Arrancamos semana y año nuevo, y qué mejor que con una buena dosis de Antitendencias Sonoras, el espacio dedicado a dar difusión a los proyectos musicales que debido a la estética de su música es difícil que escuchemos a través de los medios más comunes que nos rodean día a día, o que veamos perfilados en los carteles de los principales festivales de nuestro país. Música que pareciera estar oculta para jugar a las escondidillas con los oídos melómanos del mundo, música que al ser descubierta indudablemente alimenta nuestra ferviente sed de nuevas expresiones que puedan complementar nuestros singulares sentimientos. Y es que -como siempre digo- la característica de esta música -a mi parecer- es la sinceridad del músico hacía sí mismo, porque es música libre que no le importa lograr fama ni elogios al por mayor, sino que sólo busca satisfacer los sentimientos de su creador, porque al fin y al cabo la música es eso, un lenguaje para comunicarse con el mundo, para dejar un registro de nuestra existencia.

 

Greg Haines

 

Esta ocasión hablaré de Greg Haines, músico y compositor inglés que actualmente se estableció en Berlín. Su música es bastante interesante por cierta inquietud por parte de Greg, quien en momentos puede embellecer el paisaje a través de composiciones minimalistas y ambientales, y en otros nos hace caer en un viaje denso y experimental donde el noise y drone destacan.

Su inquietud no sólo queda allí, sino que también se ve reflejado en los múltiples proyectos donde colabora, entre estos los más reconocidos son: Greg Gives Peter Space donde trabaja junto al músico y compositor Peter Broderick -el cual no dudo que aparezca en futuras ediciones de Antitendencias Sonoras-, también su proyecto Liondialer donde trabajaba junto al músico Danny Saul, y con el colectivo The Alvaret Ensemble -quizá el proyecto alterno más activo-. Además, por otro lado, se reconoce su colaboración en otras artes como la danza, donde ha compuesto el acompañamiento de obras de Meg Stuart, Ina Christel Johannessen y David Dawson.

Los primeros trabajos de Greg Haines datan del 2006 con su álbum debut Slumber Tides, álbum donde el compositor experimentó con pequeñas orquestaciones con cierto enfoque minimalista. En este álbum escuchamos a un grupo de cuerdas que participan en una dulce danza con elementos meramente electrónicos. Por momentos la personalidad del álbum es un tanto amena y enfocado a un onírico ambient, pero por lapsos también muta a una expresión totalmente oscura y noisera donde texturas con distorsión son las protagonistas.

 

 

A mi parecer este álbum es pieza clave dentro de su carrera porque enmarca a la perfección la personalidad sonora de Greg Haines. A partir de este lanzamiento el compositor experimenta dentro de su propio lenguaje, otorgándonos otros 4 álbumes de estudio que nos permiten escuchar su incesante experimentación con elementos acústicos y electrónicos. A mi parecer a través de cada publicación, el músico logra temas cada vez más espaciales e imponentes, donde más allá de destacar en melodías, logra un sublime trabajo jugando con texturas e intensidades.

Pero cabe resaltar un álbum en particular, Moments Eluding, donde Greg Haines se aparta por un momento de las expresiones electrónicas y se enfoca meramente en composiciones para piano, el cual nos hace salir un tantito del mundo que ya nos había presentado anteriormente para introducirnos en uno todavía más íntimo, reflexivo y -dentro de lo que cabe- melancólico. Con este álbum queda claro la genialidad de Greg como compositor ya que al no contar con elementos electrónicos tan imponentes o notorios como los álbumes pasados el álbum aun así tiene una presencia formidable.

 

 

En sus últimos dos álbumes Digressions y Where We Were, publicados en el 2012 y 2013, respectivamente, la personalidad de sus primeros álbumes regresó pero de una manera aún más impresionante. Específicamente con su último álbum Where We Were se escucha un sonido mucho más profundo ya que comenzó a clavarse en instrumentos totalmente análogos, apartándose poco a poco de la música a través de ordenador, algo que indudablemente hace cambiar la calidad del sonido. Además, en este álbum el músico sale un tanto de la zona de confort ambient-drone y hace composiciones con elementos rítmicos más notorios que pueden funcionar muy bien en una pista de baile en los momentos más oscuros y reflexivos de una reunión o fiesta, álbum que se alinea a la perfección con las expresiones musicales de hoy en día. Quienes somos fanáticos de su carrera obtuvimos un material mucho más fresco y renovado.

Sus presentaciones en vivo han destacado en sus últimas giras, donde el público ha detallado que se trata de todo un viaje sonoro por diversas expresiones y géneros que sólo hacen recordar la sutileza y extrañeza de un sueño. Múltiples texturas y sentimientos toman el control de la sede donde se presente.

 

 

Actualmente se encuentra trabajando en composiciones para danza y en algunas presentaciones en vivo, pero como ya he mencionado, su característica ha sido cierta inquietud, así que no dudo que pronto nos de la sorpresa de un nuevo álbum, así que habrá que estar atentos.

Espero que su música pueda embonar a sus sentimientos aún no musicalizados, para que así lleven a Greg Haines en lo más profundo de su sentir.

 

 

T: @hreveh

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