Por: Abraham Huitrón
Fotos: Santiago Felipe
Muchos hicieron fila desde las primeras horas de la tarde para presenciar este momento desde el lugar más cercano posible. Regresaron un día después con la simple esperanza de verla. Otros corren minutos antes hacia el escenario antes de que empiece el show, una marabunta de gente que se mueve y baila en la obscuridad.
Björk sale vestida con un enorme, alucinante y al mismo tiempo elegante vestido blanco, que coordina con los músicos que tocan los instrumentos de cuerdas a la pefeccion, es la elegancia andando, mientras Arca vigila desde atrás en los sintetizadores, a manera de maestro de ceremonias.
Arranca con “Stonemilker”, y suenan “Come to Me”, “Jóga” y “Unravel”. La gente canta con una emoción que enchina la piel. Björk se balancea de un lado a otro, su voz suena excelente, parece que sale directo del disco. La gente es respetuosa, la mayoría lo está viviendo, sintiendo, conmoviéndose con la música. Qué bien se siente, nos hemos olvidado de disfrutar las cosas sencillas. Pero claro, nunca falta el prietito en el arroz que está grabando, no podemos convencer a todos.
Qué bueno que no canceló, pensábamos que ella sería una de las primeras en abandonar el barco y nos negaría la oportunidad de presenciar el maginífico show que estamos viviendo. No lo hizo y eso habla maravillas de ella, una artista consagrada que se baja de su pedestal para darnos una lección de música. Con su suave balanceo le coquetea al público, es como si le diera pena, como si se mordiera el rebozo. Pero al mismo tiempo le encanta y lo disfruta.
Ahora suena “Isobelle” y la gente continúa cantando de principio a fin. Hay una señora a nuestro lado, delgada, piel blanca, cabello negro rizado, con chamarra negra, de unos 35-40 años. Está cargando a un bebé profundamente dormido y tapado con una cobija. Un hombre que parece su esposo está de pie al lado de ella, cargando un “canguro” para el pequeñín y rompiendo las reglas al grabar con su celular. Ella es la más fan de Björk que hemos visto en este lugar. Está sentada en la sección Plus, pero canta cada canción de una forma que nos conmueve, parece que arrulla a su bebe con la música que está escuchando. Es más, nos da la sensación de que en cualquier momento se va a soltar a llorar, lo podemos ver por lo lagrimosos que lucen sus ojos. Y porque reconocemos ese tipo de sentimientos tan bellos que sólo nos provoca la música. Gracias Björk.
“Gracias”, dice la cantante islandesa en español, son las únicas palabras que le dedica a la audiencia, mientras sigue en lo suyo. Los temas se siguen escuchando uno tras otro, “Bachelorette”, “Wanderlust”, el debut en este tour de “Mouth’s Cradle” e “Hyperballad”, mientras Arca sigue siendo su mejor cómplice, manejando con maestría los tiempos y los sonidos, perfectamente sincronizados con los violines y cellos. Por momentos parece un concierto de música clásica.
Björk lo dejó claro en nuestra entrevista, este show está más enfocado a tocar sus éxitos, y está cumpliendo. No lo hace muy seguido en sus shows, y nos sentimos afortunados de verla aún con todo y las viscisitudes del clima. Es de esos momentos únicos que realmente estamos viviendo y que ninguna pantalla de un celular puede describir. Se quedaría corta. Incluso estas palabras también.
Después de un pequeño encore regresa para cerrar con “History of Touches”. Los fuegos artificiales salen detrás de ella mientras baila, todo un espectáculo. Algunos incluso están llorando entre la audiencia, literalmente conmovidos hasta las lágrimas. Podemos ser o no fans de Björk. Podemos decir que nos gusta o no nos gusta su música y extravagante estilo. Lo que no se puede negar, es que su show de anoche en Ceremonia, sin celulares, nos hizo sentir vivos de nuevo, y no cualquier músico puede hacer eso.
Setlist
Stonemilker
Lionsong
Come to Me
Jóga
Unravel
Quicksand
You’ve Been Flirting Again
Isobel
Bachelorette
5 Years
Wanderlust
Notget
Mouth Mantra
Mouth’s Cradle
Mutual Core
Hyperballad
Encore:
History of Touches
