SOMBRAS DE ORO – CENTAVRVS
DURACIÓN: 43 minutos
FECHA DE LANZAMIENTO: 29 de julio
PRODUCTOR: Centavrvs & Toy Selectah
En los dos últimos años, Centavrvs ha sido una de las obsesiones de los medios independientes nacionales que habían estado buscando un sonido que distinguiera a la escena indie mexicana de todas las demás. Centavrvs despertaba una nostalgia, no precisamente por la música regional mexicana que siempre ha estado presente de una manera u otra en el entorno cultural, sino por la combinación de la tradición con la modernidad. La modernidad, en este caso, toma la forma de la música electrónica. Aunque hemos escuchado muchos esfuerzos por otros artistas de capturar esa misma esencia, es una irónica coincidencia que la semana pesada celebramos el vigésimo aniversario del álbum que gozó del mayor éxito popular en ese terreno: el Re de Café Tacvba. En 1994, los Tacubos demostraron que había una audiencia para un estilo de música donde converge lo folclórico con lo contemporáneo– ok, lo contemporáneo de aquella época, el dichoso rock en tu idioma. En Sombras de oro, la banda no sigue los pasos del Café sino más bien parece que buscan establecer su propio nicho. Ellos mismos se describen como electrónica regional mexicana al mismo tiempo que surgen nuevos artistas como Los Macuanos y Siete Catorce que ofrecen una propuesta similar aunque con un acercamiento distinto. El objetivo es el mismo: imbuir la identidad latina en la electrónica.
Traer el campo a la calle de la ciudad no es cosa fácil. Los músicos deben mostrar un respeto y conocimiento de la materia prima. La música que ha formado parte de la tradición cultural de tantos grupos indígenas y por tantas generaciones es fácil de generalizar pero imposible de simplificar. Cuando hablamos de “música regional” es como si alguien señalara con el dedo a un mapa de la república mexicana y dijera, “ahí está mi casa.” Sombras de oro parece estar arraigado en el folclor del norte del país, pero no pone mucho énfasis sobre una región en particular, como si proviniera de un pueblo perdido en el llano tipo Comala. El elemento regional de Sombras de oro más bien representa un tiempo pasado, o mejor dicho, EL tiempo pasado. Algo así como un tributo a nuestros antepasado para mostrarle que sus tradiciones siguen vigentes, sólo que con algunas modificaciones. Un beat por aquí, unos efectos de ambient por allá. Quién sabe si ellos aprobarían de los experimentos, pero ya es parte de la constante evolución de la cultura popular.
Sombras de oro es un álbum que exige paciencia y varias escuchas para hallarle su encanto. En el primer párrafo mencioné el Re de Café Tacvba, el cual va directo por la yugular, pero el debut de Centavrvs se toma su tiempo. ¿Por qué? Porque la banda no solo adopta los instrumentos tradicionales y sus arreglos, también su estilo natural, que es lento como sí solo– pero tiene sus recompensas. Así como las películas del cine de oro mexicano son como ver un vaso llenarse a cuentagotas, la música folclórica del norte también es un reflejo de sus vastos y desolados paisajes. El aspecto electrónico, sin embargo, le inyecta un beat para mantener a la gente moviéndose, como en “Sombras de oro” y “Chiquita milagrosa”. Las canciones que se inclinan más por los ritmos tradicionales como “La tarde me dio” o “Por donde andaba” pueden convivir en armonía con los teclados de “Mañana no”, por ejemplo. Es de aplaudir el hecho de que Centavrvs pueda mantener un balance entre estos dos mundos, ahora solo hace falta poblarlo de vida. Le hace falta un ingrediente a “Sombras de oro” para que Centavrvs salga de su nicho en el futuro. El primer disco de la banda es un esfuerzo sólido, pero las canciones carecen de esa chispa de emoción necesaria para contagiar al oído escéptico.
1. La noche y un huracán ***
2. Sombras de oro ****
3. El reino del cacao ***
4. Chiquita milagrosa ****
5. Por eso ****
6. La tarde me dio ****
7. La Valentina ***
8. Por donde andaba ****
9. La tierra habla (interludio) ^
10. Colibrí ***
11. Mañana no ***
12. Al final ***