“No lo sé.” Nos comenta Brett Anderson mientras trata de pensar en alguna razón por la cual nunca han visitado México. “Cuando íbamos de gira a los Estados Unidos y pasábamos por los estados sureños como Texas o California, mucha gente de México venía a vernos.”
Desde su formación en 1989, Suede es una de esas bandas extranjeras con una larga trayectoria que por equis razón nunca ha pisado un escenario en territorio mexicano, a pesar de la gran comunidad de fans que existe por nuestros lares. El festival Corona Capital ha probado ser un excelente foro para impactar a las grandes bandas británicas del siglo pasado que por muchos años ignoraron por completo a la afición mexicana (y del resto de Latinoamérica). Es curioso como ellos salen más impresionados del público mexicano que viceversa. Tal fue el caso, cuando bandas como James, Echo & the Bunnymen y OMD se presentaron en el festival. Ahora es el turno de Suede para probar las aguas del Corona Capital, veinte años después de su homónimo debut.
Antes que nada, una breve lección de historia pop:
Mientras que los Stone Roses le pusieron el punto final a la escena de Madchester y anunciaban la nueva ola de música noventera, fue Suede la banda que cortó el listón que inauguraba la década del britpop. Era un grupo que mezclaba el glamour de Roxy Music y Bowie con el tono británico que distinguía a los Smiths y XTC. Pero si algo caracterizaba a la escena britpop de los 90 era la arrogancia que brindaba la juventud de estos músicos. Después de Ian Brown y antes de los hermanos Gallagher, la banda presumía de su talento musical, gracias, en gran parte, al virtuosismo del guitarrista Bernard Butler. Pero si algo diferenciaba a Suede de Oasis, Blur y Supergrass, era el atractivo de Brett Anderson como ícono sexual que apelaba tanto a mujeres como hombres. Unos años más tarde, Placebo encontraría la manera de exagerar cada faceta de esta misma imagen.
A veces uno se rasca la cabeza y se pregunta cómo es que este tipo de música puede encontrar una audiencia en países con una cultura tan distinta a la inglesa. “Nunca he estado seguro de ello,” dice Anderson. “Mucha gente decía que eramos muy ‘británicos’. Que nuestrass canciones no encontrarían una traducción apropiada en el extranjero.” Pero el cantante menciona que, después de todo, los temas de su interés son universales. Mientras que en la superficie Brett canta sobre su vida en Londres, en el fondo las canciones exploran emociones tan básicas como la pasión, el odio y el amor.
Con el apoyo de la prensa británica -que siempre está más que dispuesta a agrandar a sus estrellas- Suede fue nombrada “la mejor banda del Reino Unido” antes de que siquiera lanzara de manera oficial un sencillo. Tan impactante era su imagen en las portadas de revistas y tabloides, que cuando por fin se estrenó su debut en 1993, el disco rompió records de venta. Con un cantante carismático y un guitarrista con impresionante talento, el combo de Brett Anderson y Bernard Butler nos remitía al poder de Mick Jagger y Keith Richards… o de Morrissey y Johnny Marr. Pero los Smiths ya no existían y los Rolling Stones estaban fuera del mercado demográfico de la nueva era del pop inglés. En 1992, las oraciones de los medios como NME, Melody Maker y la BBC por fin habían tenido una respuesta satisfactoria en la forma de Suede.
Desafortunadamente, su tiempo en la gloria fue breve. En aquellos años, Estados Unidos estaba muy ocupado con la música pesada del grunge, la emergencia del hip-hop y el metal alternativo para echarle un ojo a lo que los ingleses estaban ofreciendo. Los gabachos trataron a Suede con tanta indiferencia que incluso fueron eclipsados en su gira estadounidense por los teloneros, The Cranberries. Por si fuera poco insulto, Suede se vio obligado a cambiar su nombre a causa de una demanda proveniente de un músico con la misma identidad. Por tal motivo, su primer disco salió bajo el título The London Suede en Estados Unidos. A decir verdad, el britpop nunca pegó en el gabacho, (y por supuesto, los fans latinoamericanos sufrimos las consecuencias). Cuando la banda regresó a Londres y se puso a trabajar en el estudio en su segundo álbum, las tensiones dentro del grupo crecieron y no pasó mucho tiempo para que Butler renunciara a Suede.
A lo largo de los 90, la banda pasó por varios cambios en su alineación y fue afligida por los mismos problemas que afectan a una banda en decadencia (peleas, dinero, drogas, y decepciones en ventas). En 2003 y después de cinco álbumes, Brett Anderson anunció que el proyecto Suede no lanzaría ningún otro disco por un tiempo indefinido.
“¡Claro! ¡Todavía se siente bien hacerlo!” Así responde Anderson cuando se le pregunta si todavía se siente identificado con la letra cuando sale al escenario a cantar esas canciones que hace 20 años lo hicieron famoso. Canciones como “Metal Mickey”, “Animal Nitrate” y “So Young”.
Es muy extraño, -especialmente con una canción como ‘So Young’- pero todavía hay sentimiento, pasión, venganza, ese vivir por el momento. Aún me llega la mejor de las emociones. Sí, bromeamos sobre estas cosas detrás de los escenarios. Pero al fin y al cabo, lo único que puede hacer uno es aceptarlo.
Después de dar los primeros pasos hacia la reunificación de Suede a finales del 2009, la banda regresó al escenario con la alineación de Coming Up: Brett Anderson en los vocales, Richard Oakes en la guitarra, Mat Osman en el bajo, Simon Gilbert en la batería y Neil Codling en los teclados. Su concierto de reunión ocurrió el 24 de marzo de 2010 en el famoso Royal Albert Hall de Londres como parte de un evento de caridad. Ese mismo concierto está ahora disponible en un DVD de edición limitada.
A pesar de que la banda había declarado que ese iba a ser el último concierto de Suede, una gira de reunión no se hizo esperar. Ya sea por nostalgia o por razones financieras, los integrantes de la banda que inauguró el britpop encontraban los aplausos del público con más facilidad gracias a Suede que con sus propios proyectos alternos. Y al parecer esto va para largo. Actualmente el grupo se encuentra trabajando en un nuevo álbum de estudio, su primer disco en diez años.
“¡Ya casí terminamos! Nos queda una semana más en el estudio para luego entrar en la étapa de mezcla de audio.” Anderson dice que el álbum todavía no tiene título o fecha de lanzamiento. “Debo escuchar la cosa completa para que pueda salir un título, aunque ya estoy pensando en dos nombres.” Para sacar adelante su próximo disco, Anderson tuvo que escuchar las viejas canciones para volver a capturar la esencia de un disco de Suede. Entonces se tuvo que preguntar “¿Qué era lo que esta banda hacía mejor que nadie?” Cuando llegaron al estudio, los artistas dejaron a un lado las reglas y las fórmulas para que simplemente se dedicaran a hacer algo que llevan 20 años haciendo, pero esta vez bajo el nombre que era sinónimo de juventud.
