“Si hablo poco, cantamos más…“, dijo Óscar Chávez sentado en una silla alta en el Escena Indio del Vive Latino 2019. Frente a él, un atril con hojas que, con seguridad, tenían las letras de sus canciones. A continuación, puros aplausos y chiflidos de un público que pocas veces se ve en un festival como este. Todos con su espacio, platicando entre canciones y moviéndose con el respeto que una leyenda como el cantautor mexicano merece.
Óscar Chávez tenía 85 años, y más de la mitad de su vida se adentró en el mundo de la música, apoyando causas que la sociedad persigue y denunciando los crímenes que el gobierno mexicano ha cometido. Aquí radica su importancia: se trata de un artista que no teme cantar las múltiples realidades de un país como México.
Con un setlist de poco más de 10 canciones, Chavez recorrió todo el país, desde Campeche hasta Veracruz sin dejar de lado el norte con canciones como “Petróleo”, “Prisionero de tus brazos” y el folclor de la tradición oral en “Era de nogal el santo”. Al principio, cuando le ofrecieron un espacio en el aniversario 20 del Vive, le dijeron que tendría 70 minutos, luego 60 para cerrar con 50.
Así que el músico decidió ahorrarse las palabras y ofreció a un grupo selecto canciones que recorren el folclor mexicano en el que destaca la protesta y el sentido político. Canciones que cierran con un “gobierno asesino”, un simple “chinguen a su madre”, su icónico “Por ti” y para cerrar, “los 100 años de Macondo”…
Sin duda, Óscar Chávez fue una agradable sorpresa. El Vive Latino se merece un aplauso por haber llevado a un trovador a uno de sus escenarios más grandes. ¿Las razones? Resulta pues, el momento perfecto de escucharlo –no sólo oírlo–, la oportunidad ideal de entregarnos a su espíritu de protesta que le hace tanta falta a las generaciones que muchas veces sólo vienen a disfrutar del rock nacido en México y para los mexicanos, pero que otras tantas pierden ese sentido de revolución y cambio que la música, en esencia, trae consigo.
Y siempre, su (la) música, tiene un agregado. Mientras se escuchaban los aplausos de “Macondo”, por ejemplo, un hombre dijo: “En un mundo lleno de reggaetón, cabrón, esta música es la que nos salva“. Y no se trata de entrar en un debate sobre la validez del género urbano y su apabullante éxito a nivel internacional, sino en reconocer en un Óscar Chávez y sus colegas, una salida a la máquina comercial en la que ha terminado la industria de la música.
Sus inicios
Óscar Chávez comenzó su carrera musical en una época en la que el rock era la moda y el sonido que le daba a las audiencias una oportunidad de liberarse, de formas inconscientes, de un sistema que no los comprendía. Sin embargo, el mexicano siempre se negó a entrar a ese género y prefirió, como en algunas ocasiones lo ha dicho, dedicarse a lo tradicional, a lo verdaderamente mexicano, a ese folclor que trae de vuelta con sus presentaciones esas leyendas pasadas que han permanecido de voz en voz. “Eso de cantarle a los nietos de mi generación, me anima mucho, veremos cómo responden“, dijo en entrevista con Proceso antes de su llegada al Vive Latino.
Y ahora podemos decirle que respondieron bien, pero no sólo los nietos, sino todos los que se animaron a romper con su programa y le dieron a Chávez un momento que todos necesitamos con su forma única de protestar y luchar en favor de la vida.
Con un legado de vida de 85 años, y con más de 150 canciones de su autoría, la mayoría con una firme intención de denunciar lo que se olvida (lo malo), pero mantener lo que es bueno, Óscar Chávez se llevó el aplauso de una audiencia que supo reconocer en él a una leyenda y a un maestro de la música mexicana.
Por acá algunas canciones del setlist de Óscar Chávez en el Vive Latino 2019:
“Mariana”
“La Llorona”
“Petróleo”
“Prisionero de tus brazos”
“La Bruja”
“La Lloroncita”
“Perdón”
“Fuera del mundo” con Dr. Shenka
“Era de nogal el santo”
“Hasta siempre”
“Por ti”
“Macondo”
Por acá les dejamos unas fotos de Óscar Chávez y los músicos que lo acompañaron en su presentación: