Existen pausas que son siempre bien recibidas. En esta ocasión, Beach House se tomó tres años para traer un nuevo disco, que hace referencia al número de álbumes que han sacado a lo largo de su carrera. Después de que en 2015 lanzaran no uno, sino dos materiales, la dupla de Baltimore regresa con 7, una producción que está plagada de experimentaciones, de ritmos más oscuros, de una batería que se vuelve la protagonista pero sobre todo, de libertad.

¿A qué me refiero con esto? A que en esta ocasión Victoria Legrand y Alex Scally no dependieron directamente de una disquera. Ellos se tomaron el debido tiempo y los debidos momentos, para que una vez que les llegara la inspiración sacaran los cortes que hoy podemos escuchar. 

Beach House regresa con '7' mucho más oscuro, complejo pero sobre todo más libre

“En cuanto al arte del disco tomamos una dirección artística. Echamos mano de otras personas así que trajimos ejemplos de elementos visuales que fueron inspiradores para nosotros. Algunos de ellos fueron Apparat, yo había hecho collages de mujeres de los 60 y 70, retomé cosas de Andy Warhol y trabajamos con un equipo de diseño en Baltimore y después de mostrarles las cosas ellos las unieron. A ellos se les ocurrió mezclarlo todo, darle esos colores y agregarle la parte del centro tornasol, como si fuera una especie de holograma. Eso fue genial”, contó Victoria.

Desde que lees las canciones que contienen el disco, te das cuenta que te encuentras ante un Beach House completamente distinto, renovado. Bastó con escuchar sus sencillos “Black Car” y “Lemon Glow” para saber más o menos a lo que nos enfrentaríamos y no nos equivocamos, pues el material suena brillante y al mismo tiempo sucio; en todo momento se siente ese ritmo pegajoso de la distorsión y después el brillo de los sintetizadores.

De palabras del propio Alex Scally, cuenta lo orgánico y libre que se fue dando todo: “El disco fue grabado en nuestro espacio (específicamente en el estudio en casa del baterista James Barone), como una especie de disco en casa (home record), pero también en un estudio en Connecticut, Los Ángeles y lo terminamos en Londres”, “Tiene muchas fusiones, muchos corazones”, añadió Victoria. 

“Se trató mucho más del momento. Cuando estábamos emocionados por una canción nos poníamos a trabajar en ella. No teníamos que esperar seis meses para agendar una fecha de grabación. El acercamiento era más próximo. Era una energía muy agradable. Íbamos al estudio cuando queríamos”, relató Alex. 

¿Cuál fue el resultado de esta libertad no solo creativa, sino también colaborativa?, que ahora 7 le da un gran protagonismo a la batería. Pero también a la guitarra y a los sintetizadores de manera única. Deja de lado los sonidos ambientales para hacer las rolas un poco más pesadas pero que al mismo tiempo siguen conservando esa chispa, ese efecto meloso con el que conquistaron desde la primera vez. “Dark Spring” tiene un arranque de batería que después le deja todo el trabajo a la guitarra de Scally y a la voz reverberante y encantadora de Victoria. 

Después, como si se tratara no de Beach House, sino de una canción de Slowdive, aparece “Pay No Mind”. Los toques shoegaze son el resultado de las guitarras pesadas y el bajo. El track se vuelve sucio pero agradable. Después está “Lemon Glow”, que inicia con distorsiones del sintetizador y guitarra, con algunos toques que lo hacen encantador e igualmente pesado que la canción predecesora. 

De acuerdo a las palabras de Victoria, en “Lemon Glow” sientes el happy beat, mientras que en otras canciones como “Drunk in LA” y “Black Car” escuchas el drum beat. “Si hay algo en lo que nos inspiramos para este disco fue el ritmo. Siempre nos dejamos llevar por él”, comentó.

Por su parte Alex explicó que él, personalmente, tomó inspiración en la música acústica: “La forma en la que una canción se suena como vacía es lo que más me llamó la atención. Hay una clase de espacio dentro de un track acústico. Deja el espacio abierto y eso es lo que intenté hacer aquí”. Para esto “L’inconnue” es la prueba perfecta pues, con las dotes de habla francesa de Victoria, deja ese espacio entre una melodía que al principio se escucha como si se tratara de un coro de la iglesia o una plegaria, pero posteriormente se va transformando con sonidos ambientales —como de un pájaro en el bosque—y luego la batería retoma el ritmo junto con el sintetizador. 

