Existen bandas que cultivan un nicho de fans tras publicar un disco. Arcade Fire es una de ellas. The Suburbs marcó a toda una generación que en noviembre de 2017 se reunió en un concierto que más que concierto se sintió como un tributo a México. Con esto no decimos que los demás discos no hayan formado su séquito de seguidores, pero seamos honestos, este disco es una joya que todo mundo recuerda.
México poco a poco retomaba la vida después del terremoto del 19 de septiembre. Recuperarse de las cenizas que dejó este suceso no ha sido cosa fácil. Salir a la calle, usar el transporte, ir a un concierto, retomar una rutina que no volverá a ser la misma y que anoche, una banda de otro país, nos recordó que sin importar los días, las semanas o los meses, esto seguirá presente en nuestros corazones porque sí, hay un antes y un después.
La noche de fiesta comenzó con Bomba Estéreo que, a pesar de ser una de las agrupaciones latinas más populares, para su presentación como teloneros de Arcade en el Auditorio Nacional no lograron congregar a todos los que en un principio se tenían esperados. Sin embargo, la gente poco a poco comenzó a sacudirse el frío al ritmo de “Fuego”, “Soy Yo”, “Somos Dos”, y “Fiesta”. Un set bastante corto para ser ellos, pero que logró generar el tiempo suficiente para que todos aquellos atorados en el tráfico o en el transporte, lograran llegar, acomodarse en su lugar, y ver cómo poco a poco el crew de Arcade preparaba una especie de ring sobre el escenario.
En punto de las 9 de la noche, las pantallas comenzaron a iluminarse con una secuencia de imágenes del colectivo canadiense. Sonidos extraños, el volumen en un principio demasiado alto, flasheos de luces, y la aparición de Chumel Torres en el ring de box con un micrófono en frente, para ser el anunciador de la pelea mientras los miembros de Arcade Fire recorrían una parte del Auditorio Nacional y finalmente, se dispusieran tocar los primeros acordes de “Everything Now”, el título que da canción a su más reciente disco y del cual también interpretaron “Signs of Life”, “Chemistry” y “Electric Blue”, por mencionar solo algunas.
Personalmente, EN no es uno de mis discos favoritos pero, escucharlo en vivo fue algo que me cambió completamente la perspectiva (al menos algunos tracks) de la cual hablaré más adelante. También es importante decir que Arcade supo cómo mover hasta la más mínima fibra de todos los que estábamos en el Auditorio al lanzar un combo de sus rolas viejitas como “Haïti”, “No Cars Go” y “Neighborhood #1 (Tunnels)”. Para este punto los visuales Win Butler no dejaba de aventarse al ring, de estar entre los fans y no se cansaba de agradecer por el recibimiento entre un espanglish. ❤️
Hey, no cars go! Por cada boleto vendido, @arcadefire destinará los fondos a los afectados por el terremoto del #19S. ❤️ pic.twitter.com/1n8lay3MQA
— SopitasFM (@sopitasfm) November 30, 2017
El punto más alto, el que sí, me sacó la lágrima, fue cuando Win dijo en español: “Sabemos que México ha pasado por tanto. Un terremoto que dejó mucha devastación y afectó mucho a este país. Por eso, se donará dinero por cada boleto vendido de nuestros conciertos aquí, y será destinado a todos los afectados por el terremoto. A todos ustedes, a México, queremos dedicarles esta canción”. Aquí sonó “No Cars Go”, pero, por si esto no fuera suficiente, también habló a todas las víctimas del #19S. “Esta canción la dedico a todos aquellos que perdieron a un familiar en el terremoto. Sé que son tiempos muy difíciles”, y sí, como ya te imaginarás (y si estuviste ahí probablemente volverás a sentir esa vibración mezclada con emoción) sonó “The Suburbs”. En ese momento, miré a mi alrededor y lo único que veía era a la gente cantando, levantando las manos, llorando, gritando, fue una mezcla de escuchar LA canción de Arcade, recordar ESE disco y ahora reinterpretarlo con México y los acontecimientos de tan marcada fecha.
