A casi veinte años del lanzamiento de Funeral, Arcade Fire presenta su sexto disco de estudio, titulado simplemente WE.

Los canadienses han lanzado una variedad de LP’s con distintos conceptos y estructuras, y en esta ocasión intentan recuperar parte de lo planteado en su disco debut, con el que acapararon la atención global como una de las bandas indie esenciales de principio de siglo.

Crípticos como siempre, durante el primer semestre de este año anunciaron su regreso, con nuevo disco y presentaciones sorpresa en Coachella y en algunos recintos de menor aforo.

Aún más sorprendente que su regreso fue la noticia sobre la salida de Will Butler,
uno de los principales fundadores de la banda, quien se despidió con su colaboración en WE.

En la producción está Nigel Godrich (Radiohead, Beck, Atoms for Peace), un verdadero genio en la maquila, lo que se refleja claramente en los detalles de los sintetizadores escuchamos detalladamente en los sintetizadores de “Age of Anxiety II (Rabbit Hole)” o “Unconditional II (Race and Religion)”.

La unidad sobre la individualidad

WE es un disco que parte de la unidad, la selección de la palabra no es gratuita, sino que Win y Régine creen en el “nosotros” antes que en el “yo”, y que “cuando estás en una banda, estás en una pandilla”.

Este disco regresa al formato de Funeral (2004) en cuanto a lo ligadas que están las rolas y lo vemos desde el tracklist, en el que hay partes I a IV en algunas, y los motivos que escuchamos ligan una rola con otra.

La última participación (por ahora) de Win en la banda también reafirmó que cada integrante forma un todo, y que este disco sea la despedida de uno de los hermanos Butler matiza todo el disco con una nostalgia alegre, que notamos con más claridad en la sencilla pero profunda “WE”.

Las predicciones se volvieron realidad

Este disco se comenzó a trabajar a inicios de la pandemia, pero vaticinaba las emociones y el estado mental que surgirían durante este complicado periodo. Así abre el disco, con las dos partes de “Age of Anxiety”, un anuncio de lo que incrementaría sin duda en el encierro.

Recientemente, Win Butler afirmó que: “Cuando haces música, tienes una antena que toma señales del futuro y del pasado”, precisamente al hablar de cómo es que el periodo pandémico acrecentó algunas condiciones preexistentes (en temas de salud mental), y es que el mundo no estaba en un buen lugar antes del surgimiento del coronavirus.

Aún ante un futuro tan obscuro, Arcade Fire de nuevo opta por dar mensajes positivos dentro de sus visiones distópicas. La alegría no hace falta a pesar de los cierres melancólicos de una etapa de su vida, en la que sonríen mientras piensan en el final, como lo hacen visible “End of The Empire I-III”, en la que la voz de Win lidera y conmueve en una épica que ya queremos escuchar en un estadio con miles de voces acompañando el puente:

La tristeza no es un impedimento para mantener la esperanza

Desde que conocimos “The Lightning I” y “The Lightning II”, notamos que los
canadienses regresaban a las raíces echadas en Funeral. Lo conmovedor de la letra incrementa cuando sabemos que de lo que tratan las rolas es sobre lo complicada que es la migración hacia Estados Unidos.

Will pensó en la frustración que sufre un inmigrante haitiano al llegar a la frontera final, y cómo es que su deportación sólo significa intentarlo una vez más; gente con valentía que quiere un futuro mejor y solo está peleando por su familia es lo que Arcade Fire busca visibilizar.

“Don’t quit on me” llama a que los humanos no descarten a otros humanos por su lugar de origen, lo que intenta depositar confianza en los humanos que desprecian a otros.

“Lookout Kid” es quizás la canción que mejor engloba el sentimiento persistente del disco: esperanza. Los mensajes sobre los choques de realidad en la vida, y mantener la ilusión pese a los golpes nos recuerda a las letras de The Suburbs (2010), el disco con el que la banda canadiense habló de madurar, y de paso, logró reconocimiento global.

“La vida sin dolor sería aburrida”, “Nadie es perfecto, lo diré de nuevo: nadie es perfecto”, escuchamos en la voz de Win y Régine en una canción agridulce que nos encanta:

El futuro liderado por Régine y Win

Desconocemos lo que le depare a Arcade Fire como banda, pero estamos seguros que WE despide con mucho amor a Will en los mejores términos posibles, como un epílogo feliz con un guiño a los inicios, desarrollo y estado actual de los canadienses.

Por último, queda la interrogante del impacto que su tendrá en los shows en vivo, ya que lo recordamos al frente de una banda de marcha en los tambores, entregado al público y operando todos los elementos de apoyo a su hermano en papel de frontman y a Regine, como la más carismática y enérgica del grupo.

“Lo que cambió mi vida fueron los discos”, ha comentado Will, y lo notamos en las verisiones de WE: vinil, CD y casete, todo con arte sobre el ojo humano, que fue impreso para las versiones físicas que seguramente se agotará pronto.

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Entusiasta y nerd musical desde que tengo consciencia. Lector obsesivo y escritor. Ávido de escuchar y presenciar música en vivo. Músico novato a ratos. Egresado de Derecho y (casi) de Letras Inglesas...

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