Hay algunas canciones que tienen solo batería y guitarras, hay otras que solo tienen guitarras y sintetizador. La mezcla de estos elementos se va equiparando para darle al disco un ritmo tenue, pesado y a la vez ligero, contemplativo pero a la vez movible. “Dive” podría decirse, refleja un poquito de esos altibajos pues, aunque comienza muy lenta, a la mitad está plagada de distorsiones que no cesan. 

“Siempre me siento más emocionado por el próximo disco que vamos a hacer. Nos involucramos mucho más. Cada álbum es un paso. No volveremos a hacer el tipo de música que hicimos en el pasado. No podemos volver atrás. No es la forma en la que trabajamos, nos gusta seguir adelante”, comentaron Alex y Victoria. Y debo decir que es cierto pues, aunque en 7 hay algunas partes que suenan un poco a los discos predecesores, especialmente a Thank Your Lucky Stars (2015) y Devotion (2008) —disco que acaba de cumplir su décimo aniversario—, “Lose Your Smile”, “Girl of The Year” y “Last Ride” podrían remontarnos a esos discos o aquellas épocas, sin embargo, se sienten como algo nuevo, como un remanente de lo que fue pero ya jamás será, de un proceso evolutivo a algo más. A algo mejor. 

De todo el disco me atrevo a decir que los puntos más altos son “Dark Spring”, “Lemon Glow”, “Drunk in LA”, “Black Car” y “Woo”. Ésta última es la que suena más distinta a todas las canciones de 7, ya que inicia con un poderoso sintetizador que da la impresión de que empiezas a escuchar una canción ochentena, pero luego comienzas a percibir que en realidad se trata de Beach House. Luego está la letra, que así como el resto de las canciones, aborda una historia de una mujer. Cada tema tiene la misma secuencia, algunos hablan de una mujer “que sale de noche”, otros del corazón y la esperanza que tienen de un nuevo día para amar a esa persona, otros relatan lo vacío y banal que es la vida. Bien lo dijo Victoria, es importante que las personas primero escuchen el disco para así descubrir los títulos de las canciones”.

Cada experiencia que hemos tenido haciendo un disco ha cambiado nuestras perspectivas, nos ha alterado. Y hemos aprendido mucho. Esa (el lanzamiento de Depression Cherry y Thank Your Lucky Stars) fue la última vez que nos sirvió para aprender lo debilitante o desgastante que es estar en el estudio y por mucho que quieras experimentar no tienes mucho tiempo. Creo que entre 2014, 2015 y ahora, hubo un gran periodo de crecimiento. Y no sé de qué forma porque nosotros realmente no pasamos mucho tiempo analizándonos a nosotros mismos, pero realmente creo que se refleja en la música, porque es algo muy visceral. Cada que hacemos un disco nos altera en formas que son muy importantes pero al mismo tiempo muy natural.

Tal vez Bloom (2012) haya sido su disco más difícil. Según su relato, fue el sucesor de un álbum que los puso en el radar y que generó expectativas. Hoy Victoria Legrand y Alex Scally ya no sienten esa presión porque, hasta cierto punto, ya tienen un nombre, son conocidos y su música, por más compleja o distinta que sea, gusta. Gusta porque como ellos mismos lo dijeron no miran atrás. Aprenden de sus derrotas, de sus momentos difíciles y siguen adelante. Todo es muy orgánico, natural. Todo llega a un mismo resultado y ese es 7, que de principio a fin te engancha, que revoluciona el dream pop y le da matices con nuevos géneros y nuevos sonidos que jamás decepcionaran.

Para celebrar el lanzamiento de 7, Victoria y Alex tomaron la decisión de ofrecer un concierto en la Ciudad de México después de que su presentación en Ceremonia fuera cancelada. Decidimos hacer el concierto de lanzamiento del disco aquí porque nunca habíamos cancelado un concierto, pero debido a que el año pasado Ceremonia canceló ese día, nos sentimos muy mal por las personas que compraron su boleto para ir a vernos. Así que quisimos asegurarnos de no esperar un año después de la publicación del álbum para venir a tocar a México. No sabíamos cuántos fans teníamos. Realmente no habíamos seguido de cerca esto y ahora (que lo sabemos) nos sentimos muy afortunados y agradecidos. Los shows que hemos dado aquí han sido muy buenos”.

Para entrarle de lleno a la primavera, Beach House estrena el sencillo ‘Dark Spring’
Beach House se presentará en la CDMX el próximo 11 de mayo.

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