En un caso singular de esos que pertenecen a las fantasías animadas de ayer y hoy, un turista bastante desafortunado quedó atrapado debajo de una inmensa campana de varias toneladas que le cayó encima durante una visita a un templo budista, en China.
“Pónte debajo de la gran campana, decían. Será una buena idea, decían”. Las vacaciones de Lin Wang, el turista en cuestión, se volvieron agrias cuando éste quedó atrapado debajo de una inmensa y antigua campana que los bomberos que acudieron a su auxilio intentaron levantar durante dos horas antes de ser liberarlo.
Sopresivamente, el señor Wang resultó ileso del incidente. Sin embargo, los reportes indican que los otros turistas que visitaban el templo budista jugueteaban con la campana, causando que las cuerdas que la sostenían no aguantaran más la presión y cedieran, dejándola caer.
Según un portavoz del templo, la campana nunca debió haber sido objeto del manoseo de los turistas pues ésta es un objeto de contemplación y respeto, amén de su antigüedad e importancia histórica. “Las campanas están para tocarse,” justificó el Wang una vez que lo liberaron “Los encargados del templo deberían asegurarse que sus instalaciones sean seguras para los visitantes,” agregó.
Los bomberos que levantaron la pesada y antigua campana mediante el uso de poleas y un montacargas, comentaron que Wang fue muy afortunado al no recibir ni un sólo rasguño por el incidente.