En medio de esta ola de conciertos inmisericorde para la cartera, los regios disfrutarán de un cartel de primera en el Live Out 2018 con The Weeknd, St. Vincent, The Chainsmokers, Vance Joy, entre otros, en un festival que se está convirtiendo en un clásico del norte.
Y como sabemos que una visita regiolandia debe tener parada obligada en un buen restaurante de cabrito o machaca, te daremos estas opciones donde puedes encontrar un buen menú que no castigue tanto tu economía.
Según cuenta el chisme, el cabrito llegó gracias a los primeros españoles que habitaron en estados como Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. Entre los inmigrantes que se asentaron había árabes y sefardíes que viajaban con alimentos como el cabrito, cordero, borrego y especias desconocidas. De ahí inicia la tradición y adopción del platillo que siempre debes probar en cada visita a Monterey.
1.- El Gran Pastor
Uno de los lugares tradicionales, aquí el mero mole es el Cabrito, además de otras propuestas culinarias como machito asado, o una riñonada como plato fuerte que está para agarrar valor antes de entrarle al festival. Ubicado en Dr. José Eleuterio González #702 Col. San Jerónimo, Monterrey.
2.- El Gran San Carlos
Desde 1980, este restaurante brinda a sus comensales un cabrito asado único, botana y unos frijoles con ‘veneno’ que te harán revivir después de la batalla con tus cuates.
3.- El Rey del Cabrito
Sí, es un clásico pero no por ello demerita que no debas visitarlo si no lo conoces. Hay una extensa variedad en carne y otros platillos como cabrito, riñonada, pecho y plato mixto que contempla media orden de Cabrito y media de arrachera. ¡Una delicia! Ubicado en Av. Constitución 817 Ote, Centro, Monterrey.
4.- El Pipiripau
Ubicado en el mítico Mercado Juárez, este es el mero sabor del barrio norteño y con un precio mucho más accesible que los restaurantes típicos. Su sazón es único, aparte de cabrito, hay también tacos de machitos que son una delicia si te lo sirven asado.
5.- El Indio Azteca
Este establecimiento existe desde 1920, desde antes que las calles de Madero y Diego de Montemayor tuvieran su primera pasada de cemento o asfalto. Aunque su regla se escuche de la época de las cavernas, este es un sitio para machos ya que no se admiten mujeres ni niños. Según Don José González, fundador del lugar, es para protegerlos de las trifulcas que caracterizan a las cantinas cuando se pasan de chelas. Hay cabrito, machaca y otras delicias de la región.