Y aquí otro lunes de Antitendencias Sonoras, el espacio en el que buscamos dar gusto a los oídos más curiosos. Para quienes llegan por primera vez a este espacio, en resumidas cuentas le comentamos que nuestra iniciativa es dar un espacio y difusión a los proyectos musicales que muestran una estética un tanto diferente a la que es meramente comercial o popular, y que por ende, difícilmente logramos escuchar a través de los principales medios como la radio o televisión, o, listados en los festivales de alto renombre que se llevan a cabo en nuestro país, pero que de una u otra forma el maravilloso mundo del internet nos los ofrece a tan sólo unos clicks de distancia.
Porque siempre hay que tener en cuenta que la música es un lenguaje infinito y sin límites; abramos los oídos y seamos más curiosos, dejemos a un lado los prejuicios y tan sólo dejémonos llevar por lo que la música nos hace sentir de forma natural, ahí el verdadero chiste del arte: sensibilizar.
Esta ocasión hablaré de un músico que te llevará a tus recuerdos más sinceros, íntimos y puros. A aquella ingenuidad infantil en donde el mundo que nos rodeaba estaba inmerso en una imaginación sublime, noble y sin maldad.
Hablo de Federico Durand, músico argentino que a través de su música ambient acompañada con instrumentos acústicos, juguetes y grabaciones de campo, te hará sentir como si estuvieras sentado en el sofá viendo un álbum fotográfico donde a través de las fotografías deslavadas por el tiempo te causan una melancolía por los entrañables años que quedaron atrás.
Federico ha publicado diversos materiales desde el 2010 y desde entonces no se ha detenido. Su gira por países como Japón le han permitido conocer a un gran número de artistas dentro del mismo género que le abren las puertas para increíbles colaboraciones o publicaciones en disqueras de diferentes partes del mundo, por lo que su genialidad se ve sometida a una prueba constante de publicaciones que la verdad hasta ahora no ha defraudado nada.
El mundo sonoro concebido por Federico es una muestra de cierta añoranza a la infancia, inspirado por los viajes familiares a los bosques fríos de Argentina, los recuerdos, las memorias, las fotografías, etc, crean una atmósfera de melancolía de la cual muchos nos sentiremos identificados porque… ¿quién no extraña su infancia?, ¿quién no extraña las reuniones familiares?, ¿quién no recuerda aquellas vacaciones en donde todo te parecía enorme e increíble?, ¿quién no sueña con regresar a las andadas de las bicicletas con un frutsi atorado en su llanta? Pareciera que Federico Durand traduce todos sus recuerdos a frecuencias para ser inmortalizados bajo un aire nostálgico.
Y es que desde el nombre de sus publicaciones un tanto románticas nos deja en claro el sentir general de su música, y me refiero a sus álbumes como “El Éxtasis de las Flores Pequeñas”, El Libro de los Árboles Mágicos”, “El Idioma de las Luciérnagas” y su más reciente lanzamiento “A través del Espejo”. Sin duda nos remonta a una visión tan particular de un niño descubriendo el mundo. Música honesta y al mismo tiempo bien aterrizada que promete desconectarnos del caos cotidiano y a veces tan absurdo que nos rodea.
Y es que Federico Durand parece trabajar de una forma casi artesanal. Por una parte su composición la logra gracias a instrumentos acústicos como pianos, guitarras y realmente cualquier elemento que haga ruido pero bajo una esencia ambient y minimalista; por otra parte también se dedica a recopilar un sin fin de paisajes sonoros con los cuáles le da mayor sentido a las canciones. En sus piezas podemos escuchar de fondo desde pájaros, grillos, entornos naturales, así como grabaciones personales como el de su hogar o grabaciones familiares.
Porque como dice el dicho: “todos tenemos un niño interior”, es momento de darse cuenta de que sí, él/ella sigue ahí, muy en el fondo y a veces opacado por la negatividad adulta. Federico Durand te ayudará a reencontrarte con tu yo y sacar aquellas canicas para jugar en el pateo trasero de la casa de tu abuelo.
