Este fin de semana se llevó a cabo la tercera edición de Bestia Festival, uno de los festivales más arriesgados en cuanto a curaduría musical. Desde su primera edición el festival nos ha ofrecido carteles interesantes con proyectos que comúnmente no escuchamos en los medios masivos, o que difícilmente aparecerán en cartelera en las principales salas de concierto bajo su propia cuenta. Sin lugar a duda uno de los eventos favoritos de los amantes de la música arriesgada, y que con alegría percibimos que comienza a tener un buen público consolidado que lo espera año tras año. En esta edición el cartel fue curado por el aclamado músico y compositor John Zorn, lo que garantizaba que disfrutaríamos de una buena selección musical bajo rigurosos oídos de un músico de esta talla.

Primer día: Concierto semi-acústico

El festival tuvo inicio el viernes pasado en la Biblioteca Vasconcelos con un concierto semi-acústico donde presenciamos y disfrutamos actos nacionales que pertenecen al sello discográfico Tzadik -el cual lidera John Zorn-. Por un lado presenciamos el acto de Dora Juárez Kiczkivsky, quien, principalmente, jugó con voces que previamente eran manipuladas para así experimentar bajo las múltiples posibilidades vocales. Por otro lado estuvo el proyecto de Ernesto Martinez titulado Microritmia, en éste el músico experimenta bajo una pequeña orquesta de 8 músicos donde cada uno improvisaba bajo ciertos patrones rítmicos que terminaban en una mezcla interesante de tonalidades. La maravillosa sede si vistió de azul y abarrotado de asistentes presenciamos dos actos vanguardistas que ponen en alto a los compositores mexicanos.

Segundo día: Concierto Ciclo John Zorn en el Lunario

El segundo día nos congregamos en el Lunario del Auditorio Nacional donde fuimos deleitados por espectaculares presentaciones a cargo de Klezmerson, Abraxas, Secrets Chiefs 3 y Bladerunner. Un concierto donde pudimos disfrutar de diversos tintes musicales.

Klezmerson invadió el recinto con una combinación interesante entre la música judía klezmer con el folclor de la música tradicional mexicana.

Abraxas se encargó de hacernos vibrar los tímpanos bajo imponentes distorsiones y enérgicos solos, nos recordó un estilo de math rock pero obviamente fijado más hacia el free jazz.

Secrets Chiefs 3 llenó de cierto tinte esquizofrénico el ambiente del Lunario, la banda mostró una enérgica presentación con abruptos silencios que hacían hincapié en la genialidad de sus composiciones, la banda mezcla estilos diversos como música del medio Oriente, sonidos de Bollywood y death metal.

Bladerunner fue el plato fuerte, la agrupación está formada por John Zorn, Bill Laswell y Dave Lombardo, quienes se encargaron de una sesión de improvisación en el cual cada músico hacía destacar el talento nato tras su instrumento; Lombardo bajo redobles sumamente frenéticos se mezclaba a la perfección con la ejecución de Zorn tras el saxofón, quien a su vez, demostró qué tanto conoce su instrumento ya que creaba interesantes texturas bajo diversa formas de ejecución.

Bladerunner fueron los encargados de cerrar la noche y para hacerlo aun más mágico, tras la petición del público de escuchar otra, invitaron a músicos de los demás proyectos a simplemente improvisar, lo que terminó en un formidable cierre.

Día 3: Proyección – Concierto “El Gabinete del Dr. Caligari”

Para cerrar las actividades del Bestia Festival se proyectó en el Auditorio Nacional la versión restaurada de El Gabinete del Dr. Caligari, la cinta muda de 1920 dirigida por Robert Wiener, que al mismo tiempo fue musicalizada en vivo por John Zorn.

Zorn tomó el órgano monumental del Auditorio Nacional para musicalizar la emblemática película del expresionismo alemán, y lo hizo de gran manera. Logró hacer un score totalmente ad hoc con la estética de la película. Por momentos estuvimos inmersos en ambientes misteriosos o un tanto tétricos donde ligeramente se escuchaban bajos como una base continua acompañados de ligeros campaneos, en los momentos de mayor suspenso atestiguamos el poder del órgano que sin lugar a duda podía sumergirnos en un profundo volumen que retumbaba en nuestros pechos.

El músico demostró su gran talento multiinstrumentista. A nuestro parecer la composición fue bastante digerible teniendo en cuenta que el músico puede lograr muy complejas composiciones que resultan ser un tanto difíciles de entender a primer escucha, pero habrá que poner hincapié que esta ocasión la intención era el acompañamiento, y bajo esta premisa lo hizo de manera excelente. Algunos fanáticos de la carrera de Zorn hubiéramos deseado explotara más aquel órgano que -tristemente- parece sólo empolvarse.

En cuanto a la película estéticamente es todo un triunfo artístico, con su particular diseño de escenografía, el maquillaje cargado y las necesariamente exageradas actuaciones, es una película que vive en su propio universo pero que es, aún con sus desventajas técnicas, una obra maestra atemporal.

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