Oh Nrmal, te has encargado de quitarnos hasta el último rastro de energía de nuestro cuerpo, y te lo agradecemos infinitamente.
Y es que este fin de semana vivimos la tercera edición -en la Ciudad de México- del festival Nrmal, quien este año se rifó con un cartel bastante atractivo y -de cierta forma- atrevido; trayéndonos a Slowdive, Acid Mothers Temple, Battles, Health, A Place to Bury Strangers, y en realidad una gran cantidad de artistas que más allá de ser talentosos, demuestran diferentes lenguajes musicales que, por lo tanto, nos dan la posibilidad de disfrutar diferentes moods, desde los más bailadores y enérgicos, hasta los más contemplativos.
Este año hubo mayor afluencia que el año pasado, lo que demostró que el interés por Nrmal cada vez llega a más oídos que curiosean entre un line-up casi desconocido por la mayoría, cosa que justamente cabe destacar ya que de esta forma el festival es propositivo; sin embargo, también hubieron errores que nos crearon algunos complejos a lo largo del fin de semana, nada grave, pero que deberían tomar a consideración los organizadores para que el festival continué y se perfile dentro de los más importantes de México, por que sí… nos faltan muchos Nrmales más.
La configuración del festival fue la misma que sus ediciones pasadas, dos escenarios principales juntos y una carpa como tercer. La proximidad entre estos es bastante ventajosa ya que no tienes que estar corriendo kilómetros para alcanzar a ver una banda, el inconveniente es que entre los escenarios y la carpa llegan momentos en que se mezcla el sonido, como cuando Slowdive estaba en su momento más íntimo y habían unos bajos invasores de la carpa que sólo nos daban ganas de desconectar. En cuanto al sonido, quedamos algo decepcionados, el primer día no sufrimos tanto -a pesar de que la presentación de Low demoró por ello- pero en realidad el segundo día fue el que tuvo más errores. Cuando fue turno de Slowdive tardaron mucho en lograr un sonido ‘respetable’, pero jamás lograron un sonido íntegro que esperábamos los más fans de la banda.
Las activaciones fueron pocas pero bastante adecuados para relajar un poquito los oídos. En cuanto a la comida, Nrmal volvió a sobresalir con sus ofrecimientos bastante singulares, a parte de los foodtrucks variados, donde podíamos comprar desde unas simples ‘papitas’ hasta la hamburguesa más acá que te imagines, también contaron con su zona gourmet donde los paladares más exigentes también podrían saborear diferentes platillos. El punto a criticar es… ¿por qué lo hacen en una zona con tanto polvo?, la verdad fue bastante incómodo comprar y comer en la zona donde todo era un polvorón, obviamente con tantos asistentes hambrientos, arrastrando los pies para saber qué les levantaría el ánimo, pues creaban una voluta enorme que invadía toda la zona de comida, y creemos que eso, lógicamente, no debe ser saludable. ¡Ah!, pero eso sí… que Goose Island haya sido ‘la cerveza del Nrmal‘ es de las cosas más magníficas, no es que seamos unos malditos alcohólicos -coff coff- pero la verdad que pagar $120 (cerveza doble) por una cerveza que definitivamente tiene un sabor superior, vale la pena y no nos duele tanto el codo.
Deerhunter se apodera del escenario Rojo del #Nrmal
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En cuanto a la curaduría no hay tanto qué criticar, al contrario… felicitar. El festival se atrevió a traer proyectos que difícilmente veríamos en México tanto en solitario como en otros festivales, era casi imposible imaginar ver a Slowdive o Acid Mothers Temple, que además de ser bandas tanto legendarias -y de cierta forma de culto-, no son tan populares como para acarrear la misma cantidad que un headliner de Corona Capital, por ejemplo; sin embargo, hay que dejar de pensar en la música a través de números y mejor en notas, la calidad de estos dos -sólo los tomo como ejemplos rápidos- dejó boquiabierta a los asistentes, tanto a los verdaderos fans -que de corazón agradecemos al Nrmal– como aquellos que de plano no conocían nada de la banda pero que sin duda se llevaron una buena impresión de ellos. Otro punto a criticar es que en su edición pasada incluyeron mayor número de actos nacionales, además de su escenario -casi mortal- que pusieron por la zona de comida, donde habían intervenciones y demás actividades musicales que terminaban por enriquecer al festival.
También hay que tener en cuenta que Nrmal no sólo es el festival del fin de semana. También se encargaron de realizar diferentes actividades como NODO, donde se ofrecieron talleres, conferencias y charlas en torno a la industria musical en favor y apoyo tanto a artistas como agentes culturales independientes. Pareciera que Mutek y Nrmal son los únicos festivales que hasta el momento buscan ofrecer este tipo de actividades.
Y creo que básicamente estos son los puntos a mencionar de nuestra experiencia en Nrmal, no queríamos clavarnos en los actos en sí porque realmente la mayoría nos encantó y porque nos perdimos otros más, por lo tanto, se nos hace un tanto egoísta hablar de unos cuantos. Pero lo que queremos destacar es que festival Nrmal ya se consolida como uno de nuestros favoritos y más interesantes de México.
Nrmal es propositivo, y sé que he repetido varias veces esto, pero realmente cabe resaltar que esa es su personalidad frente a los demás festivales en México. Ojo, no tenemos nada en contra de los demás, de hecho creemos que el que exista esta ‘personalidad’ de cada uno termina por convenirnos a nosotros, los asistentes; entre más amplio sea el abanico musical, más oídos felices. Porque si decidiéramos ‘comparar’ entre festivales caeríamos en un torpe juego donde pretendamos que todos deban ser similares. Nrmal es Nrmal, Corona Capital es Corona Capital, todos nos ofrecerán un line-up diferente, pero lo más importante es mantener siempre nuestros oídos abiertos, ya que uno nunca sabe dónde se va a encontrar su nuevo proyecto favorito.
¡Gracias Nrmal!
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