Cuando hablamos de la década de los noventa, se nos viene a la mente la Generación X, Seinfield, Pulp Fiction, Johnny Depp y Winona Ryder (tenemos esperanza aún), el Chupacabras, el sonido del Internet, los nuevos pesos… y la lista parece interminable.
Pero si hay algo que caracterizó a esta década fue su música, pues los discos noventeros, sobre todo los que salieron en el 1991, son tan complejos y enriquecedores, que sus huellas aún se ven plasmadas en la industria y en todo lo que hacemos.
Mientras en Seattle se estaba cocinando el grunge como una respuesta áspera e iracunda al glam rock, en el Reino Unido aparecía el britpop con sonidos mucho más brillantes y apetecibles. Esto y más estalló durante 1991. En un lapso de tres meses se lanzaron álbumes que seguimos considerando clásicos y que aún nos vuelan la cabeza.
Para algunas bandas fue reinvención, para otras fue el origen, y para la música fue un honor. Acá te hacemos el recuento cronológico de los discos de 1991 que en tan sólo tres meses marcaron a la música y los fans para siempre.
‘The Black Album’ de Metallica
12 agosto
Metallica inició los noventas con un nuevo productor, Bob Rock, quien era conocido por sus trabajos con Bon Jovi y Mötley Crüe. Eso no resonó bien con los fans que empezaron a llamarlos “vendidos”. Con gran influencia de AC/DC, ellos sabían que eran canciones más digeribles, incluso se cuestionaban la incursión de una balada como “Nothing Else Matters”, pues era una señal de una supuesta “debilidad”.
Sin embargo, ignoraron estas dudas y las críticas hacia su nuevo productor, y nos regalaron algunos de los himnos del metal más emblemáticos de la década, así como uno de los discos más exitosos de su género.
‘Leisure’ de Blur
26 agosto
Así fue como Damon Albarn y compañía se presentaron al mundo. Aún cuando no se cocinaba por completo todo lo que Blur tenía para ofrecer, nos dio brillantes señales de su genialidad y gran habilidad de hacer coros y melodías que se filtran en tu mente para jamás salir.
Escuchar “There’s No Other Way” es adentrarte a la estética noventera y sentir que la década te respira en la nuca. Un disco de 1991 marcado por sus grandes influencias de la riquísima escena de Manchester y el shoegaze, y que sentó las bases para el Parklife y el movimiento britpop.
‘Ten’ de Pearl Jam
27 agosto
Antes de Ten, nadie había escuchado una voz como la de Eddie Vedder. Su voz y sus letras deslumbraron a Stone Gossard, Jeff Ament y Mike McCready cuando Vedder regresó sus demos desde California, después de una sesión de surf. Así fue como cobraron vida historias trágicas como el suicidio de un niño en clase, una chica recluida en una institución de salud mental, una conversación honesta con un padre fallecido, un vagabundo que está enloqueciendo y una “mini ópera” que describe a un asesino serial.
Considerado uno de los mejores discos debut de la historia, Ten se caracteriza del resto del grunge por tener tintes de rock clásico, algo evidente en los riffs de McCready influenciados por Hendrix y Stevie Ray Vaughan. Esto marcó el inicio de un camino que se ha enriquecido del gran vínculo que los miembros de la banda forjaron entre ellos con los años. Sabían que sólo ellos podían salvarse protegiéndose entre sí. Se negaron a morir, aguantaron las tragedias y, contra todo pronóstico, siguen vivos, tal y como lo predijo el primer sencillo de este álbum.
‘Use Your Illusion I & II’ de Guns N’ Roses
17 septiembre
¿Cómo superas a uno de los discos debuts más grandes de toda la historia? Guns N’ Roses sabía que no podían mejorar lo hecho en Appetite for Destruction, así que decidieron tomar otro rumbo. Con sesiones de composición en tiempo récord lograron tener alrededor de 36 canciones; la inspiración estaba fluyendo y la banda estaba en su punto creativo más alto.
Al momento de entrar al estudio, Slash e Izzy empezaron a perder la paciencia con el perfeccionismo de Axl, siendo “November Rain” el gran dolor de cabeza. La banda no la consideraba como una canción característica de su sonido, según confesó Duff McKagan a Classic Rock, pero los fans tuvieron la última palabra.
Esta fue la primera vez que una banda lanzó dos discos distintos el mismo día, y si bien se vendieron por separado, siempre se les consideró como un mismo compilado que hasta la fecha sigue siendo idolatrado.
‘Screamadelica’ de Primal Scream
23 septiembre
Bobby Gillespie es un fiel creyente de que el rock ’n’ roll debe bailarse y Screamadelica es la prueba de ello. Con influencias poperas de los setentas, y mucho speed y ecstasy, Screamadelica es una mezcla perfecta de música dance y rock, no de sus ideologías o lo que representaban, sino de lo que te hacían sentir.
