Una de las grandes revoluciones en la historia de la música, vino cuando los artistas comenzaron a trabajar en discos conceptuales. Fue a mediados del siglo veinte cuando músicos de diversos estilos, sobrados de creatividad, pensaron en alguna manera de hacer que un álbum estuviera más cohesionado dentro de una temática en específico.

La canciones ya no tenían que tratar cada una un tema por separado sin relacionarse; ahora se nos podía contar una misma anécdota desde la primera rola de un material discográfico, hasta el track final del mismo. Y de a poco, ese recurso del álbum conceptual nos llevó a las conocidas óperas rock.

Imagen ilustrativa. Foto: Especial.

Con las óperas rock, se hizo más común el uso de un personaje o un hilo conductor muy específico cuya historia se desarrollaba en cada tema, funcionando estas como si fueran capítulos. Y eso es lo bonito de este tipo de trabajos musicales: los artistas ponen sus capacidades creativas al máximo para ensamblar una trama a lo largo de cualquier cantidad de canciones.

Son producciones ambiciosas en toda la extensión de la palabra, que nos muestran de cierto modo los alcances en la inspiración de aquellos que componen. Aquí, enlistamos algunas de las óperas rock/discos conceptuales más geniales que se conocen desde siempre.

The Rise Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars – David Bowie

Podemos llamarle a este uno de esos ‘accidentes’ que terminan siendo espectaculares. ¿Por qué? Bueno, porque se dice que David Bowie nunca pensó en Ziggy Stardust and the Spiders from Mars como un disco conceptual o una ópera rock. Simplemente se fue dando y terminó siendo eso.

Las canciones del disco se compusieron al mismo tiempo que en la etapa de Hunky Dory y según algunos testimonios de los músicos que trabajaron en Ziggy Stardust, nunca se habló en reuniones sobre hacer un álbum conceptual. Ken Scott, productor del disco, dijo alguna vez que solo tres canciones se unen entre sí concretamente: “Ziggy Stardust”, “Lady Stardust” y “Star”. Las demás, siendo coincidencia o tal vez no, terminaron encajando bien con la historia lineal que al final Bowie puso sobre la mesa.

Ziggy Stardust era un alienígena andrógino enviado a salvar la Tierra -o algo así-, alcanzando aquí la fama y siendo corrompido por la misma (de ahí el término de ‘el ascenso y la caída’ en el título del disco). The Spiders From Mars era su banda, inspirada por el gusto del propio David por esos artistas enormes acompañados por sus grupos como Iggy Pop and The Stooges o Lou Reed durante su época con Velvet Underground. La estética de su personaje y su historia, se sabe, estaban basadas en el solista Vince Taylor y Marc Bolan de T. Rex.

En una anécdota curiosa rescatada por la NME, se dice que David y los integrantes del grupo, vestidos con sus prendas extravagantes, estaban en los foros de la BBC pues tocarían en el popular programa Top Of The Pops… Bueno, pues la gente del canal los confundió pensando que eran extras de la serie de ciencia ficción Doctor Who. Al final, la presentación en TOTP significó efectivamente el ascenso al estrellato masivo para Bowie luego de que sus primeros discos, aunque eran buenos, no tuvieron el éxito deseado.

Tommy – The Who

Tommy de The Who, lanzado en 1969, es uno de los discos a los que el tiempo no le ha jugado una buena pasada, pues ya no se habla de él con la misma regularidad como de otras piezas de antaño. Pero este, es por mucho uno de los mejores álbumes del combo británico y para muchos, es el que definió lo que es una ópera rock como tal.

La historia que nos cuenta se centra en Tommy, un niño que crece con su madre y su padrastro sin complicaciones… Al menos hasta que se entera que su verdadero padre, un militar que se pensaba estaba muerto, regresa a casa solo para ver que su esposa ha hecho su vida con otro sujeto.

