Con un impresionante show que además de reventar nuestros oídos, estaba lleno de espectaculares visuales que incluían rayos láser que apuntaban a la audiencia, Ratatat tocó este pasado fin de semana en el festival Corona Capital, presentando su más reciente disco Magnifique, el primero que hacen en cinco años y que marca su regreso a los escenarios.
Antes de tocar, platicamos con Evan Mast y Mike Stroud, quienes nos contaron sobre el proceso de grabar Magnifique, que los llevó hasta Jamaica, además de lo desafiante que es hacer música sin vocales y nos dieron su punto de vista sobre los ataques terroristas sufridos en la ciudad de París el pasado 13 de diciembre.
Han venido muchas veces a tocar en México, ¿cómo se sienten de venir nuevamente? ¿Habían tocado antes en un festival aquí?
No, creo que no. Espera, sí hace algunos años en Guadalajara, en ese mismo festival donde tocó Björk (Sonofilia, 2007). Siempre la pasamos bien aquí, ya tiene tiempo que no habíamos venido, pero las otras veces que hemos tocado en el país ha sido muy divertido y un poco loco, así que por eso ahora estamos emocionados.
Todo mundo es muy amigable siempre, organizando fiestas para nosotros, siempre dándonos buenas bienvenidas, la comida es increíble, y el clima es mucho más caluroso que en Nueva York, así que es muy bueno estar aquí en esta época del año.
¿Cómo fue el proceso de grabar Magnifique? ¿Por qué decidieron ponerle ese título y no seguir con la tradición de LP3 y LP4?
Detrás del nombre no hay ninguna historia, sólo lo elegimos porque sonaba gracioso (risas) Cuando comenzamos a grabar este disco por primera vez que fue hace años, comenzamos a dibujar la portada en la pared mientras grabábamos todo el día, y durante la noche nos fumábamos un par de porros, sólo por diversión y para reírnos un poco, porque en ese punto aún no pensábamos que dirección iba a tomar el disco, dejamos que sólo poco a poco fuera tomando forma. La cocina de la casa en la que estábamos trabajando era asquerosa, así que fuimos cubriendo todas las superficies con porros (Risas).
Además grabaron unas partes en Jamaica, ¿cierto?
Sí, fue grandioso, escribíamos las canciones en la playa, aunque la verdad es que la mayor del tiempo nos la pasamos nadando (Risas). Fue muy divertido, nunca habíamos estado antes en Jamaica, y vivimos un mes allá.
¿Qué fue lo que intentaron hacer en este nuevo disco?
Fue como regresar a las raíces, hacer más cosas con las guitarras, aunque desde el principio no planeamos nada para ser honestos, pero una de las pocas cosas que queríamos hacer era poner más guitarras, a diferencia de lo que habíamos estado haciendo en los últimos discos.
¿Es más fácil o difícil ser una banda de sólo dos personas?
Ha sido divertido, ambos somos muy quisquillosos y perfeccionistas con nuestra música, así que me sentiría muy mal con alguien que entrara a ser parte de esta banda (risas). Nos la pasaríamos diciéndole: “no, no, no”. Hemos trabajado juntos por tanto tiempo, que hemos desarrollado un gusto en conjunto, y creo que esa sería una cosa con la que tendríamos problemas con alguien más, necesitaríamos a alguien con un gusto muy parecido al nuestro. Y hemos llegado a un punto en donde en el estudio no hablamos mucho, porque ya sabemos que es obvio lo que queremos que pase, sólo nos decimos: “eso está bien, ahora vamos con lo que sigue”, ya no necesitamos explicarnos mucho las cosas, lo cual lo hace algo más fácil.
¿Y hacer música sin vocales?
Si quieres que tu música sea atractiva sólo con música y sin vocales, es un poco más desafiante, ya que tienes que hacer que las melodías sean pegajosas e interesantes. Para mí no tener que escribir letras es algo con lo que estoy feliz, pero definitivamente lo convierte en algo muy desafiante.
Además el público no canta…
Si, además nosotros tampoco hablamos durante el show. A veces ellos cantan las canciones, cuando estuvimos en España en el Primavera Sound, la gente antes de que tocáramos, comenzaron a intentar cantar nuestras canciones y fue genial, era como una version a capela. Siempre es agradable que cuando estamos tocando, sobretodo en festivales, suene una canción y ver que en realidad les gusta, porque siempre existe la posibilidad de que estén ahí pero no te conozcan.
¿Cuál es la experiencia más extraña que les ha sucedido estando de gira?
Una vez tocamos en un festival en Bélgica y nuestro tour manager, se robó un carro de golf porque intentábamos llegar al festival, pero le tenías que poner una moneda para que encendiera. En eso la gente de seguridad se dio cuenta y nos bajaron a patadas, pero no podían detener el carro de golf porque seguía avanzando, ya que le habíamos puesto una moneda. Fue muy divertido.
Y luego, una vez iba dormido en la parte de atrás de un camión y el chofer se detuvo, y simplemente se fue y me quedé ahí solo en medio de la calle, por suerte tenía unos walkie talkies y me pude comunicar con alguien. Lo más curioso es que ambas historias fueron parte del mismo tour (risas).
¿Cuál es su opinión acerca de los trágicos hechos ocurridos en Bataclan?
Estuvimos ahí una semana antes de que los ataques sucedieran, y el barrio donde pasó todo esto, donde está Bataclan y los cafés, en realidad es una zona muy concurrida, saber que tanta gente joven murió es muy triste y pensar que fue en esa área. Sabemos que hubo ataques en otras partes también, pero es que este último año hemos ido mucho a París y fue muy triste, odio a esos hombres. Cada mañana hay un nuevo ataque y una nueva historia. Es triste porque ahora París es como una zona militar, con un montón de tropas en las calles, es muy raro.
¿Cuál es su canción favorita del año?
“Pacifier” de Young Thug.
Por: @abrahamhuitronv