Hace 4 años, cuando 30 Seconds To Mars vino a la CDMX, tuve un concierto memorable que se vio interrumpido por un desmayo que tuve cuatro o tres canciones antes que terminara el show. Así que cuando Jared Leto y compañía anunciaron que regresarían a la ciudad para ofrecer un concierto sabía que tenía que ir sí o sí para compensar esa deuda pendiente que tenía con una de mis bandas favoritas de toda la vida. Sin embargo, parece que estoy destinada a no tener un show de 30STM tan largo como me gustaría.
Minutos después de las 10 de la noche, Jared y Shannon Leto hicieron su aparición sobre el escenario mientras “Monolith” sonaba y los gritos de los fans comenzaban a estallar en toda la Arena Ciudad de México (me incluyo por supuesto). Jared se paseaba sobre el escenario en forma de T; quería hacer sentir a todos los fans que estaban ahí que los veía, los escuchaba y los sentía, y ellos le respondían de la misma forma. Porque aunque muchos lo conozcan por su faceta como actor o por ser una de las celebridades más importantes del momento, para los Echelon -los fans from hell de la banda- Jared siempre será el frontman que nos ha hecho felices en más de una ocasión y que con sus letras nos ha empoderado o ayudado en alguna etapa difícil de la vida.
Canciones como “Up In The Air”, “Kings And Queens”, “From Yesterday”, “Walk On Water”, “City Of Angels”, “This Is War”, “Dangerous Night”, “Love Is Madness”, entre otras sonaron gracias al repaso que 30 STM hizo de todos sus discos de estudio y sus más grandes éxitos. Debo decir que fue raro cantar una canción como “The Kill” y pensar que hace 13 años, cuando iba en la primaria, me gustaba escuchar esta rola mientras hacía mi tarea. Mejor aún, me daba gusto saber que cuatro años después escuché esta canción en vivo y el sentimiento era el mismo.
Globos gigantes de colores llenaron el recinto, decenas de fans afortunados subieron al escenario para bailar y cantar junto a Jared Leto, quien usó una máscara de luchador y anunció que el concierto estaba siendo grabado para un documental que se estrenará más adelante. En fin, el show era por y para fans: esos que se formaron muy temprano para alcanzar un buen lugar, esos que coreaban cada letra de las canciones de la banda, los que en más de una ocasión soñaron con compartir escenario con su banda favorita, esos que han seguido a la banda por 20 años y parecen estar dispuestos a seguirlos por muchos años más.
De pronto sonó “Closer To The Edge”, muchos coreamos los múltiples “no” con puño arriba y una lluvía de papeles color violeta inundaron la Arena Ciudad de México. Jared dio un discurso político, afirmando que se deberían hacer puentes y no muros (refiriéndose a Donald Trump). y agradeciendo a los mexicanos por ayudarlos a convertirse en una de las bandas relevantes de la música rock-pop de la actualidad.
Ambos hermanos dieron las gracias y desaparecieron del escenario con la euforia de los fans al tope. De pronto me cayó el veinte de que ya había terminado el espectáculo y volví a tener esa sensación de hace cuatro años, esa que tuve cuando me desmayé y sentí que el concierto había durado muy poco. Salí del concierto preguntándome dos cosas: la primera, si el show había durado menos que veces anteriores, y la segunda que si no era así, una hora y diez minutos de concierto no son suficientes cuando se trata de 30 Seconds To Mars. Bien dicen que de lo bueno poco, y en este caso de lo bueno fue muy poco para mí.
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Fotos: Stephania Carmona