Más allá del auge de la música electrónica en Europa y en algunas partes de Estados Unidos como Detroit o Chicago en los 90, en el pop también ocurría un movimiento que quedó en la memoria de todos pero sobre todo, que marcó la historia de la música. En aquel entonces surgieron las coreografías súper bien ensayadas, los looks en los que el ombligo era el centro de atención cuando se usaban jeans de tiro alto y tops o bien, los pantalones holgados tipo cholo con cadenas y camisas igualmente holgadas. La temática de las canciones, en su mayoría, era sobre el enamoramiento y cómo es que éste no era correspondido o bien, el corazón roto.
Con una fórmula que en ese entonces no estaba tan gastada o que al menos la gente no lo percibía tanto, surgieron bandas como *NSYNC, Backstreet Boys o solistas como Christina Aguilera y por supuesto, Britney Spears, una joven que a diferencia de todas las bandas y artistas que surgieron en su época, supo aprovechar la oportunidad que se le presentaba, se adaptó y finalmente logró colocarse en la cima hasta llegar a ser considerada como “la princesa del pop”.
La clave del éxito de Britney no fue la complejidad en los sonidos, una voz excepcional o algo parecido, sino que simplemente las composiciones estaban muy apegadas a lo que un adolescente pasaba o por lo menos, lo que pensaba. De aquí fue que surgió un hit que da nombre precisamente a su álbum debut: “…Baby One More Time”, un tema que habla de los sentimientos de una chica tras romper con su novio y posteriormente lamentar esa decisión que, hasta cierto punto, ya no tiene remedio.
Una canción compuesta por el sueco Max Martin y producida por Martin y Rami Yacoub, salió un 23 de octubre de 1998. Lo curioso de este éxito, fue que en un principio pasó por los ojos del trío de R&B de Atlanta, Georgia, TLC y posteriormente Robyn. Ellas rechazaron esta rola y, para fortuna de Britney, llegó a sus manos sin saber que hasta hoy, dos décadas después, este sencillo es uno de los más coreados y recordados por generaciones como parte de la cultura pop.
Max Martin – el principio de todo
“…Baby One More Time”, además de estar compuesta y producida por Max Martin, fue producida en los estudios Cheiron de Estocolmo, donde surgieron éxitos de Backstreet Boys o de Robyn misma. Cuando la compuso, Martin tenía una gran influencia de parte de ABBA, una de las agrupaciones pop por excelencia. De ahí es que en el inicio de la canción se escucha un piano y varias guitarras pero también, en la mitad y al final de ésta, hay un clímax que para muchos, es la parte más dramática que le da todo el sentido no solo a la melodía sino a la letra misma. Es ahí justamente cuando se escucha a varias voces que acompañan a Britney cantando “my loneliness is killing me / I must confesó is killing me, killing me”.
Desde su lanzamiento, rápidamente alcanzó los primeros lugares de Billboard Hot 100 e incluso, la audiencia catalogó a “…Baby One More Time” como el mejor tema pop de todos los tiempos. Por su parte medios especializados en música le otorgaron buenas críticas y sobre todo, elogiaron la composición al punto de que fue considerada para los Grammy de 2000 y posteriormente, tras vender más de 10 millones de copias alrededor del mundo, se convirtió en uno de los sencillos más vendidos de todos los tiempos.
El video
Otro factor que también tuvo un gran impacto en la cultura pop y sobre todo en la música, fue el video, en el cual Britney Spears aparece bailando alrededor de una escuela preparatoria moviendo su pluma y finalmente, esa reminiscencia a los uniformes que en muchas escuelas se utilizaban y que daban la señal de “inocencia” pero, una vez que las faldas se doblaban para quedar más cortas y las camisas mostraban el abdomen, la “chica buena” se convertía en una Lolita.
Cuando el clip apareció en MTV, otro ícono de la cultura pop noventera, también se terminó con esa inclinación que este canal de televisión tenía por el rock y géneros parecidos para dejar entrar al pop —y desde entonces no soltarlo—. Su target cambió y, en vez de acoger a los fans del grunge y rock alternativo, comenzó a enfocarse en fans que se sintieran identificados con la música que atrapaba al nuevo milenio y sobre todo, a los adolescentes, mismos que como Gilles Lipovetsky lo dice en su libro, La Era del Vacío, la posmodernidad y el consumo de los productos derivados de la misma, son propagados a través de los medios masivos y la música en especial, está hecha a la medida y para que los jóvenes la consuman sin detenimiento alguno. Los adolescentes son un target fácil porque son los que mejor pueden ser influenciados. Una vez que se logra bombardearlos con tal o cual producto o incluso una canción, ellos buscan la manera para obtenerlo. Son los seres que más consumen ropa, música, accesorios, aparatos tecnológicos y muchas cosas más porque tienen el acceso para obtenerlos y el poder adquisitivo — a través de sus padres— para hacerlo. Y ojo, no nos referimos a todos pero sí a la mayoría.
Los motivos son muchos, las razones prácticamente incontables. Hoy “…Baby One More Time” es un referente de la música pop de los 90, de la cultura misma de esa generación. Britney Spears, sin saberlo, llegó para colocarse a la par de Madonna y, en vez de ser “la reina”, se colocó en el lugar de “princesa”. Su legado quedó para ser recordado, para tener otros éxitos como “Oops!… I Did It Again”. En su momento se consideró que las influencias de Britney Spears venían de estrellas pop como Janet Jackson, Mariah Carey o Whitney Houston. Hoy ella es el referente de estrellas pop como Lady Gaga, Miley Cyrus, Katy Perry, Taylor Swift o Ariana Grande —estas últimas tres son producidas por Max Martin, el mismo que sin esperarlo, a sus 27 años convirtió en una estrella a una joven 10 años más joven que él.