El coronavirus ha pausado a la industria musical de manera indefinida, o al menos en cuanto a conciertos y festivales de música se refiere. La razón es simple: los shows en vivo tienen todos los elementos para desatar un contagio masivo y que se salga de control para las autoridades sanitarias de cada país.
Cosas como no poder mantener la sana distancia, cantar (expulsas gotículas de saliva que transmiten la enfermedad), sudar y más son algunas de las cuestiones que han impedido que se lleven a cabo eventos masivos de música, algo que además de entristecernos también ha significado un impacto económico muy fuerte para quienes trabajan sobre el escenario y detrás de él.
Un experimento para saber si es peligroso asistir a un concierto en estos momentos
Aunque muchos de nosotros estamos ansiosos de ir a un concierto, por el momento lo mejor es esperar hasta que llegue una cura o bien, que las empresas dedicadas a eso adapten los conciertos con sana distancia y en auto, tal y como lo hará la Virgin Money Unity Arena de Newcastle, donde tendrán un show con actos en vivo como Two Door Cinema Club, The Libertines, y más.
Pero mientras estamos esperando pacientemente, parece que en Alemania ya están evaluando otros métodos para saber cómo y de qué manera se pueden llevar a cabo conciertos y estos no representen una amenaza para la salud. Lo decimos porque varios científicos de ese país han lanzado una convocatoria para un experimento, el cual busca conocer los parámetros para que se lleven a cabo conciertos seguros.
Reunirán a más de 4 mil personas en un sólo lugar
No es broma. Se trata de un proyecto llamado Restart-19, el cual se llevará a cabo el próximo 22 de agosto en Gewandhaus, un foro de conciertos ubicado en la ciudad de Leipzig. Los científicos han convocado a 4 mil 200 personas sanas para que asistan a un concierto en vivo del cantante y compositor alemán, Tim Bendzko, todo con el fin de conocer qué riesgos se corren al asistir a un lugar cerrado, lleno de gente y en plena emergencia sanitaria.
De acuerdo con el portal BrooklynVegan, lo único que los interesados deben hacer es comprobar que tienen entre 18 y 50 años, así como confirmar que han dado negativo en la prueba del COVID-19. Después, basta con que se inscriban en la página web del proyecto, mismo que hasta ahora ya cuenta con más de mil voluntarios ansiosos por escuchar música en vivo.
Así funcionará este experimento
Los encargados de Restart-19 brindará cubrebocas y dispositivos portátiles que medirán la proximidad de cada asistente, los cuales emitirán una señal cada cinco minutos para informar sobre la distribución de la gente en la sala de conciertos (o que tan cerca o lejos están, pues).
También, los voluntarios de este experimento recibirán botellas con desinfectante flourescente que dejará ver las superficies que la gente ha tocado y de esa manera, evaluará cuáles son las áreas que podrían ser de mayor infección para quienes vayan a conciertos en vivo. De igual forma, se utilizarán maquinas de humo durante el show y para ver si el coronavirus se puede transmitir por el aire.
Restart-19 ha sido financiado por los estados alemanes de Sajonia y Sajonia-Anhalt, así como la Universidad Martin Luther de Halle-Wittenberg, quienes esperan que con este proyecto –en el que se invertirán casi un millón de euros– se pueda saber si existe una manera de controlar los espacios cerrados y se reanuden los shows en vivo en esta “nueva normalidad”, algo que ayudará muchísimo a la industria musical de Alemania y el mundo.
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