corresponde a la época, era el verano de 1986, escribí ‘El gran varón’ mientras mi amigo moría de sida, era el enfermo de la cama 10 y no tenía escapatoria“, aseguró.
En su año de lanzamiento, la canción fue baneada de varias estaciones de radio que se negaban a reproducirla a pesar del mensaje principal dirigido a los padres, a quienes aconseja aceptar a sus hijos como son y no lamentarse después de su rechazo.
El debate en la comunidad LGBTQ+ sobre “El Gran Varón”
“Hay que tener compasión, basta ya de moraleja. El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”, menciona la canción cuyo famoso coro de “No se puede corregir a la naturaleza, palo que nace doblado, jamás su tronco endereza” ha sido criticado incluso por miembros de la comunidad LGBTQ+.
Y es que aunque para algunos “El Gran Varón” es una canción sobre los daños que causa la homofobia y hasta la consideran un himno, otros creen que hace todo lo contrario: estigmatiza a las personas que pertenecen a dicha población y fomenta la idea del rechazo por parte de familiares y amigos.
Algunos miembros de la comunidad incluso han señalado a la canción de promover la Serofobia, que se define como el miedo irracional que tiene una persona al convivir con otra persona que vive con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).
Y aunque nadie defiende ni critica cualquier postura, hay que recordar que la canción salió a finales de los años 80, década en la que apenas se conocían los primeros casos de VIH (1981) y sus características como las vías de transmisión (que se descubrieron en 1985).
Y las opiniones de la comunidad LGBTQ+ sobre su temática
Sólo para dimensionar lo cerrada que era la población al respecto, El Universal documentó que en 1988 ya existía el Consejo Nacional del SIDA (Conasida), que se creó con la finalidad de enfrentar la epidemia que llegó a México en 1983. La cuestión era que el Conasida promovía el uso del condón y las personas de ese entonces denunciaban a la entidad por supuestamente querer corromper a la juventud.
La canción de “El Gran Varón” se lanzó en esos años donde la enfermedad apenas se conocía con certeza y apenas se declaraba una pandemia. Con ello se entiende un poco el contexto en el que se creó, pero a pesar de eso ( y que se lanzó hace más de tres décadas), la discriminación a la comunidad LGBT es una cruda realidad para muchxs.
En el 2022, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género (ENDISEG) 2021, con la cual buscaron conocer las características sexuales, orientación sexual e identidad de género de las 5 millones de personas LGBTQ+, de 15 años y más, que viven en nuestro país.
La encuesta arroja datos como el nivel de estudios, estado civil y hasta la edad promedio en la que la población LGBTQ+ supo que pertenecía a dicha comunidad. Sin embargo, también habla del rechazo y nivel de aceptación a la que se han enfrentado.
Aunque “El Gran Varón” se lanzó hace más de 30 años, la historia es una realidad para muchos miembros de la comunidad LGBT
De acuerdo con los datos en la encuesta, el 56.2% de las personas LGBTQ+ declararon que, con quien tuvieron mayor apertura para hablar sobre su orientación o identidad, fue con su mamá.
En segundo lugar, con 46.8%, se encuentran los amigos/as de la persona y en tercer lugar, con 44.9%, las hermanos y hermanos. Los porcentajes los mencionamos porque son importantes, ya que entre la comunidad trans los números varían bastante.
Dentro la población trans, el 27.5 % dijo que no ha mencionado nada sobre su identidad de género. Una cifra grande a comparada de la población LGB, donde sólo el 13.4% no ha informado de su orientación sexual.
Además, la comunidad trans indicó que sólo el 41.3% le ha dicho a su mamá; el 32.4% a sus amigos o amigas, mientras que apenas el 29.4% ha tenido la confianza con sus hermanos y hermanas. Aunque claro, no es lo mismo decirlo a que los demás lo acepten.
Datos del INEGI muestran el rechazo y estigma a los que aún se enfrenta dicha población
La población LGBTQ+ que dijo su identidad a su mamá y papá (o ambos), el 88.6% fue respaldada; al 16% les corrieron de casa, ofendieron y/o dejaron de hablar, mientras que al 9.8% le obligaron a asistir a terapias psicológicas o lugares religiosos.
En el caso de la población trans, apenas el 83.5% tuvo el respaldo de sus padres y el 22.2 recibieron insultos fueron echados de casa. Asímismo, a un 13.9% de ellxs les obligaron a recibir terapia psicológica o asistir ante autoridades religiosas para “corregir” sus conductas.
La polémica en torno a “El Gran Varón” tiene, como todo, sus matices: para los miembros de la comunidad LGBTQ+ que nacieron y crecieron en esa época, quizá fue una canción que ayudó (a su manera) a visualizar a una parte de la población que en ese entonces simplemente era ignorada.
Algunas personas, en su experiencia propia, hablan de cómo la canción de Willie Colón los ayudó a que sus padres fueran más comprensivos con ellos y no dejaran que corrieran con la misma suerte como la de Simón. Sin embargo, otras más recuerdan la vergüenza que les daba el escuchar esa canción en fiestas y reuniones familiares o cómo usaban la canción para mofarse de ellxs.
Los cuales comprueban que la historia de Simón es la de miles en la actualidad
Musicalmente hablando podemos decir que “El Gran Varón” simplemente cumple con una de las características de la salsa, género que además de ser uno bastante alegre y “movido”, también se ha usado para hablar y exponer temas de índole social.
Ahí tenemos por ejemplo a “Juan Albañil” (1980), de Cheo Feliciano, que habla de la desigualdad económica y social que viven los trabajadores. Lo cual nos deja con la pregunta de por qué, a pesar del paso de los años, historias como esta y la de Simón aún existen. Pero sobre todo, lo mucho que falta que recorrer para que un día simplemente puedan ser eso: historias que le ocurrieron a alguien y no se deberían repetir nunca más.