El padre biológico de Tommy mata a su padrastro frente a los ojos del joven protagonista, dejándolo con un trauma intenso que bloquea sus sentidos de la vista, el oído y el habla. Y así, nos adentramos en la dura vida de este chico, que es eventualmente abusado por primos y tíos, al tiempo que descubre su única pasión: el pinball (del que es un excelente jugador ya que su desarrollado sentido del tacto se lo permite).

Luego de algunas sesiones de terapia con un psicoanalista, la mamá de Tommy logra desbloquear la mente del chico de manera aparentemente milagrosa, devolviéndole sus sentidos. Debido a ello, se hace muy popular y sus familiares quieren ganar dinero a costa del propio Tommy explotándolo como una especie de gurú… Pero al final, notablemente afectado por su experiencia, Tommy pierde a sus seguidores quedando atrapado en sus propias fantasías.

De-Loused in the Comatorium – The Mars Volta

Intentar entender las letras de The Mars Volta es una tarea titánica porque no son lo que podríamos decir, muy literales. Cedric Bixler-Zavala es un letrista raro, en el mejor sentido de la palabra, y nunca escatima en crear sus propios términos o en hacer analogías muy técnicas o filosóficas que a primera escucha, parecieran nada entendibles. Pero eso es parte de la magia de TMV y por supuesto, del fabuloso De-Loused in the Comatorium.

Pa’ pronto…. El disco nos habla de Cerpin Taxt, un artista con tendencias suicidas que se da un pasón de morfina y veneno para ratas (dicen algunos, jeje). La intoxicación lo lleva a permanecer en coma durante varios días, conociendo un mundo fantasioso (el Comatorium) en su propia mente, que le fascina y le aterroriza casi por igual.

Las interpretaciones varían, pero una creencia muy popular dice que al final del disco, Cerpin Taxt ha despertado y se siente decepcionado del mundo convencional, en el entendido de lo que vivió mientras permanecía en coma. Y así, decide quitarse la vida lanzándose de un puente hacia una autopista. Esta de más decir que la historia está inspirada en el viejo amigo de la banda, Julio Venegas.

The Wall – Pink Floyd

Ningún listado sobre óperas rock o álbumes conceptuales puede estar completo sin The Wall de Pink Floyd. Un joya absoluta de la música que nos explica a grandes rasgos lo que es una crisis existencial, y como el trauma derivado de este u otros factores nos puede aislar dentro de un muro de autopreservación que nos condena a la soledad.

Pink, una estrella de rock deprimida, recuerda poco a poco cada uno de los traumas que ha arrastrado desde la niñez hasta su vida actual: la muerte de su padre en la Segunda Guerra Mundial, ser víctima del abuso y la intimidación escolar, la sobreprotección de su madre, la infidelidad de su pareja, la adicción, el sentimiento de soledad, entre otras cosas… Cada problema representa un ladrillo en la pared/muro que él mismo construye para aislarse del mundo.

El final del disco es ambiguo, pues si bien se establece que el muro cae luego de que Pink afronta su crisis existencial, también queda una referencia para helarte la sangre sobre que este tipo de experiencias, las crisis y los problemas nunca acaban. Libre interpretación pues, pero quizá la lección al final es que el sufrimiento es parte inherente de la vida misma y hay que aprender a lidiar con él cuando aparece; hay que saber derrumbar los muros que nos imponemos.

The Black Parade – My Chemical Romance

Si hay un disco con el que My Chemical Romance se ganó el estatus como una de las mejores bandas de su generación, ese es The Black Parade. Es justo decir que MCR regularmente sabe hacer discos conceptuales sin problema (por sí solo, Gerard Way es una maquinaria de creatividad perfecta), pero este álbum está varios peldaños por encima.

La historia se centra en el personaje de El Paciente, un hombre enfermo de cáncer en un hospital que empieza a rememorar su vida y sus relaciones en su lecho de muerte. Cada canción sirve como una explicación de sus recuerdos con su pareja, amigos, familia, así como su reflexión sobre si le tocará ir al cielo o al infierno o si eso en realidad existe, entre varias cosas más.

