Lo que necesitas saber:
Sin duda, Ringo Starr es uno de los bateristas más infravalorados de la historia y acá repasamos 10 rolas que demuestran que es un crack.
Sin duda, The Beatles es la banda más famosa de todos los tiempos. Lo que hicieron durante casi diez años juntos cambió la historia de la música popular y aunque han pasado más de cinco décadas desde que se separaron, el mundo sigue y seguirá apreciando sus canciones. Claro que muchos reconocen lo que hicieron John Lennon y Paul McCartney en la agrupación, en segundo plano el trabajo de George Harrison y hasta el final los aportes de Ringo Starr.
Durante años se ha hablando de todo lo que el baterista le dio al sonido de los Fab Four. Si bien, Ringo no era el bataco más virtuoso o que destacara por hacer solos, tenía un montón de virtudes que hicieron que las rolas de la banda sobresalieran y sobre todo, hizo muchas cosas detrás del bombo que a simple escucha podrían pasar desapercibidas, pero innovaron por completo este instrumento.
Ringo Starr es un genio de la batería y estas rolas lo demuestran
Más allá de componer temas para The Beatles (que sí escribió algunas), Ringo Starr estaba ahí para aterrizar y hacer realidad las locas ideas que tenían John, Paul y George. Tal como lo describió el mismísimo George Martin, el productor considerado como el quinto Beatle, él “entendía a la perfección el sentimiento que merecía cada canción y siempre nos ayudó a alcanzar el tempo correcto (…) era muy sólido”.
Y es que era su acople a las melodías, sus arreglos esenciales y su control perfecto de los tiempos, lo que lo hace un crack de la batería. Muchos expertos y grandes batacos como Stewart Copeland, Dave Grohl, Taylor Hawkins, Chad Smith, Tré Cool, Questlove y más, coinciden en que Ringo fue una verdadera inspiración, un músico que influyó a todas las generaciones y que creó un estilo que muchas veces tienen qué intentar imitar para completar una canción.
Pero si ustedes son de los que todavía no creen en su genialidad, acá les contaremos sobre 10 rolas que demuestran que Ringo Starr era necesario dentro de los Fab Four.
“She Loves You”
Lanzada en agosto de 1963 y en pleno ascenso de la Beatlemanía, “She Loves You” de The Beatles llegó para romperla en las listas británicas. Y es que se entiende por qué alcanzó el primer lugar, pues su sonido es sumamente contagioso y la letra (con esos “yeah yeah yeah”) se te queda de inmediato en la cabeza.
Pero detrás de las guitarras y bajo, Ringo Starr creó una base rítmica única, pues a diferencia de todas las canciones de la época, la rola inicia con un redoble de toms que más tarde se convierte en un ritmo constante y bien marcado durante el verso y el coro. Aunque aquí también podemos escuchar algo que Ringo hacía mucho, tocar los contratiempos entreabiertos, una técnica que se convirtió en su sello en los primeros años de la banda.
“I Feel Fine”
Por si no fuera suficiente la innovación que hizo John Lennon en “I Feel Fine”, con esa retroalimentación de sonido que se escucha en el intro y que accidentalmente generó cuando se acercó con su guitarra al amplificador, Ringo Starr agregó un sonido hipnótico a esta rola que nunca antes había sonado en los sencillos de The Beatles.
Aunque Paul McCartney ha dicho que se inspiraron en la batería de “What’d I Say” de Ray Charles, la cual está influenciada en el R&B, Ringo tocó una base inspirada en los ritmos latinos donde predominan los golpes de platillo, el tom de aire y la caja de la tarola, un recurso que no utilizaban otros artistas de pop o rock, y que hizo que atrapara a quienes la escuchaban. Una prueba más de que era un verdadero genio y sabía lo que necesitaba la canción.
“Ticket to Ride”
Para 1965, el mundo conocía a la perfección el nombre de The Beatles y en aquel año lanzaron uno de sus discos más famosos, Help!. Dentro del tracklist del álbum vienen temas que se convirtieron en clásicos, como la rola homónima, “Yesterday” y “I’ve Just Seen a Face”, pero hubo una en particular que llamó la atención por completo y que sobresalió del resto: “Ticket to Ride”.
Puede que esta canción suene bastante sencilla, pues durante gran parte de los más de tres minutos que dura esta rola, Ringo Starr simplemente toca un patrón inusual de batería donde golpea ligeramente los toms y la tarola (y solamente cambia de manera sutil en un par de momentos).
Pero esta es otra prueba de que en la música como en otros aspectos, menos es más. Ringo le puso el ritmo que era necesario y listo, no había que llenar esta canción de adornos para convertirla en un hitazo.
“Rain”
Ahora es momento de hablar de “Rain”, un lado B un tanto infravalorado, como el trabajo de Ringo Starr. En 1966, The Beatles lanzan esta rola dentro del sencillo de “Paperback Writter” y sin duda destacó por completo, quizá aún más que la canción principal. Y es que todo alrededor de esta rola es sumamente inusual, no suena a nada de lo que había presentado previamente The Beatles y uno de sus elementos más fascinantes es la bataca, que innovó por completo en cuanto a técnica.
A pesar de que para muchos, tiene un ritmo muy similar a “She Said She Said”, que meses más tarde aparecería en Revolver, en esta rareza de los Fab Four podemos apreciar en su máxima expresión la destreza del buen Ringo. No exageramos cuando decimos que en la canción toca prácticamente todas las partes de su batería, moviéndose de un lado a otro a su propio ritmo.
