La fotografía es una pieza fundamental para entender la historia de una sociedad. Gracias al enorme trabajo que hacen los fotógrafos tenemos una memoria en imágenes de los más grandes acontecimientos de la humanidad. Dentro de todos los profesionales que dedican su vida a mostrarle a este país sus fotografías, Santiago Arau sin duda es uno de los más famosos, por la calidad y sobre todo, la inmediatez con la que comparte su arte.
Justo antes de la primera edición del festival Sónar 2019 en México, platicamos con él sobre sus inicios en la fotografía, el enorme trabajo que hizo documentando todo lo que pasó el 19 de septiembre y lo que a él le gustaría capturar dentro de un concierto.
Tulum, Quintana Roo [2019]. pic.twitter.com/ncp7aNXOT9
— Santiago Arau (@Santiago_Arau) September 17, 2019
Algo que caracteriza a Sónar es que combina la música con algunas otras expresiones artísticas, como la pintura y la fotografía. Es aquí donde entra Santiago Arau, quien fue contactado por los organizadores del festival para que sus imágenes ilustraran la idea de que sería México el país al que llegarían. Una elección perfecta ya que el trabajo de Santiago es uno de los más importantes que tenemos, gracias a lo impactantes que resultan sus fotos.
La carrera de este gran fotógrafo empezó hace muchos años cuando, sin siquiera saberlo se enamoró de las fotos que tomaba con su familia y por algunos libros que encontró. Como le suele suceder a la gran mayoría de artistas, la pasión por capturar momentos importantes surgió como un juego.
“Nace desde que era pequeño, siempre me gusto ver libros de fotografías que tenían mis papás. Ir a casa de mis abuelos, comenzar a husmear y sacar libros de otros países, había una enciclopedia que recuerdo que tenía imágenes de países de todo el mundo como Japón, China, de Francia o Estados Unidos y no sé, cuando era pequeño veía esas fotos y me encantaba”.
“La primera foto que tomé en mi vida debe haber sido en algunas vacaciones con mis papás, en esas cámaras desechables que existían antes, que eran unas cajitas que vendía Kodak o estas marcas que ya no existen. Creo que lo mejor de esa época ir a esos centros y ver cómo iban cayendo tus fotos, era emocionante verlas después en los álbumes “
Chapultepec y Constituyentes. pic.twitter.com/jnEM584Cbq
— Santiago Arau (@Santiago_Arau) August 16, 2019
Aunque ya de grande, el amor por esto que lo apasionaba creció, y cuando estaba en la preparatoria fueron otro tipo de fotografías las que hicieron que Santiago decidiera dedicar su vida a captar imágenes sorprendentes de la CDMX y paisajes maravillosos de nuestro país.
“Recuerdo mi primer rollo en blanco y negro cuando estaba en la preparatoria y entrar al cuarto oscuro y revelarlo fue la primera experiencia que tuve con la fotografía ya en forma. Me encantaba ver los libros de Life, junto con todas estas imágenes de la Ciudad de México antigua. Me gustaba ir al Wings, por ejemplo, y ver las fotografías de la ciudad desde arriba en los años 30 0 40. Cuando empiezo a estudiar y la gente me empieza a reconocer por lo que hago, fue ahí cuando empecé a considerar seriamente la idea de dedicarme por completo a esto. Sin darme cuenta, porque lo seguía haciendo todo como un niño, jugando, como un hobby, después se convirtió en mi trabajo“.
Un sello característico en el trabajo de Santiago Arau, y que viene de la gran influencia que adquirió con aquellos libros que veía de niño, son las grandes vistas que nos regala en cada una de sus fotografías, no importa de qué se trate, si es en la ciudad o en la playa. Aquí hay que hacer un espacio para reconocer su gran trabajo con drones.
“Creo que desde que uno es niño va haciéndose historias. Todo el tiempo vas aprendiendo y teniendo consciencia de ciertas cosas. Yo al ver estas fotos aéreas de la Ciudad de México que me encantaban, inevitablemente me influenciaron, también apareció en los 90 cuando tenía 12 años un libro que se llamaba ‘México desde las alturas’ que yo lo veía y me volvía loco. Con la llegada de Google Earth y todo esto, como estar explorando lugares y viendo todo me animé a intentarlo. Todo se conjuga, pasó en un momento exacto donde aparece el internet y los drones con los teléfonos celulares. Es una mezcla entre el pasado y el futuro lo que me llevó a usar esta tecnología”.
La Luna desde Baja California pic.twitter.com/kCSGg9iWNQ
— Santiago Arau (@Santiago_Arau) July 10, 2019
Suena muy fácil comprarte un dron y empezar a tomarle fotos a todo lo que se te pone enfrente, la verdad es que no es así. Para lograr manejarlo con maestría y tener en mente lo que quiere transmitir con sus fotografías, Santiago tuvo que pasar por un enorme momento de aprendizaje y hasta trámites burocráticos para conseguirlo.
“Hay elementos que debemos considerar a la hora de utilizar drones. Es un objeto que está volando, pesa varios kilos y si tomamos en cuenta el peligro que puede ocasionar que le caiga esto a alguien en la cabeza pues si debemos tratar de ser responsables y tener ciertas regulaciones. Yo cuento con una licencia reconocida por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, tomé ciertas clases y cursos, así que hay que tener en cuenta que esto es muy nuevo, alrededor de cinco años”.
