Por allá de 1965, un muchacho muy inquieto con ganas de cantar y tocar la guitarra en Hannover, Alemania, fundó una banda que años más tarde se convertiría en ‘Scorpions‘, su nombre es Rudolf Schenker. Muchos integrantes pasaron por la banda, inclusive el propio hermano de Schenker, infinidad de bateristas desfilaron por la banda alemana, pero hoy, hoy queridos amigos, nuestros ojos vieron historia y nuestros oídos escucharon la gloria misma, pues por fin escuchamos a lo que suena ‘Scorpions’ con Mikkey Dee, exbaterista de Motörhead, y sí… es algo fuera de este planeta.

Foto: Lalo Landeros

Vayamos por partes. El show de Scorpions empezó unos diez minutitos tarde, la neta la lluvia agüitó un poquito pero no fue impedimento para que los fans más acérrimos lo dieran todo. Las pantallas enormes también hicieron un paro para que la gente estuviera bien distribuida y no se amontonara. Como sabrán los presentes, el frío estaba de a peso, pero en cuanto se apagaron las luces y salió en las pantallas el logo de ‘Scorpions’, tsss, locura total.

Foto: Lalo Landeros

Abrieron con “Going Out With a Bang”, y la gente se volvió loca, pocos gritos, pero muchas sonrisas, inclusive algunas lágrimas de los más avanzaditos de edad, pues tener en frente a Klaus Meine, Matthias Jabs, Rudolf Schenker, Paweł Mąciwoda, Mikkey Dee, no es algo que pase cada fin de semana. Y aunque tiene solo dos años que vinieron a tiera azteca, se les extrañó como si hubieran pasado siglos enteros. Luego llegó “Make it Real”, la lluvia no cesaba pero la gente se mantenía al pie del cañón. Después de interpretar este primer sencillo del discazo de ‘Animal Magnetism‘, Klaus Meine dijo algo así como: “¡Buenas noches, Ciudad de México! ¿Cómo están?“, con un español bastante decente. “Haremos un viaje a través de los años“, dijo ya en inglés.

Foto: César Vicuña

El escenario era de dos pisos, y los integrantes subían y bajaban, sobre todo Schenker, quien no dejaba de sonreír en ningún momento, pues la verdad es que su carisma y energía son casi tan contagiosos como el de Verdine White (bajista de Earth, Wind & Fire). Después de este segundo tema, la banda empezó a aventar baquetas como obsequio para el público, ya se imaginarán, peor que cuando la tía soltera se lanza por el ramo en la boda de la sobrina.

Llegaron rolas como “The Zoo”, “We Built This House”, un solo de guitarra por parte de Matthias con “Delicate Dance”, y la gente no despegaba la mirada. El frío se ponía bien grosero, y la neta es que ni ganas de echarse una chela, más bien se antojaba un cafecito para disfrutar del conciertazo que estaban dando los Scorpions. Y seguro a más de uno se le antojó un buen café, porque la edad promedio que estaba viendo a Meine y compañía, no era menor de 35 años. Uno que otro chavillo por ahí, y qué bueno verlos, sus papás los educaron bien. Faltaba menos…

Foto: Lalo Landeros

Silencio total. Se escuchaba como un gorrión chiflando un clásico de clásicos, ¿acaso era “Winds of Change”? ¡Sí! Y si bien no eran unos dulces gorrionsillos, pero sí eran miles de personas que silbaban al unísono esta rolota. El útimo coro se llevó la canción, pues Meine nos dejó cantar sin música. La piel se erizó por completo. Antes de este clásico, tocaron “Send Me An Angel”, que fue coreada por los mismos ángeles. Neta que los coros de la canción por parte del público se escuchaban suuuper afinaditos.

Foto: César Vicuña

Gracias por estar con nosotros, a pesar del clima y de la lluvia, ustedes están aquí“, decía Klaus Meine. Quien estaba a unos minutos de darnos algo que recordaremos toda la vida. ¿Se acuerdan que al principio les dijimos que ahora ya sabemos a qué suena Scorpions con Mikkey Dee en la batería? Sí, sí suena a fills y poder de Motörhead, y a manera de homenaje… ¿están listos?, como un tributo a Lemmy Kilmister… ¡Scorpions tocó “Overkill” de Motörhead! Decir que fue épico sería una ofensa pues nos quedaríamos muy cortos, y decir que fue increíble quedaría a deber de sobremanera. Ese doble bombo de Mikkey sonó PERFECTO. Qué poder, y qué momento. Sin duda nos lo llevamos a la tumba. En las pantallas dejaron fija la foto de Lemmy y más de uno soltó una lagrimita por ahí, y es que claro, no es para menos.

Este video no es del Hell & Heaven, pero aquí se los dejamos para que se den una idea de cómo sonó:

Y ahora los reflectores apuntaban a Mikkey, quien se echó un solo de bataca bien macizo y contundente, sin mucha diarrea de manos como muchos bateristas en la actualidad. Golpes precisos y punto. “Blackout”, “Big City Nights” rifaron durísimo, la gente neta no se movía a pesar de la lluvia, que para ese entonces ya se había aligerado bastante pero la llovizna seguía pegando en la cara y pues qué molesto.

Foto: Lalo Landeros

El final se acercaba, parecía que se despedían, pero oh sorpresa, se escucharon los primeros rasgueos de “Still Loving You”, y decir que vimos a unos tres señores llorando a moco tendido, sería poco. Muchos que “ya se iban”, se regresaron corriendo, o en el peor de los casos, se detuvieron a escuchar porque aún había un último jale de Scorpions. En serio que no hubo encendedores para corear la canción solo por la maldita llovizna. Nos debes una, Tlaloc.

Y ya para cerrar, llegó la que los chavitos ubican por ‘Guitar Hero’, nada más y nada menos que “Rock You Like a Hurricane”, y sí, sí se cantó bien fuerte. Muchas luces, y fuego por encima del escenario cerraron el primer día del Hell & Heaven 2018 con broche de oro. Qué placer de estar vivo para ver a bandas legendarias como Deep Purple y Scorpions, la neta.

Twitter: @LaRocJim

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