Cuatro jóvenes fueron multados en Lucena, municipio de la provincia española de Córdoba, por comer pizza y tomar refresco en la calle.
¿ehhhh?
En México estamos acostumbrados a leyes absurdas, pero esto que ocurrió hace un par de días rebasa nuestro entendimiento.
Resulta que la legislación andaluza prohibe reunirse en la calle para beber… el problema es que en la redacción de dicha ley no se especifica qué tipos de bebidas son las que no están permitidas, por lo que estos jóvenes fueron multados cuando se encontraban comiendo pizza y tomando refresco “pa’ que resbale mejor”.
Aunque se supone que el espíritu de esta ley es evitar el consumo de alcohol en vía pública, la ambigüedad en el texto hizo que unos policías se ensañaran con estos chavos. Uno de ellos es Kako Espejo, quien relató lo ocurrido:
“Habíamos terminado de cenar y teníamos los refrescos, cerrados, en el suelo. Pasó la policía de patrulla, se ve que estaban haciendo la ronda. Se pararon y se quedaron mirando un rato. Siguieron y volvieron a detenerse. Y luego cada uno vino por un lado, como si fuéramos a salir corriendo. Y nosotros, tranquilos porque pensábamos que no estábamos haciendo nada ilegal”.
Después les pidieron sus documentos y les dejaron ir una multa de 300 euros por cabeza.
Obviamente esto les pareció una injusticia y manifestaron su enojo en Facebook:
Para fliparlo. Anoche a las 1 de la madrugada más o menos, dos parejas nos sentamos en una plaza de Lucena con unos pan…
Posted by Laura Espejo Armero on Lunes, 27 de julio de 2015
Todo esto comenzó a volverse viral en España. Al ser interrogado sobre lo ocurrido, el edil de seguridad ciudadana de Lucena señaló que la policía únicamente actuó conforme a la legislación autonómica vigente en materia de actividades de ocio en los espacios abiertos de Andalucía:
“En Lucena hay una zona estipulada para el consumo de bebidas (hay un botellódromo en la ciudad). Pero en este caso los jóvenes defienden que no estaban bebiendo alcohol, sino refrescos. La ley no especifica el tipo de bebida”.
Dicho en otras palabras, a las autoridades de por allá les da igual si estás tomando Bacardi Añejo o agua de melón.
“Sinceramente, lo pienso seguir haciendo. Aunque si me multan por tomar una coca cola con mi pareja en la plaza la próxima vez sería reincidente y la cuantía de la multa iría a más”
… dijo el pobre Kako, quien también cuestiona qué pasaría si en lugar de jóvenes, los que tomaban refresco en vía pública hubiera sido un grupo de ancianos.
Ahora estos muchachos esperan que la viralización de su historia sirva para que les retiren la multa, y se eviten casos similares. De hecho, hace más o menos un año ocho jóvenes en Málaga también fueron multados por tomar refresco sin alcohol mientras jugaban parchís (el juego de mesa, no el juego de manos).
Pues qué les decimos…
