En la industria de la música, muchas veces escuchamos hablar de mentores. Bueno, tal vez no bajo ese concepto, pero muchas veces el éxito de un artista se debe a que detrás tiene una persona que confió en su talento… y no solo eso, sino que también se juegan una última carta para reventar la escena. En ese sentido, uno de los ejemplos más claros lo vemos en la relación de Dr. Dre con Eminem.

Paradójicamente, el también llamado “Slim Shady” es quien revivió la carrera del legendario productor ex N.W.A. hacia finales de los 90, luego de una crisis bastante delicada por la que este último pasaba. Pero no es una cuestión de que uno levantó al otro; más bien es un detalle de que ambos se encontraron casi casi por azares del destino y cuando más apoyo necesitaban, mutuamente se empujaron a la cima.

En esta ocasión, recordaremos cómo fue que Dr. Dre descubrió al icónico rapero de Detroit y cómo dominaron la industria en el proceso.

Dr. Dre y Eminem. Foto: Getty.

El cambio de aires de Dr. Dre

Todo artista tiene un periodo de carrera lleno de altas así como de bajas y Dr. Dre no es la excepción. Luego de brillar con N.W.A. a finales de los 80 y de posicionarse en la década siguiente como una de las figuras más importantes de West Coast Rap junto a la discográfica Death Row Records, llegó el momento de reinventarse.

Pero no era fácil desde ningún punto de vista. A mediados de los 90, la escena del hip-hop vivía un momento complicado donde la música pasó a segundo plano y lejos de lo artístico, las tensiones entre los raperos de California (Costa Oeste) y los de Nueva York (Costa Este) ya eran peligrosas. No hace falta ahondar tanto pues en este punto sabemos lo que pasó: Tupac Shakur y The Notorious B.I.G., los dos amos absolutos del rap, murieron en medio de esta absurda ‘guerra musical’.

Tupac Shakur y Snoop Dogg. Foto: Getty.

Aunque no lo crean, antes de la muerte de los dos ídolos, Dre ya se había cansado de la cada vez más violenta pelea, con todo y que él mismo era uno de los rostros más icónicos de la Costa Oeste. La Death Row era manejada de manera turbia por el actualmente condenado Suge Knight, quien lejos de trabajar como ejecutivo de la disquera, cada vez tenía más actitud de mafioso.

Entonces, no hubo más que pensar: Dr. Dre se hizo a un lado de todo eso, pero siguió manteniendo el contacto con su viejo amigo Jimmy Iovine de Interscope Records, el sello que años atrás había absorbido a Death Row. Teniendo fe en la nueva etapa carrera que quería seguir el famoso productor de Compton, Iovine consiguió que Interscope ayudara a que Dr. Dre estableciera su nueva discográfica: Aftermath Entertainment.

Lo siguiente era atraer talentos y en el caso de Dre, volver con un nuevo disco y mostrar que podía brillar una vez más. ¿Funcionaría? No de inmediato… es más, estuvo al borde de perderlo todo.

Dr. Dre. Foto: Getty

Una época complicada

Pues se armó. Aftermath Entertainment comenzó a operar y en 1996, se lanzó Dr. Dre Presents: The Aftermath que, debemos decirlo, fue un fiasco. La crítica lo apabulló y las ventas ni se diga. La inversión hecha por Interscope no fue redituable y se perdió bastante dinero de por medio. Los ejecutivos pedían la cabeza de Dre, pero Jimmy Iovine se mantuvo firme para aguantar a su amigo.

Dr. Dre nomás no hallaba por dónde crear algo nuevo, algo innovador, un proyecto que no solo lo regresara a lo más alto de la escena del hip-hop, sino que también le regresara parte del prestigio que años atrás había cimentado. Su credibilidad como productor y artista estaba en juego… pero pronto vendría un chico blanco de Detroit a detonar todo.

Dr. Dre y Emine. Foto: Getty.

Descubriendo a Eminem

El tiempo se le acababa a Dr. Dre y a finales de los 90 estaba a punto de tocar fondo, sin un proyecto que redituable que le diera más crédito en Interscope para mantener Aftermath a flote. Y ahí, fue cuando llegó la apuesta por Eminem. Tal como se detalla en el documental The Defiant Ones (disponible en Netflix), Dre acudió a una de las propiedades de Jimmy Iovine para escuchar algo de material que el ejecutivo tenía almacenado y con fortuna, encontrar algo interesante en qué trabajar.

Por ahí, sobresalió el cassette de un chico de Detroit conocido por entrenarse en batallas de rap. Sí, ese mero era Eminem. ¿Cómo llegó esa grabación a manos de Iovine? Lo más casual del mundo: Dean Geistlinger, un practicante de Interscope, acudió a las Olimpiadas de Rap que se realizaban en Los Ángeles durante 1997.

La final de aquel evento tenía frente a frente a Eminem con el rapero local conocido como Otherwize. Este último fue quien ganó y aunque Em quedó en segundo lugar, Geistlinger quedó más sorprendido con su potencial. Así que el practicante de Interscope no la pensó dos veces y tras la final, le pidió a Em uno de sus mixtapes titulado Slim Shady EP.

Dean le hizo llegar la grabación a Iovine mencionando lo talentoso que era el nuevo chico que quedó en segundo lugar en los Rap Olympics. Sin embargo, Jimmy solo lo guardó por ahí sin prestarle mucha atención… hasta que se lo dio a Dr. Dre para que lo escuchara. Pronto, Dre escuchó potencial en el rapero de Detroit (con todo y que ni siquiera le pasó por la mente que era un chico blanco).

Cuando se contactaron, Eminem acudió a Aftermath y casi de inmediato, grabaron una sesión con algunas muestras que el productor tenía ya echas. De esa primera experiencia juntos en el estudio, nació “My Name Is”. Ambos estaban ilusionados pues Dre sintió que había encontrado al artista que buscaba y Em estaba viendo su gran oportunidad de llegar.

La cosa no fue fácil pues los ejecutivos de Interscope -matriz de Aftermath Entertainment- no confiaban en que un rapero blanco triunfaría dado el historial de la escena dominado por afroestadounidenses. Aún así, Dre se jugó su última carta y aunque en un principio el mismo Em pensó que lo rechazarían por completo, produjeron en 1999 The Slim Shady LP, que reventó la escena musical con su irreverencia y se convirtió en su momento en uno de los discos de rap más vendidos en su primera semana en el mercado. Dre, Iovine y Eminem hicieron el trabajo.

Aftermath, Dr. Dre y Eminem en los 2000 y el brillo

A partir del lanzamiento de The Slim Shady LP, Eminem y Dr. Dre se hicieron inseparables y llevaron a Aftermath a donde el productor oriundo de Compton quería: a ser una nueva alternativa para los artistas de rap. Por otro lado, Death Row se había caído junto con Suge Knight y desapareció. Bad Boy Records de Puff Daddy, la casa del East Coast Rap, seguía triunfando pero ya no había rivalidades sanguinarias qué perseguir.

Para los 2000, todo el lío de la Costa Este y Oeste se enfrió y la batalla solo se libraba en las listas de popularidad, pero ya sin partidarios por ciudad o región. Y bueno, en lo que respecta a Aftermath, la primera década de los 2000 fue fructífera pues hubo trabajos con la legendaria Mary J Blige, con el mismo Eminem, se dieron a conocer The Game y 50 Cent, además de que en años recientes el panorama lo han dominado con Kendrick Lamar.

Ahí lo tienen. Así nació la mancuerna Dre-Eminem que regresó al legendario productor a la cima y que impulsó al de Detroit como uno de los raperos más grandes de todos los tiempos.

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Editor de Música en Sopitas.com; a veces escribo y hablo de otras cosas. Egresado de FES Aragón UNAM. Los gatos y la música son necesidad absoluta.

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