Y continuamos con esta sección que busca recordar aquellos artistas nacionales que han marcado historia en nuestra identidad cultural. Músicos que gracias a su legado tenemos un registro específico de una época, porque la música dice más de lo que oímos a simple escucha, a través de ella podemos entender elementos más complejos como económicos, políticos, sociales, etc.

La importancia de la historia es tener un registro que nos permita entender y analizar nuestro presente y nuestras aspiraciones a futuro. Lo mismo pasa con la música, conocer su paso por el tiempo nos ayuda a entender y conformar nuestra identidad cultural, algo sumamente valioso teniendo en cuenta la riqueza de nuestro país, misma que puede estar un tanto amenazada por la monstruosa industria musical pero que podemos mediar al menos siendo conscientes de su existencia, además de que puede incentivar a que los actuales compositores tomen en cuenta los diversos lenguajes musicales que México ha dado.

Esta ocasión hablaré de Chayito Valdez, una reconocida cantante de música popular mexicana quien hace dos días dejó este mundo después de haber permanecido 13 años en coma y que indudablemente es importante mencionar su papel dentro de nuestra esencia mexicana.

Chayito Valdez fue reconocida como una mujer luchadora a pesar de los muchísimos obstáculos que se le presentaron a lo largo de su carrera.

 

 

Desde pequeña, mientras vendía empanadas en la entrada del cine Murcia en Guasave, Sinaloa, llamó la atención por su gran talento en la voz, tanto así que Amalia Mendoza, mejor conocida como La Tariácuri, quiso ser su madrina para darle educación y prepararle artísticamente. Su madre se negó por el dolor que le causaba separarse de ella.

Sin embargo, Chayito continuó intentándolo sin importar, formó el dúo “Las guerrilleras del Norte” con Manuelita Acuña al mismo tiempo que mantenía a su familia vendiendo comidas, frituras, lavando ropa ajena, trabajadora doméstica y hasta pizcando algodón. Debido a que no alcanzaba el dinero para cubrir los gastos el dúo se disolvió.

Posteriormente Chayito se casó con Bárbaro Bojórquez quien tras sus celos le privó continuar con la búsqueda de ser cantante profesional. En ese entonces se dedicó exclusivamente a su familia, hasta que tras su separación resurgió la idea de regresar a los micrófonos. Fue en 1970 que Chayito se acercó a Doña María Zacarias para jurarle que haría su último intento por su carrera artística, obteniendo así una maquina de coser que empeñó para grabar cuatro canciones que le abrieron a la fama: “Besos y Copas”, “Una Noche me Embriagué”, “Una Sombra” y “Amor que Muere”.

 

 

Con un tiraje limitado a 50 discos, Chayito los vendió personalmente bajo la comitiva: “Te vendo el disco, escúchalo, si no te gusta te regreso tu dinero”. Pero de pronto “Besos y Copas” comenzó a sonar por todas partes que no tardó en recibir un contrato por una disquera.

A partir de allí el éxito de Chayito fue en acenso, logrando el apodo de “La alondra de México” y recorrió todo el país en eventos personales, bailes, palenques, ferias, lienzos charros, plazas de toros, etc; ganándose la reputación de la máxima cantante popular mexicana, de hecho hasta fue proclamada como la sucesora de Lucha Reyes.

Chayito logró consolidar 40 producciones y 450 canciones grabadas, lo que ejemplifica el arduo trabajo que siempre mostró en toda su carrera musical.

Lamentablemente su vida también estuvo lleno de accidentes. En septiembre de 1985 sufrió un aparatoso accidente cuando su camioneta se volcó en la carretera de Zacatecas, Saltillo, en donde sufrió un accidente en la columna vertebral que la dejó sin movilidad en sus extremidades. Este accidente le cerró las puertas a varias presentaciones e invitaciones, tristemente sólo por su condición física; sin embargo, ella no detuvo su constante lucha y en el año 2000 comenzó a presentarse de nuevo en Palenques, y promocionó sus dos últimos materiales discográficos.

 

 

En el 2003, el personal del Aeropuerto de Guadalajara, mientras era trasladada a la terminal, no la sujetó bien y cayó a la pista, con lo que recibió un fuerte golpe en la nuca, la cual al parecer no tuvo ningún problema aparente. Pero ese mismo año sufrió una severa deshidratación, cuando fue llevada al hospital y por negligencia médica -según su hija- ella convulsionó y su cerebro dejó de recibir oxígeno, entrando en un sueño profundo del cual nunca pudo despertar.
El legado de Chayito es impresionante, nos dejó corridos que hoy en día son sumamente populares, entre estos “Caballo Prieto Afamado”, “Caballo Prieto Azabache”, “El alazán y el Rocío”, “El Cantador”, “Caballo Tequila”, entre grandes canciones como “Besos y Copas”, “Una Noche me Embriagué”, “ Ambición”, “Celosa”, “Se marchó”, “San Juan del Río”, “Son Habladas”, “Espejito”, entre muchas más.

¡Muchas gracias Chayito Valdez!, es hora de descansar.

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