Hay una gran diferencia entre nuestros discos favoritos del año, y las portadas que para nosotros direccionaron a un lugar inesperado la música, o el trabajo de cada artista. Ya sea por una foto impactante, o la inspiración del creador detrás. El amor siempre ha podido entrar por los ojos, y más cuando de arte y música se trata. Aquí les dejamos el top de las portadas que nos cautivaron en las estanterías digitales y físicas. ¿Nos regalan alguno de estos discos de Navidad?
La portada del quinto disco de esta banda de Brooklyn, fue diseñada por su vocalista Andrew Savage, quien asegura que salió de una pintura que estaba haciendo mientras grababan el disco, y que no tenía la intención de que tuviera nada que ver con la banda. Un dato interesante, es que dice que eligió el color azul, debido a que parece sinestesia, y ese es el color que asocia con los sonidos que salen del álbum.
Para su tercer álbum de estudio, los alemanes de Moderat recurrieron una vez más a la ayuda de su amigo y colaborador cercano Pfadfinderei, quien también diseñó las portadas de sus primeros dos discos y además, es el encargado de hacer los visuales que acompañan a la banda en cada uno de sus shows.
Eric Timothy Carlson, artista originario de Brooklyn, Nueva York, fue el artista que realizó portada para el nuevo disco de Bon Iver. Para esto Eric escuchó cada una de las canciones y afirma que al principio, todo eran números, por lo que decidió hacer su propio código de símbolos que vemos reflejados en esta increíble portada.
Rihanna le encargó al israelí Roy Nachum diseñar la portada de este disco, y lo peculiar es que éste artista decidió incluir toda una serie de símbolos. La corona simboliza el estatus de estrella y éxito que ha alcanzado Rihanna, pero al estar a la altura de sus ojos, se refiere a que a veces el éxito te puede cegar. Y la mejor parte, los pequeños puntos que se ven, en realidad son un poema escrito en braille, y se trata de un extracto de “If They Let Us”, escrito por Chloe Mitchell específicamente para Rihanna.
Apenas un año después de lanzar Star Wars, la banda de Chicago regresó con otro disco que en lo musical volvió a cumplir, pero para la portada decidieron colaborar con el gran ilustrador español Joan Cornella, quien fiel a su estilo de contarnos historias bastante perturbadoras en cómics, ahora también lo hace para presentarnos una portada “electrizante”.
El disco salió el 1 de mayo del 2016. El diseñador de la portada es desconocido, así como el fotógrafo. Beyoncé reveló el arte a través de HBO, cuando transmitieron el documental del mismo nombre. La imagen esconde la cara de la superestrella, le da un aire muy dramático: ella con la cara agachada… Un diseño completamente coherente al discurso racial del disco.
Como se puede ver en la portada del álbum, cinco son los colores que engloban el debut de Oscar Powell, mismos que se encuentran en los aros olímpicos: Sport coexisten en comunión. La diseñó Guy Featherstone y sí, se inspiró en los Juegos Olímpicos, en la competencia física, en las líneas gráficas y en la configuración de color.
David Zilber es un reconocido chef de Noma, un restaurante que cuatro años seguidos ha sido rankeado como de los mejores del mundo. Este chef reveló que una de sus fotos de Instagram inspiró a Xavier de Rosnay de Justice, mientras éste cenaba en Copenhague, Dinamarca: la imagen es una captura de un recipiente en el que los residuos de aceite de un platillo de Turbot, pescado originario del mediterráneo, reflejan la influencia de lo brillante de una bola disco, con la finura de sus colores luminosos.
La portada del regreso después de 16 años de TITAN, hace referencia a lo kitsch, al ‘mal gusto’ cual esmalte de uñas barato. Pero también agresivo y estruendoso como una reja industrial. ¿Igualito que una ultra-violencia nacional?
Bryan Olson, un artista cuyo estudio está en Carolina del Norte, creó esta portada espacial. Es un amante de la música, y su trabajo normalmente refleja sus inquietudes, la naturaleza, el espacio, y lo desconocido.