Café Tacvba nos regaló un nostálgico repaso por su discografía en el Auditorio Nacional (con todo y orquesta)

Se sabe que Café Tacvba siempre es garantía. Siempre. Y esta vez no fue la excepción. La banda de Ciudad satélite hizo brincar, bailar y por qué no, soltar una que otra lagrimita con su show en formato acústico en el Auditorio Nacional con un lleno total, acompañado de banda de metales y orquesta sinfónica. ¡¿Qué tal?!

A más de 30 años de su nacimiento, Café Tacvba sigue dando noches de baile. Y pues ahí les va: nos dimos una vuelta a lo que fue la primera de las cuatro (todas agotadas) que tenían en el auditorio. La banda presentaba “Un segundo concierto acústico”.

Con un escenario con luz tenue y lo que parecían bombillas colocadas en diferentes puntos del escenario, nos daban una idea de que sería una noche íntima, y claro, pues sería un set acústico, como lo decía el nombre del evento.

Café Tacvba en el Auditorio Nacional — Foto: César Vicuña

Fue poco después de las 20:30 horas cuando el venue se quedó completamente a oscuras, obvio la gente no se hizo esperar y soltó ese grito ensordecedor al mismo tiempo de la emoción. ¿Con cuál irán a empezar? se preguntaba la gente.

“Sale sola de noche María“, y claro que todos ubicaban “María“, canción de su primer álbum que lleva por nombre el mismo que la banda. “Diente de león” fue el corte que siguió. Al término de este par de rolas, Rubén agregó un sencillo pero muy sonriente: “muchas gracias“.

“Trópico de cáncer” fue la tercera rola que se echaron en el set de la noche, y a partir de ahí comenzaron a desempolvar algunos de hits como “El metro” y “El ciclón” canciones que no tocaban en vivo desde el 2017. “En aquellas nos épocas nos gustaba el alcohol, ahora nos sigue gustando pero más para las heridas del corazón“, decía Rubén antes de dar inicio a “Bar Tacuba“, misma rola que no tocaban desde el 2018.

“Muchachas, muchachos, buenas noches, ¿cómo están todos ustedes?” dijo Rubén Albarrán, agradeciendo al público y a los músicos que los acompañaban por estar todos reunidos esa noche.

Con “nuestro público son como las flores, son bellísimas, de muchos colores y olores exquisitos”, era obvio, seguía “Las flores” y por si alguno de los asistentes seguía en su lugar, esto sin duda lo hizo pararse pues el Auditorio era ahora, una pista de baile. Eso fue solo el calentamiento, con un “venga vamos a bailar” seguía “La chica banda” y sí, esto se descontroló, todos agarraron a su acompañante para seguir bailando.

“Paparupapa eu eo, paparupapa eu eo…” todos coreaban, pero no, aún no era tiempo, sabíamos que ese corte sería parte del final. “La muerte chiquita”, “Olita de altamar” y “Futuro” fueron los cortes que sonaron acompañados de una banda de metales llamada “Los Bronces de Oaxaca” y los arreglos musicales de esas canciones sonaron increíbles.

Y llegó la orquesta sinfónica

Si creíamos que habían sido muchas sorpresas por la noche, estábamos equivocados, un telón a medio escenario se abrió y quedó por descubierta la orquesta sinfónica que acompañaría a los tacvbos para tocar “El aparato”, “La locomotora”, “Las batallas” unida a “Rarotonga” y terminando con “Esa noche“.

La energía que se sentía en el venue era increíble, todos los fans gritaban una a una cada palabra, bailaban cada nota musical; sin duda fue una experiencia para recordar, pues sabemos que los shows de la banda de Ciudad Satélite son garantía pura.

Entonces vimos un organillero (sí de esos que tocan en Coyoacán y que son parte de nuestra cultura popular) caminar al centro de escenario y empezó a sonar “Mediodía“, otra joyita que no tocaban desde hace un par de años en vivo. Con saxofón y un solo de trompeta acompañándolos sonó “El outsider“. Algo similar a lo que vimos en su segundo Unplugged.

“Ya chole, chango, chilango que chafa chamba te chutas”, sí, todos conocemos esta rolita, “Chilanga banda” estaba rompiéndola súper duro. “Pachucos, cholos y chundos, chinchinflas y malafachas, acá los chómpiras rifan y bailan tibiritábaraaaaa” todos gritaban y brincaban a un mismo tiempo. Al terminar los aplausos y la ovación no se hizo esperar, pues sin duda era una de las canciones más esperadas de la noche.

“Volver a comenzar” iniciaba y todos, no sabemos de dónde pero seguían sacando energía para cantar y bailar. Con “El puñal y el corazón” daban por terminada la primera parte del set, y no, aún no era el final pues faltaban varias otras joyitas de su discografía pero era un break justo y necesario, llevaban casi 2 horas de echarnos canción tras canción sin parar y los fans también necesitaban darle un trago a su bebida para poder seguir.

cafe-tacvba-auditorio-nacional — Foto: César Vicuña

Unos minutos después regresó la banda, “El espacio” y “Volcán” (dedicada a nuestro planeta), fueron los canciones que dieron inicio a la segunda parte (encore) del set. Después de esto, Meme tomó el mando de los micrófonos para tocar “Aviéntame” y claro, otra de las joyitas esperadas (por no decir himno), “Eres” fue sin duda de las más coreadas y dónde el público sacó todo el sentimiento y los pulmones para que sonara una misma voz en todo el lugar.

Con “Quiero ver“, Rubén regresaba al escenario. Y sí, ahora sí era la hora… “paparupapa eu eo, paparupapa eu eo…” con “El baile y el salón” esto estaba terminando (o eso creíamos). “Les deseamos lo mejor para ustedes, para sus corazoncitos“, agradeció el vocalista de la banda a todos los asistentes, sonaba a la despedida.

Pero justo cuando creíamos que ya había terminado, salieron en compañía de el duo huasteco, mismo que los acompañó en su festejo de 30 años, y pues sí, sonó el cover de Juan Luis Guerra, “Ojalá que llueva café“. Ahora sí, era el final del set.

Con un setlist muy variado recorriendo todos sus materiales discográficos en un formato acústico, más 30 músicos incluyendo a los tacvbos en escena y más de 3h de música y baile, sin duda los Tacvbos dejaron bien en claro por qué son una de las bandas más importantes de nuestro país.

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