Estéticamente, los disfraces de la banda en este disco son alusiones a Sgt. Pepper de The Beatles, mientras que en lo musical y lo lírico David Bowie (con el ya mencionado Ziggy Stardust) y Queen (principalmente en diversos arreglos de guitarra de Ray Toro) son influencias muy notorias.

American Idiot – Green Day

Otro gran disco de los 2000 que demuestra que los álbumes conceptuales no pierden peso en la industria. American Idiot puede ser considerado el máximo éxito comercial de Green Day y es curioso eso tomando en cuenta que el material pudo no haber existido. Billie Joe Armstrong y compañía lo trabajaron luego de que otro disco que tenían en proceso, Cigarettes & Valentines, se perdiera en un robo a su estudio. AQUÍ la historia.

Pues bien, en el aclamado American Idiot, se nos presenta al Jesus Of Suburbia (o el Jesús de los Suburbios), un adolescente punk de clase media baja, problemático, con problemas familiares, adicciones y que aparentemente no tiene un lugar en el mundo. En la canción del mismo nombre, que dura casi 10 minutos, se cuenta dinámicamente su historia en varios capítulos: cómo escapa de los suburbios y de su vida apestosa donde siente que nadie cree en él.

En las demás canciones, se nos relata su viaje a la gran ciudad en busca de una oportunidad de ser alguien en la vida. Pero nada es fácil… Después de pasar un periodo de fiesta, sabe que es momento de ponerle seriedad a la vida. Pero la gran ciudad no lo ha tratado bien; él siente que no pertenece ahí y empieza a sentirse solo. Su primera idea entonces es adoptar un alter ego conocido como St. Jimmy, un tipo sin escrúpulos al que no le importa nada.

Ahora bajo su nueva identidad, se enamora de una chica de la que no recuerda el nombre (“Whatsername”), la pasan bien, pero la incapacidad de St. Jimmy para madurar y aspirar a una vida tranquila terminan esa relación. Nuestro protagonista ha fracasado en su aventura, pero ve la vida con perspectiva y se da cuenta que el inmaduro St. Jimmy -en sentido figurado- debe morir para dar paso a un nuevo ciclo de vida. Y este, consiste en regresar a casa para nuevamente empezar de cero.

Metropolis, Part II: Scenes From a Memory – Dream Theater

Por mucho, dentro de este listado, este disco de Dream Theater es el más complejo como álbum conceptual. Y es que si recuerdan bien, la banda tiene un tema llamado “Metropolis Part I – The Miracle and The Sleeper” de 1992.

Pues bien, la continuación de esa canción es un disco completo llamado Metropolis, Part II: Scenes From a Memory. Pero vayamos por partes… En “The Miracle and The Sleeper”, se nos cuenta la historia de dos hermanos, Edward y Julian, quienes están enamorados de la misma mujer, una chica llamada Victoria. Para esto, Victoria y Julian son pareja como tal.

Y entonces, viene el trancazo para volarnos la cabeza… En el disco Metropolis Part II, conocemos a un hombre llamado Nicholas quien va a hipnoterapia para analizar sus sueños. Él sueña precisamente con Victoria (la mujer de la canción anterior) y en sus visiones, Nicholas nos revela que esa mujer engaña a Julian con su hermano Edward… De locos, ¿no? Pues la cosa se pone mejor.

Resulta que Nicholas es algo así como la reencarnación de Victoria en otra vida y por eso tiene esas visiones de ella y los hermanos enamorados de esta mujer. Para no hacerles el cuento largo, en este enredo de infidelidades, Nicholas descubre en sus sueños que Julian mató a Victoria y luego este mismo se suicidó. Desencajado, Nicholas regresa a su casa y ahí mismo es asesinado por su terapeuta… Así, se nos revela que el hipnoterapeuta es la reencarnación de Edward, quien en la vida pasada se enteró que Victoria en realidad no lo amaba. ¡WTF, qué locura!

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Editor de Música en Sopitas.com; a veces escribo y hablo de otras cosas. Egresado de FES Aragón UNAM. Los gatos y la música son necesidad absoluta.

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