Sobra decir que David Bowie es uno de los personajes más camaleónicos en la historia de la música. A mi forma de ver nunca lo ha hecho por mantener a la gente interesada en él y siempre a la expectativa –es más, creo que nada tiene que ver lo que piense la gente con esto–, sino por mantener el interés en sí mismo, por representarse ante sí de maneras distintas y que Bowie siempre fuera interesante para el propio David Jones.
Con sus primeros esfuerzos musicales en 1964 con Davie Jones & the King Bees y después en 1965 con The Manish Boys, todo fue fútil. La música que hacían era parecida a la del resto de las bandas de la época incluidos los Rolling Stones y The Kinks, por lo que era fácil que Bowie (en aquel entonces usando su nombre de nacimiento: David Jones) se fuera a intentar hacer algo distinto.
Antes de The King Bees, Bowie estuvo en una banda llamada George and the Dragons, con su amigo de la escuela George Underwood. Una banda que se disolvió al cabo de poco tiempo, puesto que tuvo una pelea con Underwood. Cabe que los ojos de Bowie no son de diferentes colores, sino que es por culpa de Underwood que tiene esa característica mirada, ya que fue él quien le dio un golpe en el ojo izquierdo en una pelea por una chica, ocasionándole parálisis retinal. Bowie tuvo que ausentarse durante ocho meses de la escuela y ser operado algunas veces para no perder la vista. Al final no perdió la vista, pero su retina quedó dilatada permanentemente. Después del incidente, Underwood y Bowie siguieron siendo amigos e incluso él fue el diseñador de algunas portadas de los discos de Bowie, incluyendo The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars.
Para 1966 Bowie ya estaba comenzando su carrera como solista, pero sin éxito. Poca gente entendía en aquel entonces de qué se trataba, ya que la música que tocaba no conseguía conectar con el público, tal vez a sabiendas de que no se trataba del género que quería explorar o explotar en realidad. Esto es un demo de “When I’m Five”, que está incluida en la película Love Me Till Tuesday que Bowie realizó para promocionarse. La película fue realizada en 1969, sin embargo, no vio la luz sino hasta 1984.
Comenzó a recibir atención con la canción “Space Oddity”, principalmente porque salió unos días antes el lanzamiento del Apolo 11, lo cual le dio cierta promoción. Sin embargo, la gente seguía sin entender el concepto de Bowie, principalmente por sus canciones folk, post hippies que rondaban un poco en la psicodelia y que no podían competir con el rock más pesado de la época, aquel del que Bowie no quiso participar. La historia dicta que a Bowie le esperaba otro tipo de grandeza, una de la que pocos podrían gozar y que lo convertiría en un ícono mucho más etéreo e intangible, comparado con otros de sus contemporáneos.
Bowie trabajaba en algo mucho más grande y partiendo de diferentes formas de experimentar fue creando, casi sin que nos diéramos cuenta, un concepto que sería mucho más complejo y genial que lo que muchos habían imaginado para aquel entonces. El glam rock nació y desde su nacimiento, encontró a su rey y a su reina juntos en un mismo ser: Ziggy Stardust. La androginia de Bowie le ha válido retener ambos títulos y sólo ir cambiando el género musical. Siempre el rey, siempre la reina, siempre Bowie.
Para 1972, Bowie ya no era un músico emergente buscando el éxito, en realidad siempre buscó algo más, y para entonces ya había conocido a Andy Warhol y a su séquito, entre los cuáles figuraba el mismísimo Lou Reed. Bowie obtuvo mucha influencia de The Velvet Underground para los discos que hizo después de su llegada a Nueva York en 1971, por lo que no dudó en colaborar con Lou Reed cuando éste le pidió ayuda para su segundo disco, Transformer, el cual fue producido por David Bowie y Mick Ronson (quien era además músico de cabecera de David) ayudando a Lou a darle forma a las canciones de las que ya tenía compuestas las letras, a la par que trabajaba en The Rise and Fall of Ziggy Stardust.
Sin mucho qué decir sobre ese disco les dejamos un documental sobre Bowie y la historia de Ziggy Stardust, narrado por el gran Jarvis Cocker:
Para 1973, la carrera como músico iba en ascenso y como productor era fructífera, ya que David estaba produciendo el épico Raw Power de The Stooges. Y así se creó una de las trinidades del rock. Con Lou compartiría el escenario varias veces y su influencia y amor mutuo sería épico. Con Iggy compartió una vida en Berlín y una luz creativa.
Para David Bowie siempre ha sido más importante el arte y la música que lo demás. Sus propias transformaciones son arte para sí mismo el cual, por suerte, comparte con nosotros. Su música, sus creaciones, no sólo se trata de sus propios discos, sino que se extiende hacia las voces y las manos de otros, sin quitarles el crédito, sin opacarlos. Sabiendo cuándo mantenerse abajo del reflector y cuando estar detrás de él. Ése es David Bowie.