Oh, guitarras.
A inicios de los 90, recordemos que las bandas más populares del Reino Unido eran grupos como Depeche Mode, New Order y Pet Shop Boys. Su música se apoyaba en los sintetizadores y su imagen buscaba estar en la vanguardia de la moda; mientras tanto, los medios daban por muerto cualquier intento de volver al pop de guitarra. Bandas como The Smiths tenían éxito en la escena independiente pero nadie les prendía una vela para convertirse en las nuevas estrellas masivas del pop. Sin embargo, las guitarras fueron encontrando su lugar dentro de la cultura rave de donde surgieron los Happy Mondays y más tarde Primal Scream.
Después de algunos años de hacer las rondas en el circuito local, un grupo de nombre The Stone Roses podía jactarse de una audiencia considerable cuando lanzaron su homónimo debut en 1989. Esta audiencia consistía de jóvenes que se sentían más atraídos por los ganchos de guitarra de John Squire y de Johnny Marr que por los sintes del madchester o el beat de los clubs. Los chavos de clase media-baja de Manchester ya no querían bailar en la Hacienda de Tony Wilson, sino querían escuchar canciones en la radio con letras que pudieran cantar en las fiestas o en los pubs. Y entre esos jóvenes fanáticos que en 1990 acudieron al concierto de los Stone Roses en Spike Island estaban los hermanos Liam y Noel Gallagher. Fue en ese momento cuando se vieron en el escenario como verdaderas estrellas de rock n’ roll, un sueño que se materializaría cuatro años después.
Es irónico pensar ahora que los hermanos Gallagher ni siquiera figuraban en el origen de Oasis. Liam fue invitado por Paul McGuigan, un amigo de la escuela, a ser el vocalista de una banda llamada The Rain, también integrada por Paul “Bonehead” Arthurs y Tony McCarroll. Esto fue en 1992, cuando Liam y Bonehead se apuntaron como co-autores de las canciones que escribían. “We were shit”, dice Liam ahora sobre aquellos años cuando ensayaban una vez a la semana y no se les hacía fácil conseguir fechas. Todo eso cambió cuando Noel regresó de una gira de roadie con una banda llamada Inspiral Carpets y vio tocar al grupo de su hermano menor. Quizás por lástima, Noel accedió a la propuesta de Liam de unirse a la banda pero bajo la condición de asumir el rol de líder creativo y autor del material. Por su parte, Liam propuso que cambiaran el nombre de la banda a Oasis. Aunque Noel pensó que ese nombre sonaba al de una banda de reggae, por lo menos Liam ganó esa discusión.
Lo de control total no era broma. Cuando Noel Gallagher se unió a la banda ya tenía varios temas bajo escritos e instrucciones específicas para cada uno de los integrantes. Bonehead en la guitarra, McGuigan en el bajo y Carroll en la batería tenían órdenes de seguir una línea simple. Nada más allá de los acordes más básicos para mantener el ritmo, mientras Noel se inspiraba (o tomaba prestado) los acordes de T.Rex, The Jam y algunas otras bandas de influencia para brindarle sus ganchos a sus canciones. En la cabeza estaba la voz de Liam Gallagher que sonaba a John Lennon navegando entre una distorsión de texturas generada por los amps al máximo volumen. Después de un par de años de ensayos y gigs, Oasis estaba listo para dejar su huella, y lo hicieron tras presionar a Alan McGee de Creation Records para que viera a la banda en vivo. McGee quedó encantado con la presentación e invitó a firmar un contrato ahí mismo.
Cuenta la historia que la grabación de Definitely, Maybe fue un caos. Noel Gallagher tuvo que brincar de un productor a otro ya que nunca quedaba satisfecho con el resultado final. Para Noel, el sonido estaba demasiado limpio o carecía de fuerza. Primero probó grabando a los músicos por separado y luego a todos juntos en el estudio. La sección rítmica quedó enterrada bajo pista tras pista de guitarras. Incluso él mismo terminó grabando las partes del bajo. El tiempo de estudio se había agotado, al igual que el dinero, así que en un momento de desesperación, Creation le dio las llaves al ingeniero de audio Owen Morris para rescatar las grabaciones. Morris tuvo que desechar algunas de las pistas que agregó Noel, pero de alguna manera el milagro se hizo y el disco tuvo su estreno el 30 de agosto de 1994, precedido por los sencillos “Supersonic”, “Shakermaker” y “Live Forever”. Éste último fue el primer hit de Oasis en colarse al Top 10 británico. Al mismo tiempo, Parklife ya tenía cuatro meses pegando fuerte en el mercado, al igual que el His n’ Hers de Pulp. Parecía que Oasis estaba llegando un poco tarde a la fiesta del britpop, pero más bien fueron ellos los que llegaron con el pastel. En su primera semana de estreno, Definitely, Maybe fue reconocido como el debut mejor vendido en menos tiempo en la historia del Reino Unido, una marca que no sería quebrada hasta doce años después por los Arctic Monkeys.
En el tiempo presente, Liam Gallagher recuerda esos años con la nostalgia de un hombre de 40 que revive con sus amigos de antaño los días de la universidad. Y más o menos eso es lo que hace cada semana cuando se escapa con Bonehead al pub y empieza a publicar tuits sobre Oasis (aparentemente bajo la influencia de un par de pints) provocando que los medios enloquezcan con paranoia de alguna posible reunión. ¿Será que Definitely, Maybe tenga justificado su lugar como el disco más importante del britpop? Ni siquiera podríamos decir con certeza que es el mejor álbum en la discografía de Oasis. Muchos dirán que What’s the Story (Morning Glory) es el mejor de los dos, ya que es más accesible, tiene ganchos más popperos y cuenta con temas como “Wonderwall” y “Champagne Supernova”. Aunque D,M haya colocado a Oasis en el mapa británico, fue Morning Glory el que los transformó en estrellas internacionales y embajadores del britpop ante el mundo. Por primera vez desde 1990, cuando Depeche Mode y U2 estaban en la cima, Norte América fijaba sus oídos en lo que ocurría del otro lado del Atlántico, gracias a una nueva ola de bandas desconocidas con Oasis en la vanguardia. La actitud arrogante de los Gallagher era el aire fresco que el público americano necesitaba después de cuatro años de rockeros grunge aversos a la fama. Así que no es culpa de Liam si se pone nostálgico con tanta gloria en el pasado. Por su lado, Noel debe estar consciente que ni Oasis ni los músicos que pasaron por sus filas están destinados a vivir para siempre, así que no tendrá mucho caso revivir algo que ya está muerto (fuera de un chequesote). Pero lo que si es cosa segura es que mientras exista un gusto por el pop de guitarra, Definitely, Maybe tiene su lugar asegurado en la inmortalidad.
Tal vez.
Ya puedes escuchar arriba la edición remasterizada de Definitely, Maybe con todos los lados B, rarezas y demos que un fanático de Oasis quisiera tener.
Texto: @ShyTurista