Luego de que el festival Coachella se quedara sin Beyoncé en su edición de 2017, lo que dejó a muchos de sus fans decepcionados, este año regresó con todo y, como estamos hablando de Beyoncé, superó cualquier expectativa, al grado en que los asistentes ya le llaman al evento de Indio, California Beychella.
La actuación de la primera mujer negra en encabezar Coachella comenzó con la interpretación de “Crazy in Love” acompañada de una banda muy al estilo de Nueva Orleans, para luego interpretar su propia versión de “Lift Every Voice and Sing”, una canción también conocida como el “Himno Nacional Afroamericano“.
Después de interpretar varias canciones de su álbum Lemonade, cayó la primera sorpresa de una ya de por sí memorable noche: Beyoncé comenzó a cantar “Deja Vu”, y no podría hacerlo sin su esposo, Jay-Z.
Jay Z joins Beyonce at Coachella pic.twitter.com/c1xBITjc4w
— Brand New Hip Hop (@brandnewhiph0p) April 15, 2018
Lo que ya era un espectáculo grandioso, ejecutado a los niveles de perfección a los que Beyoncé nos tiene acostumbrados, terminó por convertirse en una actuación que difícilmente será olvidada. Coachella pasó a ser Beychella cuando la tan rumorada reunión de Destiny’s Child se hizo realidad.
La banda integrada por Kelly Rowland, Michelle Williams y, por su puesto, Beyoncé Knowles, regresó a los escenarios para interpretar éxitos como “Say My Name,” “Soldier” y “Lose My Breath”.
Esta increíble actuación que duró cerca de 2 horas sentó un precedente, no sólo en la carrera de la cantante, sino para las futuras presentaciones de Coachella. Con coreografías impecables, una actuación envidiable y una producción extraordinaria, no cabe duda que Beyoncé dejó en claro por qué es también conocida como Queen Bey.