“No es complicado coordinar la foto mientras uso el dron, pero esta situación yo la veo como manejar, tienes que practicarlo diario para ser un maestro. Si lo vas haciendo con frecuencia vas adquiriendo ciertas habilidades. Yo ya lo hago de manera innata e instintiva, puedo estar concentrado en la estética de la fotografía, revisando los encuadres, la distancia y todo esto que lo representa mientras dejo a un lado el estar conduciendo esta máquina”.
Quizá uno de los trabajos más recordados de Santiago fue la certera visión a través de su cámara de todo lo que pasó aquel terrible 19 de septiembre de 2017, día en que la tierra se movió en varias partes de nuestro país, incluyendo la CDMX. El trabajo que hizo Santiago Arau impactó a tantos niveles que junto a Diego Rabasa y The New York Times publicaron un documental llamado Ciudad Herida.
En él nos muestra a través de sus cámaras toda la devastación, así como los trabajos de rescate y reconstrucción que el pueblo mexicano hizo para levantarse de un trago tan amargo. Gracias a este documental, ambos fueron nominados a los Premios Emmy. Sobre estas imágenes, Santiago es muy consciente de que se debía hacer a manera de tributo y no como una serie de fotos que generaran morbo.
“Son temas muy sensibles. Yo creo que la labor de los fotógrafos es retratar esta realidad para que quede como un recuerdo, como una marca. Evidentemente son momentos mucho más difíciles que tomar una foto de un atardecer porque hay factores fuertes, hay personas atrapadas, hay muertos, creo que –sobre todo en el 19-S– lo importante era ser respetuosos, tomar la seriedad que representa un temblor. La labor que hicimos fue de documentación y creo que eso hace que el valor de las fotografías sea otro, a diferencia de quien las subía para lograr un like o fama a través de una tragedia, eso era lo último que yo quería hacer”.
“Yo viví esto, vi fotos del 85 y eso hace que el momento también sea mío. Soy un chilango que también estuvo en riesgo durante el terremoto que ha estado en riesgo durante otros temblores y que seguramente estaré en riesgo en otros terremotos, eso hace que el entendimiento que yo tengo de la ciudad, de estos fenómenos y el sentimiento que tengo hacia lo que ocurrió ese día es distinto a la de otras personas que no son de México, por eso decidí fotografiar los derrumbes y lo que ocasionó el terremoto, porque me corresponde, soy parte de esto. Entonces lo compartí nada más para que quedara la evidencia de todo lo que pasó“.
[2017] pic.twitter.com/fx5YvOF5bk
— Santiago Arau (@Santiago_Arau) September 19, 2019
Santiago Arau ha tomado fotografías en lugares a los que no cualquiera está dispuesto a ir, en pequeñas comunidades de nuestro país a las que va para que los propios mexicanos y en otras partes del mundo. Estando consciente de que las mejores fotografías son esas, las que cuesta trabajo y tiempo alcanzar.
“Creo que las fotos que representan un mayor reto para mí son las que más me gustan. Me encanta estar en movimiento, y sobre todo esas fotos en las que tengo que irme a una montaña o que me costó trabajo llegar son las que me llenan. Las últimas fotografías que publico casi siempre son mis consentidas“.
Como ya lo habíamos mencionado antes, Sónar eligió a Santiago para ilustrar la campaña con la que querían darse a conocer, y él mismo reconoce que es un honor colaborar con ellos para dar una imagen impactante de lo que es la Ciudad de México con sus fotos.
“Es algo que me llena de orgullo, me da mucho gusto que un festival como Sónar se fije en mi trabajo para que sea la imagen. Creo que va muy de la mano, es un festival de música pero que propone nuevas tendencias como artes visuales y dentro de todo eso va incluida la fotografía. Donde los sentidos entran por los oídos, también hay algunos otros que entren por los ojos, y que la experiencia sea mucho más enriquecedora”.
Ya para terminar y no quedarnos con la duda, le preguntamos a Santiago cuál sería el artista que le gustaría fotografiar, aunque él está enfocado más en el entorno que rodea un concierto que en capturar a una banda o músico que más tarde podrías ver en todas las reseñas que sube la prensa.
“Si el público se da cuenta, mis fotografías son más de momentos, de la banda o el artista con el público y el entorno. Un lugar como lo es el Parque Bicentenario, muy bonito, donde en un buen día se pueden ver los volcanes y en primer plano puedes tener la torre de Pemex o la Latino, eso es lo que a mí me gustaría capturar, ver el festival con el fondo majestuoso de la Ciudad de México“.
Si quieres checar un poco más de la visión de Santiago Arau combinada con un cartel lleno de grandes artistas como BADBADNOTGOOD, Skepta, Bonobo y muchos más, no te puedes perder la primera edición de Sónar en nuestro país este 5 de octubre en el Parque Bicentenario.
Aún puedes conseguir tus boletos justo POR ACÁ. O está al pendiente de las redes sociales de SopitasFM porque regalaremos algunas entradas para que vayas y disfrutes del festival.