Considerado uno de los mejores discos de 1991, y por muchos, entre los mejores de la historia trascendiendo el tiempo e influencias.
‘Trompe Le Monde’ de Pixies
23 septiembre
El disco previo a su separación en 1993 y el último en el que aparece Kim Deal, quien ya se había dado su escapada con The Breeders. Trompe Le Monde salió justo un día antes que el Nevermind de Nirvana como un guiño de que la música alternativa que estaba viendo la luz no hubiera sido posible sin la influencia de Pixies.
Ya se notaba la mala relación entre Black Francis y Kim Deal, pero también nos dio un álbum lleno de riffs distorsionados y cambios de ritmo. Este álbum le puso cierre a una época para así convertirse en una banda de culto.
‘Nevermind’ de Nirvana
24 septiembre
Cuando Nevermind se volvió disco de oro, Nirvana aún tocaba en lugares con 800 personas; seguían saliendo de gira en una van cuando se convirtió en platino. Así lo confesó Dave Grohl a SPIN, quien en el momento en que lanzaron el disco aún vivía en un cuarto trasero en la casa de un amigo, mientras Kurt Cobain seguía viviendo en el piso de la casa de su novia. El resto es historia, pues el álbum llegó al #1 de Billboard desplazando a Michael Jackson.
La vida de Cobain, Novoselic y Grohl cambió rápida y drásticamente, al igual que la de muchos fans que se sintieron identificados. Su influencia fue más allá de Seattle o de la Generación X. Un disco que fue punta de lanza de un movimiento que sigue conectando con generaciones gracias a su sonido crudo y su honestidad sin poses.
La ira mutó en riff y la figura del rockstar se tiñó de dolor. El glam rock se hincó en señal de rendición para salir por la parte trasera de la industria. Lo que sea que digamos de Nevermind, siempre será poco.
‘Blood Sugar Sex Magik’ de Red Hot Chili Peppers
24 septiembre
Este disco de 1991 fue el inicio de una larga y fructífera historia entre Rick Rubin y los Red Hot Chili Peppers. El productor les dio la libertad de jugar más con la melodía y dejar poco a poco los riffs metaleros. El mundo se dio una idea del verdadero potencial de John Frusciante desde los primeros acordes de “Under The Bridge”
Fue tan grande el impacto, que el guitarrista dejó a los Peppers poco tiempo después, marcando el inicio de una relación inestable pero muy emotiva entre Frusciante y el resto de la banda.
Un disco que definió el sonido característico de los Peppers al encontrar nuevas formas de expresar su groove, y también marcó pauta en lo que a música alternativa se refiere, inspirando a nuevas generaciones de funk metal y derivando en subgéneros como el nü metal.
‘Badmotorfinger’ de Soundgarden
8 octubre
Este es, por mucho, el más pesado y oscuro de los álbumes grunge que golpearon la música ese año, pues además de contar con la inigualable voz y letras de Chris Cornell, también desafiaba al todopoderoso MTV que prohibió su video “Jesus Christ Pose”, ganándose la etiqueta de anticristianos en algunos lugares.
Tal vez no fue su mayor éxito, pero para muchos es el Soundgarden más auténtico y crudo, mientras que para otros este es su mejor disco. Este álbum significó la despedida de Soundgarden de la escena underground de Seattle, en donde ya eran considerados voces de autoridad con una gran credibilidad y dos discos bajo el brazo.
También fue la bienvenida a Ben Shepherd tras la partida del bajista fundador Hiro Yamamoto. Sin duda, fue una gran carta de presentación al mundo que sentaría las bases de lo que fue el aclamadísimo Superunknown.
‘Achtung Baby’ de U2
18 noviembre
Antes de que el Kid A de Radiohead fuera referencia de reinvención en una banda, estuvo en su lugar Achtung Baby. Si bien actualmente U2 no es sinónimo de innovación musical, en los 90 experimentaron con su estilo como nadie. Este disco de 1991 fue la piedra angular de esa evolución.
No había nada que se escuchara como U2: crearon sus propias reglas y se volvieron provocadores por excelencia; la guitarra de The Edge agarró tintes aún más icónicos y sus conciertos se volvieron legendarios. Bono se convirtió en el rockstar vivo de la década.
Ellos habían pasado de la ola del post punk al rock clásico y venían de un estilo americana; ya tenían bien cimentado su lugar en la industria y el reconocimiento de los fans, pero rápidamente entendieron que la evolución hacia lo alternativo los haría leyendas y fue así como en ese periodo se convirtieron en la banda más grande del mundo.