Reseña y Fotos: THE RISIN’ SUN & BIG BIG LOVE
Sábado, 17 de enero
Lunario del Auditorio Nacional
México, DF
Arrancamos el 2015 con nuestro propósito de año nuevo de ir a un concierto por semana (por lo menos) y, para ser más preciso, cumpliendo con nuestra serie de recomendaciones de eventos montados por bandas locales, nacionales e iberoamericanas. Anoche se presentaron dos de nuestras propuestas favoritas del DF en un show organizado por Concierta Independencia bajo la dinámica de “dos variantes en un solo lugar”. Y en efecto, The Risin’ Sun y Big Big Love realmente no tienen mucho en común entre ellos, fuera del hecho de que ambos son originarios de la misma ciudad, sus letras están en inglés, sus canciones son largas, y cada banda cuenta con tres integrantes. Bueno, BBL tiene todo un coro y orquesta (más o menos) apoyándolos, pero los oficiales son tres.
THE RISIN’ SUN
Mientras el Auditorio Nacional se prendía con la música alegre de La Arrolladora Banda El Limón (¿qué les digo?), a un costado del monumental recinto, en el pequeño pero elegante Lunario, tuvimos oportunidad de ver a dos propuestas muy prometedoras de la siempre emergente escena independiente de nuestra extraña ciudad. The Risin’ Sun es una banda de tres piezas (guitarra, bajo y batería ¿qué más quieres?) que se subió a un DeLorean para viajar a los días pre-Avandaro y regresó al presente para que nos “fumemos” unas “rolas” de “buena vibra” que tanto le “latían” a nuestros “viejos” que andaban en su “rollo” (todavía empleamos en nuestro léxico el vocabulario de las novelas de José Agustín así que mejor no le hagan muchos caso a las comillas).
Por poco más de una hora, The Risin’ Sun tocó algunas canciones originales de garage rock acompañadas por aquellos visuales psicodélicos imprescindibles de ácido lisérgico. Desde su sonido, su forma de vestir y hasta sus gestos al público (la señal de la paz) todo es una réplica exacta de la onda garage sesentera, tomando sus influencias de The Stooges, The Sonics, y The MC5. De hecho cerraron su set con un cover de “Ramblin’ Rose”, muy al estilo de su padrino Wayne Kramer, Fred “Sonic” Smith, y Rob Tyner, además de otras interpretaciones de grupos como el Grand Funk Railroad y Skip James(!) Siendo fiel a la vieja forma de tocar, la banda mostró su oficio con riffs blueseros bien ejecutados, solos de batería, y vocales ligeramente rasposos tipo Hendrix con un toque de Burdon.
Luego llegó el momento de cambiarse el casette en la cabeza para digerir EL CHOQUE DE ESTILOS. Y vaya que fue un choque, pero bueno… de cualquier forma da gusto ver un Lunario lleno de gente que está apoyando a sus bandas independientes de casa. BBL es un grupo más afín al indie rock medio progresivo de bandas como Foals y Bombay Bicycle Club, y también hay algo de otras bandas tipo Woodkid, Of Monsters and Men y Arcade Fire. Muchas percusiones, algunos instrumentos de viento como flauta y sax, y coros “Hey ho!” para que el público los acompañe (me parece que ese es el término técnico, acuñado por Owen Pallett).
Fue una presentación cuya energía fue subiendo de intensidad mientras transcurría la hora. El vocalista principal brincaba emocionado de los teclados a la guitarra y luego a las percusiones, a veces en el lapso de una misma canción. Incluso los coristas parecían muy clavados con sus convulsiones emotivas. Fue interesante ver cómo se mantenía un orden a pesar de la locura y hasta 10 personas sobre el escenario, entre coros, metales e invitados especiales. Tomando en cuenta que la única canción relativamente corta fue un cover de los Beatles (“Everybody’s Got Something to Hide Except Me and My Monkey”) la banda hizo un buen trabajo de mantener al público entretenido con sus cambios de tempo, arreglos interesantes, y un entusiasmo contagioso. Nunca perdieron el hilo, lo cual indica que están listos para cosas más grandes, si se atreven o gustan dar ese paso.
RESEÑA: Shy Shy Love (@ShyTurista)