@arcadefire dedica “The Suburbs” a todos aquellos que perdieron algún familiar tras el terremoto #19S 🤝🙏🏻 pic.twitter.com/Yr7WfCirAS
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Sin ninguna pausa comenzó a escucharse “Ready to Start” (otro combo), más gritos, muchos más, más coreos. Fue impresionante vivir, experimentar es éxtasis musical y al mismo tiempo observar las caras de Win y compañía que a diferencia de su presentación en el Vive Latino en 2014, ahora se veían mucho más maduros, más cómodos a la hora de tocar los instrumentos (que a estas alturas ya los manejan a la perfección), disfrutaban de lo que tenían frente a ellos y demostraron porqué son una de mis bandas favoritas.
También pudimos escuchar “Sprawl II (Mountains Beyond Mountains)” e “It’s Never Over (Oh Orpheus)”. Ésta última, la tocaron por primera vez desde 2014, año en el que promocionaban su penúltimo disco, Reflektor, y del cual también tocaron la canción que lleva el mismo nombre. Aquí me detuve no solo a cantar y a dejarme llevar por la bola de disco que iluminaba a todos, pues quería ver si en algún momento rendían tributo a David Bowie, que como es sabido, se involucró en este álbum y tiene una intervención en los coros. Sí, mis deseos se hicieron realidad cuando en la pantalla arriba del escenario, comenzaron a proyectarse imágenes fluorescentes de Bowie mientras Win cantaba esa parte. Y por si la nostalgia no era suficiente, remataron el set de este LP con “Afterlife”.
La noche seguía avanzando. Nadie, absolutamente nadie quería que esto acabara pero, lamentablemente tanto lo bueno como lo malo tienen un final y así llegó el turno de “Rebelion (Lies)” y “Creature Comfort”. Aquí voy a retomar lo que mencioné en los primeros párrafos. Y es que no tenía muchas expectativas de las rolas de Everything Now peeero, los sintetizadores y la energía que Will Butler le puso en esa prolongación de los loops que suenan en un principio fue im-pre-sio-nan-te. Una buena sorpresa para un álbum que personalmente, se siente un tanto perdido de las joyas que sacaron años atrás (y con eso me refiero a la música, no a la letra).
Para el encore, también eligieron otro tema de EN (“Put Your Money on Me”) y un toque ya no tan original pues, aparecieron con la chamarra “Mexico is the shit”. Tras un breve descanso entre una rola y otra, finalmente, una de las canciones más esperadas y con la cual también generaron todo un impacto en el VL14, fue “Wake Up”. Para este tema, Arcade Fire invitó al mariachi Príncipes, que desde la entrada del Auditorio y antes de que empezara el concierto, estuvo tocando algunas canciones mexicanas. En un principio, el mariachi no sabía qué hacer, no sabía en qué momento improvisar y mezclar la canción de Arcade al ritmo de las trompetas y guitarras, pero una vez que la rola acabó, Régine, Win, Richard, Jeremy, Tim y Will bajaron con ellos del escenario para volver a pasearse entre la gente al ritmo de “Wake Up” versión mariachi.
Con esto y después de un texto largo, muy largo, no queda más que decir que fue una noche increíble. Una noche en la que Arcade Fire le rindió tributo a México, le mostró su amor con un show para el cual tuvieron que abrir dos fechas y que mejor venue no pudieron haber elegido pues, aunque el “escenario de ring de pelea” no fue como en sus otros conciertos en otros países, el sonido, la visibilidad y sobre todo el hecho de que se prestara para que pudieran recorrer las instalaciones del lugar, hizo que todo terminara siendo perfecto. ¡Gracias Arcade Fire! “Hasta mañana”.
“Hasta mañana”, dice @arcadefire para despedir la noche con mariachi al final de su concierto. ♥️ #ArcadeFireMX pic.twitter.com/JbdrMnvb5y
— SopitasFM (@sopitasfm) November 30, 2017