Decir que han pasado 30 años de uno de los discos más emblemáticos de la carrera de Soda Stereo es decir poco. Una banda que ha pasado a la historia por crear unas letras, unas melodías que se sienten en cada fibra de nuestro ser es digna de celebrarse, de recordar.
Luego de su formación en 1982, para principios del siglo XX Soda ya tenía como antecedente cuatro álbumes de estudio —Soda Stereo (1984), Nada Personal (1985), Signos (1986) y Doble Vida (1988)— y para el 7 de agosto de 1990, esta agrupación argentina estaba dispuesta a apostar una vez más por un rock y letras en español que trascenderían por su sensualidad y provocación.
Para acompañarlas, Gustavo Cerati y compañía se inclinaron por una portada que trasgredió los preceptos del “arte en las portadas” que se tenia en ese entonces y apostó por algo más conceptual: un león y una leona copulando.
De entrada es importante mencionar que originalmente el disco se iba a llamar Tensión e integridad, sin embargo, Soda Stereo lo cambió a Canción Animal para englobar más el concepto que tenían en mente y sobre todo, por las canciones que habrían en él.
Ahora bien, con una portada bastante sencilla, Soda eligió el color naranja para el fondo, las letras azules un tanto distorsionadas con el nombre del LP y de la banda en tono azul y abajo, la imagen de los leones. La “ofensa” fue tal, que varios países censuraron este disco y por lo tanto, para no perder impacto, Soda cambió la imagen y los colores para darle un toque “más comercial”.
Si bien en 1990 esto fue un insulto, hoy podemos decir que lo que Gustavo Cerati, Héctor ‘Zeta’ Bosio y Carlos Alberto Ficicchia ‘Charly Alberty’ lograron fue algo mucho mayor. Algo que quedó en la historia y que muchos medios especializados catalogaron como “uno de los mejores discos de todos los tiempos”.
Cómo olvidar “De Música Ligera” —un himno que cada que se escucha se desgañitan las gargantas—, “Hombre al agua”, “Sueles dejarme solo”, “Té para tres” y por supuesto, “Un millón de años luz” y “Entre caníbales”, la primera de una estructura simple y contundente que hoy día es coreada en cada rincón de América Latina y la otra, es una canción que invita al amor, al deseo, a la pasión, al disfrute del otro, a sumirse en ese dulzor que solo el erotismo y la provocación en el acto pueden provocar. Una belleza.
Hoy se rinden tributos a esta banda, hoy los temas de Canción Animal, a pesar de haber tenido algunos cambios, son cantados como si fueran himnos, como si fueran una oda a la vida, al amor, a la pasión, al sexo pero sobre todo, al rock.