Por cuestiones que no importa explicar, estamos en Oporto, Portugal, una ciudad que hasta hace poco era muy, demasiado tranquila. Ahora, en busca de atraer más turismo del que ya atraía, es un caos: las máquinas trabajan todo el día en la construcción de nuevos transportes. A unos metros de donde estará una línea adicional del eficiente metro, en la Casa da Música, se presentó la banda alemana Einstürzende Neubauten, como parte de su tour The Year of the Tiger (así le pusieron, en 2020 iba a ser The Year of the rat).
Stuart A. Staples, vocalista de Tindersticks (banda que también estuvo hace unos días por estas tierras), dice que no le gusta escuchar música mientras camina por la ciudad, para no perderse las melodías que se producen en las calles, en el día a día. Los de Einstürzende Neubauten seguramente siguen la misma premisa, colocando especial atención a lo que las máquinas tienen que decir. Así se percibía desde sus caóticos inicios en los 80, así se sigue notando en sus más sofisticadas producciones. La mezcla de esas dos características, caos y sofisticación, se ofreció ayer en Oporto, luego de posponerse en dos ocasiones su presentación debido a… bueno, ya saben a qué.
Sin nada previo, ni siquiera mucha conversación entre los asistentes o chelas para entrar en calor (de hecho, minutos antes del show ni parecía que iba a suceder algo en el lugar), Einstürzende Neubauten salió puntual, según lo marcado: 21:30 horas. Con Blixa Bargeld completamente descalzo al frente, la banda comenzó con “Weeding”, tema de su último álbum, Alles in Allem que, así como casi todo lo que han hecho, es difícil de clasificar. Industrial, postpunk, avant-garde, experimental, todo eso explota a la vez.
Pese a la pinta excesivamente lúgubre de Blixa Bargeld, éste se dio tiempo para echar cábula con el público. Burlándose de quienes no pudieron entrar para escuchar la primera canción (acá cierran las puertas una vez que inicia el concierto y sólo las vuelven a abrir entre tema y tema) e intentando explicar sobre qué tratan sus canciones. “Grazer Damm es una calle de Berlín”, dijo socarronamente para sacar al público de la perplejidad en que cayó después de escuchar su interpretación de, precisamente “Grazer Damm”, un tema que lejos está de tratar sobre una avenida al estilo “Penny Lane”: “Refugios antiaéreos en todas las casas (…) no puedo dormir”, dicen algunos de sus versos.
Ten cuidado con los “instrumentos”
La actual alineación de Einstürzende Neubauten se describe así: Blixa Bargeld, voz; N. U. Unruh, percusiones; (el carismático y potente]) Alexander Hacke, bajo; Jochen Arbeit, guitarra y Rudolph Moser, más percusiones. Sin embargo, antes de apagarse las luces, más que un concierto, lo que parece que sucederá es una buena talacha. Por ahí había una guitarra y una batería, pero sobresalen tubos de todas dimensiones, tambos, costales, un carrito de súper y maquinaria de fábrica que, no importando que esté fuera de su contexto, debe continuar siendo manejada con total precisión. Para que salga el sonido deseado… o evitar descomponerlo.
“Ten cuidado con los instrumentos”, le pidió Blixa Bargeld a Alexander Hacke luego de arruinar en dos ocasiones “Ten Grand Goldie” por darle con mucha intensidad al extraño arco que sirve para extender un grueso resorte que, al ser batido, da la percusión sobre la que corren las tenebrosas notas del sintetizador y la germánica y contundente voz de a quien muchos recuerdan (y añoran) como parte de The Bad Seeds, al lado de Nick Cave.
De hecho, en estos momentos Einstürzende Neubauten recuerda mucho en el escenario a la banda de Cave (o viceversa, como sea). Toda la banda ataviada de forma pulcra y elegante (salvo Hacke, ése sí sigue en la onda punk) y llevando su música de lo más sofisticado a lo caótico, deliciosamente rozando con lo destructivo.
El setlist estuvo compuesto por todo el nuevo disco Alles in Allem. Tenía que ser, luego de no sacar nada nuevo desde hace 12 años, lo que se espera es que lo presuman. Todo eso más tres del aclamado Silence is sexy y tres más de su repertorio. Nada que reclamar. Einstürzende Neubauten es de esas bandas de las que no se esperan hits: valen por lo que hacen en el escenario, lo cual es inesperado y difícil de describir.
En su novela A máquina de Joseph Walser, el escritor portugués Gonçalo M. Tavares cuenta como un obrero es indiferente a la guerra. Para él, la guerra siempre ha estado en su trabajo, en la fábrica. La fábrica es su vida y su mundo. No hay más. Si esa novela tuviera música, seguramente sonaría a Einstürzende Neubauten.
Setlist
Wedding
Möbliertes Lied
Nagorny Karabach
Die Befindlichkeit des Landes
Sonnenbarke
Seven Screws
Grazer Damm
Alles in Allem
Zivilisatorisches Missgeschick
How Did I Die?
Am Landwehrkanal
Ten Grand Goldie
Susej
Encore
Taschen
Tempelhof
Encore 2
(Unknown)
Redukt