Reseña: CocoRosie
Miércoles 30 de septiembre
Teatro Blanquita
México, DF.
EL CONCIERTO
Las hermanas Casady se encuentran promocionando Heartache City, su sexto álbum de estudio que ha sido estrenado hace unos días. Un álbum que muestra por una parte el clásico sonido lo-fi pero que incluyen excelentes elementos electrónicos y vocales. La gira recorrerá países como Argentina, Perú, Chile, Alemania, Londres y París; México parece ser una de sus localidades favoritas y obviamente no podía faltar. La sede fue el Teatro Blanquita, quien se sumergió bajo una esencia circense-cabaret melancólica y energética.
OPINIÓN
Al estar formado para entrar me recibió inmediatamente un cartel de Niurka semi desnuda presentando su obra “Semesienta”, recordé lo bizarro que puede ser mi querida Ciudad de México y cómo en un mismo lugar pueden ocurrir este tipo de contradicciones. En fin, sólo fue un paréntesis.
Al acomodarme, Haciendo el Mal estaba como telonero en el escenario, un sonido pop-folk con melodiosas voces femeninas, guitarras, batería y un acordeón calentaron el escenario. La congregación se comenzó a reunir y a llenar las butacas del teatro en sus últimos temas.
Casi en punto de las 10pm saltó Sierra al escenario, quien inmediatamente al tomar el micrófono nos sumergió en un estado de melancolía que anunciaba el color azul que nos cobijaría en toda la noche. Casi de inmediato toda la agrupación estaba en el escenario, Bianca y Sierra al frente vestidas con overoles en un estilo circense; Takuya Nakamura (sintetizadores y trompeta) del lado izquierdo, y del otro lado Tez, el encargado de los ritmos beatbox.
La primera parte del set mostraron el poderoso sonido de Heartache City, una mezcla perfecta del sonido clásico de CocoRosie con sus voces y elementos lo-fi pero que se complementaban perfectamente con los arreglos electrónicos por parte de Takuya y las sublimes intensidades que Tez generaba. No pasaron ni dos canciones y el público decidió abandonar las butacas y levantarse a bailar, era tanta la emoción y la energía que la banda transmitía que realmente estar sentados resultaba un poco incómodo.
A parte de la sublime energía melancólica también destacó las personalidades vocales de las hermanas: por un lado teníamos los versos y rimas hip-hop de Bianca y por el otro la sublime y excelente ejecución de Sierra; la fusión era tan espectacular que conmocionaba y erizaba la piel por muchos momentos
A lo largo de la presentación se notaba que los músicos comenzaban a soltarse ante la emoción que el público les transmitía, Takuya y Tez se movían de un lado a otro al igual que las hermanas que no dejaban de bailar explosivamente, particularmente Sierra.
En el intermedio se quedó Tez demostrando su excelente manejo en el beatbox, nos hacía mover el cuerpo y al no encontrar cómo explicar nuestra emoción por su talento, concluíamos con gritos y elogios. Después las hermanas regresaron vestidas totalmente distinto con muchos colores encimas de ellas.
La segunda parte del set fue el momento más íntimo de la noche, interpretaron sus clásicos y hermosos temas como Terrible Angels. La melancolía (esa bella y contemplativa) se apoderó de nosotros, quienes apaciguamos la locura presentada en la primera parte y nos pusimos en un mood más tranquilo para apreciar los juegos acústicos entre guitarras, voces, trompeta y juguetes infantiles.
A pesar de que sentíamos que el tiempo no pasaba sabíamos que el final se acercaba, aunque la banda no parecía estar cansada de moverse de un lado a otro tuvieron un cierre realmente poderoso, todos los instrumentos y voces se unieron para hacer retumbar el teatro y despedirse de México.
Hubieron momentos entretenidos donde los integrantes se abrazaban, se cargaban, se reían y aplaudían mútuamente. También invitaron a cierta cantidad del público a subirse al escenario y bailar juntos, seguro recuerdan a la morra que quería a huevo besar a alguien y que se quedó -a pesar de que ya había terminado la canción- a tomarse la selfie (qué oso).
Lamentablemente sufrimos las complicaciones por parte de la sede. El equipo de audio dejaba mucho qué desear y creo que la banda vio sus consecuencias; en varias ocasiones señalaban alguna corrección de sonido que no nos permitía disfrutarlo como ellos querían. Por momentos se escuchaba muy bajo Takuya, en otros Tez pedía que le bajaran por que parecía que las bocinas no soportaban las altas frecuencias de su beatbox que hacían tronar las bocinas; las hermanas tuvieron problemas con sus micrófonos y su guitarra acústica. Se notaban un poco incómodos con esto pero no se transmitió al público, demostraron lo mejor de su parte ya que aun así hicieron a todos levantarse a bailar sobre una pista de lágrimas.