Esta es una de las interpretaciones que muchos –incluido el propio Starr– consideran como la mejor de su carrera con la banda de Liverpool, y la verdad es que se entiende por qué. Simplemente escúchenla y lo comprobarán.
“Tomorrow Never Knows”
Por supuesto que una de las canciones más experimentales en la historia de The Beatles tenía qué contar con un ritmo de batería un tanto essstraño. El Revolver cierra con “Tomorrow Never Knows”, un collage musical ideado por John Lennon donde simplemente incluyó todo lo que se le venía a la cabeza, como guitarras tocadas al revés, efectos vocales e instrumentos musicales orientales como el sitar (que como dato curioso, fue la primera canción en la historia en incluir loops de sonido).
En esta caótica rola donde suenan un montón de cosas alrededor, Ringo Starr toca una base rítmica donde suena constantemente un platillo acompañado del bombo y unos cuantos golpes de tom y tarola. Este ritmo hipnótico le dio ese toque que necesitaba el tema (que ahora conocemos como psicodelia) y que aportó algo que jamás se había escuchado antes en cualquier canción de música popular o en general.
“A Day in the Life”
En 1967, The Beatles lanzó el disco que para la gran mayoría es su obra maestra, Sgt. Pepper’s Lonely Heat’s Club Band. Aunque el álbum terminaba con la rola homónima tocada más rápido, decidieron darle un cierre épico a esta placa con un tema que dejó a muchos con la boca abierta: “A Day in the Life”.
Esta fue una canción en donde John Lennon y Paul McCartney mezclaron un par de rolas que no habían terminado, pero la tarea de juntarlas no era sencilla, pues estaban en tonalidades y tempos distintos. Y fue ahí donde entró Ringo Starr a salvar el día.
Gracias a al gran manejo de Ringo en los tiempos (pues muchos lo consideraban un metrónomo humano), las figuras que creó con el tom (sencillas pero muy creativas e inesperadas) y la orquesta hicieron que ambas partes que parecían no tener relación, se combinaran para regalarnos no solo una de las mejores canciones de los Fab Four, sino de la historia de la música.
“Hello, Goodbye”
Vamos con otro clásico de The Beatles, ni más ni menos que “Hello, Goodbye“, sencillo que incluyeron en Magical Mystery Tour. Este rolón representa el lado pop de la psicodelia que John, Paul, George y Ringo representaban en 1967, y por supuesto que es característica de esta etapa de la banda.
Una letra ambigua llena de contradicciones, guitarras juguetonas, una sección de violas y una línea de bajo exquisita dan como resulta esta gran canción, pero la batería tampoco se quedó atrás.
Para este tema, Ringo Starr aporta una base sumamente colorida que va avanzando constantemente y en la que sobresalen los arreglos que metió justo en los descansos de las violas, pues son excepcionales. Realmente lo que hizo detrás del bombo le da vida a esta melodía y una muestra de lo importante que era que él en específico tocara la bataca.
“Come Together”
El último álbum grabado por The Beatles, Abbey Road, tiene algunos de los mejores momentos de Ringo Starr en la batería. Este discazo abre con ni más ni menos que “Come Together”, y en primera instancia escuchamos esa peculiar figura de bombo, contatiempos y toms, que suena durante gran parte de la canción ,y acompaña a la perfección la oscura y misteriosa línea de bajo de Paul McCartney.
Aquí no hay mucho qué decir, Ringo demostró una vez más lo innovador que es y que con arreglos sencillos combinados con elegancia y a la perfección, se puede crear una base alucinante. Además, como diría Dave Grohl: “si eres baterista, puedes tocar esto (refiriéndose al tom de piso) y hacer que la gente baile, eres imprsionante”, y eso es justo lo que representa Starr para muchos en la bataca.
“Something”
Justo después de “Come Together”, viene una de las canciones más emblemáticas de George Harrison, claro que hablamos de “Something”. Este sin duda es uno de los mejores temas de amor de la historia, pues todo suena como cuando estás enamorado y ves las cosas de color rosa. Sin embargo, detrás de ese dulce sonido, se encuentra una de las interpretaciones de batería más increíbles por parte de Ringo Starr.
A primera escucha podría parecer muy simple lo que toca, pero si ponemos atención justo cuando entra el puente, Ringo aumenta el nivel de la rola con una. figura que pone a prueba las habilidades de cualquiera y si quieren apreciarla como se debe, les recomendamos darle play a la pista aislada de la batería, que es una verdadera delicia y con la que confirmarán que Starr se rifa como los grandes en este rolón.
“The End”
Por último pero no menos importante, teníamos que poner la canción que cierra el maravilloso Abbey Road y en general, la última rola que grabó The Beatles como banda. “The End” es el final del medley iniciado con “Golden Slumbers” y “Carry That Weight”, y vaya que termina en lo más alto, con tres solos de guitarra épicos tocados por Paul McCartney, George Harrison y John Lennon respectivamente, así como con una de las frases más bellas en toda la discografía de los Fab Four: “And in the end, the love you take is equal to the love you make”.
Sin embargo, ellos no fueron los únicos que brillaron por su cuenta. A Ringo Starr no le gustaban los solos de batería (y la verdad es que no necesitaba tocarlos), pero luego de que sus compañeros insistieran, improvisó el único solo de su carrera con la agrupación de Liverpool y vaya que se lució, porque fiel a su estilo, hizo algo sutil pero sumamente fino y poderoso.
Esta es una parte donde podemos escuchar en todo su esplendor a uno de los mejores bateristas de todos los tiempos, de los más innovadores, carismáticos y creativos que se hayan visto.