Desde hace veinticuatro años no teníamos frente a nosotros un disco del legendario dúo inglés Everything But The Girl, quienes después de lanzar Temperamental (1999) entraron en un receso muy prolongado. Ben Watt y Tracey Thorn siguieron ligados a la música, y se casaron en el 2009, pero no había planes de lanzar algo juntos.
Thorn tiene cinco discos como solista, mientras que Watt se dedicó a ser DJ, tiene cuatro discos de estudio y se involucró en la escena de clubes nocturnos.A pesar de ser un acto icónico que lanzó discos clásicos en la cumbre de su discografía, como Amplified Heart (1994) y Walking Wounded (1996), los integrantes de Eveything But The Girl se alejaron del proyecto y hasta ahora regresan con un nuevo disco llamado Fuse.
El mismo sonido de Everything But The Girl, pero con una producción refrescante
Everything But The Girl siempre se caracterizó por tener una producción finísima, y desde su debut en Eden (1984) capturaron los oídos de los seguidores del jazz, bossa nova, drum and bass, new wave y hasta de la electrónica, eso sí, todo con un matiz pop que los hizo triunfar antes de los dos miles. Ahora, la expectativa era escuchar por qué géneros optaron para Fuse.
Para su onceavo disco de estudio, Everything But The Girl regresa de lleno a la electrónica, pero evidentemente con una producción propia del 2023, y se ve que Ben aprovecha todos sus años de experiencia como DJ y productor del género.
Con un beat profundo y percusiones aceleradas, en un breakbeat magistral, con líneas de bajo que evidentemente vienen de las influencias del drum and bass, Everything But The Girl entrega “Nothing Left To Lose”. Simplemente un temazo para marcar su regreso, nos emociona muchísimo escuchar la voz de Tracey reflexionando sobre el futuro y cómo es que la música es la salvación mientras el mundo se acaba.
“No One Knows We’re Dancing” es una muestra de que más de veinte años han pasado, y Everything But The Girl sigue siendo una maravilla cuando se trata de crear canciones que cuentan una historia e incorporan diferentes elementos que atraviesan géneros. Hay new wave y synth pop conviviendo con la icónica voz de Tracey, quien habla sobre la noche y la fiesta, de una manera romántica.
También “Caution To The Wind” es una electronica no tan acelerada, que funciona muy bien porque Everything But The Girl tiene muy claro que los guiños al pop, y los precoros y coros bien elaborados y pegajosos son las bases para una rola que te pone a bailar y a cantar sin que tenga que ser EDM.
Everything But The Girl nos trae el contraste entre el baile y la calma
Fuse de Everything But The Girl tiene rolas mucho más aceleradas que otras, y claro que hay tiempo para baladas que asimilan a un sueño, como lo es “Lost”, un recuento a los seres queridos que han partido, o “When You Mess Up”, que habla sobre redención después de los errores.
Quizás la balada más llegadora en este álbum de Everything But The Girl es “Run A Red Light”, que habla sobre vivir el momento y no pensar en lo que vendrá después. La voz de Tracey es sumamente conmovedora, y las voces de apoyo ayudan a crear una atmósfera nostálgica pero con un mensaje sobre aprovechar lo que tenemos.
Es inevitable relacionar las canciones agridulces de este disco con la enfermedad que le fue detectada hace años a Ben, padecimiento autoinmune sobre el cual incluso lanzó un recuento en un libro titulado Patient. Que Everything But The Girl haya visto la mortalidad más de cerca le da otro matiz a este lanzamiento.
Este lanzamiento tiene rolas aún más lentas que rompen bastante con una dinámica bien equilibrada entre nuevos temas para el dancefloor y baladas electrónicas. Nos topamos con “Interior Space” casi al final del disco, una canción lentísima que es casi hablada, algo que tira el ritmo del resto del álbum de Everything But The Girl.
El final con “Karaoke” es más adecuado, una canción que se aprovecha de la capacidad de Tracey para relatar historias y reclamar con un corazón roto. Siempre con la música como hilo conductor, Everything But The Girl nos regala una última balada con arreglos sutiles en electrónica y un órgano permanente de base.
La alegría de escuchar un regreso tan congruente como el de Everything But The Girl
Nos encanta escuchar que Everything But The Girl se animó por regresar al estudio para crear un disco tan bonito, aunque tenga momentos de calma extrema, el dúo hizo un gran trabajo para sus fans y para quienes apenas saben de ellos.
Una banda como Everything But The Girl, con tantas exploraciones sonoras y múltiples géneros como especialidad honra su carrera con un lanzamiento después de tantos años, y se nota que Ben y Tracey volvieron a esforzarse: la producción de ambos es impecable y la voz de Thorn continúa sonando tan emblemática como hace treinta años.
Para compensar con sus fans el tiempo perdido, Everything But The Girl decidió crear canciones nuevas que suenan a 2023, como ellos mismos lo han declarado y tan solo esperamos que se anuncie una gira para mostrar estas canciones en vivo. Para el lanzamiento de Fuse, EBTG lanzó mercancía nueva y ediciones físicas del disco que pueden encontrar en su sitio oficial.