Un hombre no se define por los éxitos que alcance, sino por sus ideales y sobre todo, sus hechos. Estar en el mundo de la farándula es tan difícil como aprender a encajar en un mundo al cual no perteneces, pero en el que de una u otra forma debes estar. Julian Casablancas, conforme los años, ha demostrado que poco le importa lo que digan de él, lo que la gente piense de su música y a pesar de todo, ha conservado sus creencias y sus opiniones. Ha sabido diferenciar entre su papel dentro de la música y las empresas que se apropian de ella y la utilizan para su propio beneficio.
“Creo que el negocio de la música ha cambiado al igual que todo lo demás y ha sido diseñado para obtener ganancias. Y la gente que quiere ser financieramente exitosa no necesariamente hace algo verdadero o de buena calidad, y eso es algo triste y un mal de nuestros tiempos. Trato tanto como puedo de mover los brazos y decir: ‘Hey, solo porque es popular no quiere decir que es verdadero y bueno’”, nos cuenta en entrevista y, ¿qué tan cierto es esto? La respuesta: muy cierto. Actualmente un artista es muy difícil que tenga un alcance internacional de no ser porque forma parte de tal o cual empresa. Pero esto no es todo pues, Julian también hace uso de las redes sociales -igual que todos-, y es ahí cuando surge la pregunta de cómo es que, a pesar de estar en desacuerdo con lo que ocurre con el capitalismo hoy en día, lidia precisamente con eso y con formar parte del sistema.
La principal crítica de Julian Casablancas a este problema, por así decirlo, son los corporativos y las plataformas de streaming: “Los problemas son sistemáticos y ellos no se pueden resolver con música pero, en términos de usar esos sistemas, creo que si usas la máquina para volarte la cabeza con canciones está bien. Si monto una postura en contra de Spotify seré menos popular. Tienes que averiguar hacia dónde van tus metas o qué es lo que quieres porque para alcanzarlo tienes que formar parte de esto, pero eso no quiere decir que de alguna forma lo logras o que voy a invitar a la gente a que escuche Spotify“.
Entonces, ¿qué hacer en un mundo en el que tu música forma parte de una empresa o una plataforma, pero no es ahí a donde quieres pertenecer ni mucho menos donde encuentras lo que te gusta? La disyuntiva entre esto continúa y para Julian la inspiración llega en un formato que nosotros hoy bien podríamos llamar “de la vieja escuela”: “Para mí mis cosas favoritas no están en Spotify así que jamás podría escucharlo. Creo que en la radio AM (hay buenas cosas), en FM también hay unos DJs muy cool. Esas son las personas que más aman la música y es una locura. Todavía hay programas de radio de DJs que me muestran cosas muy interesantes. Hay muchos lugares donde escuchar buena música y Spotify no es uno de ellos. Si no tienes un dispositivo con música en streaming está bien. Pero si es streaming entonces diría que es YouTube (la plataforma recomendable), y si no, entonces (escucha) una playlist“.
Julian Casablancas creció con The Strokes y justo en el momento en el que el internet estaba despuntando. En ese entonces, la información circulaba a través de la televisión, la prensa y la radio, pero los jóvenes, aquellos que tenían los recursos suficientes, comenzaron a usar plataformas como Napster, Ares, Winamp o Limewire para descargar música. Posteriormente surgió MySpace y LastFM como sitios en los que además de interactuar con perfectos desconocidos, podías conocer artistas, bandas y descubrir nueva música. En su momento, esto fue un boom y The Strokes encontró un nuevo nicho en el que, además de conquistar con su música, ellos mismos fueron redescubriéndose junto con sus alcances dentro de cierto grupo de gente. Hoy, con más de 20 años de experiencia y como un ávido usuario de redes sociales, Julian nos da la perspectiva de lo que es usar el internet.
“No soy crítico sobre el internet. El internet como tal es el mejor. Jamás me atrevería a criticarlo o a decir algo malo contra él. Solo hablo de los chupasangre, así los llamo, a las personas que usan el internet para su propio beneficio. Como las personas en altos mandos que pueden hacer cambios en la sociedad. Ellos solo ganan para sí mismos y la forma en la que eso se manifiesta es en los corporativos como Spotify. Esos creo que no son buenos para la música así que, ese es el tipo de cosas de las que estoy hablando”.
Pertenecer a una empresa es un mal inevitable, y digamos que Julian Casablancas lo ha visto todo. Sin embargo, lo acepta como debe de ser y trata, a su manera, de continuar expresando sus pensamientos y al mismo tiempo de reflejarlo, de una manera casi imperceptible, en sus canciones:
“En términos de capitalismo es como si fuera una novela corta pero, no culpo al capitalismo, no culpo a las compañías. Me refiero a que todos vivimos en un mundo en el que quieres hacer dinero y ser exitoso, pero ese no es el problema. El problema recae en los ‘prestamistas’, en los inversionistas que toman decisiones que lastiman a la gente porque ellos solo buscan beneficiarse a sí mismos“.
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Creo que en una licuadora, política y música no se juntan. Son separadas, pueden tener algunas referencias como las que usó Bob Marley o (usa) Rage Against The Machine pero, creo que definitivamente me pasa por la cabeza cuando estoy componiendo. Siempre ha estado ahí, por ejemplo en ‘New York City Cops’ o ‘Killing Lies’“.
A su manera, Julian Casablancas mantiene la guerra en contra de los chupasangre. Pertenece al sistema pero al mismo tiempo se rebela contra él. Trata de dar recomendaciones musicales a través de sus redes sociales, continúa componiendo y experimentando pero además, invita a sus fans y a la gente en general a comprender cómo es que funciona el mundo, la globalización y el capitalismo: “Los políticos no te dicen la verdad, los empresarios no te dicen la verdad. Las compañías, los PR y las relaciones entre las empresas y los medios… básicamente la democracia es movida por los medios y éstos no son movidos por buenas personas así que estamos jodidos. Creo que la gente entiende perfectamente esta situación, así es como todos empiezan a ser mejores”.
Entonces, en este mundo en el que la vida es un mal sin remedio, ¿qué es lo que podemos hacer? La respuesta, de acuerdo a las palabras de Julian, está en nosotros mismos.
Si quieres escuchar la entrevista completa que le realizamos a Julian, te la dejamos por acá: