Después de sobrevivir varias coberturas de festivales de música, uno aprecia la relativa tranquilidad de los festivales de cine. Nadie te empuja ni tienes que andar corriendo de un escenario a otro, puedes llegar con calma a una función, tomar tu asiento, y lo mejor de todo es que a veces te obsequian bebidas y alimentos para que puedas disfrutar más la peli. Claro, ver una película no es tan “emocionante” como un concierto pero uno aprecia la calma de una buena historia. En fin, a continuación hacemos un recuento de lo que vimos en la primera edición del In-Edit México, el festival de cine documental musical que tiene su sede en el centro de Cuernavaca. Si andas por estos lares, ¡no te lo pierdas! Hay funciones hasta el domingo.
LET’S GET LOST
El programa de la edición inaugural del In-Edit cuenta con varios clásicos de este sub-género del documental, entre los que resaltan Gimme Shelter, de los hermanos Maysles, y Dont Look Back, de D.A. Pennebaker. Aparte de estos dos, también figura la gran película de Bruce Weber, Let’s Get Lost, una cinta filmada en blanco y negro que explora el pasado del trompetista de jazz, Chet Baker, y su relación con las mujeres que marcaron su vida. Así como muchos grandes del jazz, la obra de Baker es sumamente admirada, pero su vida es un capítulo tras otro de malas decisiones, pleitos, abusos de todo tipo, y demás. Chet Baker murió en 1988, a los 58 años de edad, apenas un año después de que le película se terminara de rodar.
Let’s Get Lost nos cuenta como se construyó el mito de Chet Baker, un trompetista blanco que fue escalando la jerarquía del jazz de los 50, hasta codearse con leyendas como Charlie Parker y Dizzy Gillespie. Weber nos retrata a una figura similar a la de James Dean, un hombre atractivo y de talento admirable, que por dentro sufría y gritaba por compasión. A diferencia de Dean, Baker tuvo la fortuna de escapar de la muerte en varias ocasiones, aunque ésto no quiere decir que su vida fuese menos trágica. En lugar de darnos la misma receta en orden cronológico, donde nos explican cómo era Chet desde que era un niño hasta el momento presente, la película brinca de un periodo a otro de acuerdo a dónde la memoria de los entrevistados los lleva. Estos saltos en el tiempo obligan al espectador a poner más atención a la historia y a unir las piezas en su mente.
FROM MAO TO MOZART: ISAAC STERN IN CHINA
Ganadora del Óscar en 1980 en la categoría de mejor documental, la cámara de Murray Lerner sigue al violinista Isaac Stern en su visita a China, un país que no tenía más de cuatro años desde que vio el final de la Revolución Cultural y la muerte de Mao Zedong. Aunque el régimen comunista permanece en el poder (así como hoy), las políticas de China habían ido cambiando progresivamente, permitiendo una mayor apertura hacia Occidente, simbolizado por los intercambios culturales, por lo que es de notar el interés que se postró sobre la llegada de Isaac Stern.
Más que una gira o una petición para tocar en ciudades como Pekín y Shanghai, Stern tomó la oportunidad para compartir sus conocimientos y enseñanzas sobre música clásica con el pueblo chino, un pueblo que sigue un estricto código de disciplina. Tan estricto, de hecho, que un niño de 10 años ya puede dominar un instrumento como el violín, el piano, o el violonchelo. Lo más increíble es que dichos instrumentos ni siquiera eran permitidos en China durante la Revolución Cultural, al ser percibidos como herramientas de los imperialistas occidentales. Esto implica que en cuestión de un par de años, los pequeños habían alcanzado niveles altísimos en su técnica. A pesar de esto, Stern se dio cuenta de que el sistema chino ponía más énfasis sobre la técnica, pasando por alto la pasión de crear música.
SUPER DUPER ALICE COOPER
Después de películas sobre jazz y música clásica, regresamos a nuestra zona de confort. Alice Cooper, una de las grandes estrellas de rock en los 70, por fin recibe su tratamiento documental. Super Duper Alice Cooper adopta la vieja técnica cronológica que repasa cada punto importante de su biografía: su infancia, la formación de la banda, la creación del “monstruo”, el éxito, los abusos de alcohol y drogas, la caída, la rehabilitación, y el regreso triunfal. Algo así como las travesías del héroe. Pero en lugar de entrevistas a cuadro, la cinta combina animación, imágenes, y película para crear un viaje más divertido.
Antes de Alice Cooper, el personaje, existía Alice Cooper, la banda, el grupo que prendió la mecha del glam, con su tendencia a incorporar vestuarios que atraían la atención, una teatralidad que provocaba polémica, y claro, música rock a todo volumen. Hay que recordar que esto fue a finales de los 60, y hasta los hippies se sacaron de onda con esta nueva imagen que se desbordaba en lo macabro. Alice Cooper por fin encontró su nicho en Detroit, junto a actos similares como The Stooges y MC5, y desde ahí colocaron su primera piedra para construir su leyenda. La influencia de Alice Cooper más tarde se vio en la popularidad mundial de las bandas de hard rock como Kiss y Aerosmith, las de glam metal, como Poison y Twisted Sister, los Marilyn Manson del mundo, y todo aquel que se aprovecha del escenario para impactar al público.