En una de esas notas tragicómicas que sólo la sociedad contemporánea puede ofrecer, un joven ruso de unos 30 años mantuvo secuestradas a cuatro personas en el campus de una universidad para demandar ni más ni menos que una pizza acompañada de un Sprite a cambio de su libertad.
En ocasiones un hombre hará lo que sea por obtener un buen pedazo de pizza; sin embargo, el joven protagonista de esta historia se pasó de la raya al tomar cuatro rehenes y amenazar a la policía local con una pistola y varios kilos de explosivos que tenía en su poder. Según las autoridades, lo único que quería este joven era una comida alta en azúcar y carbohidratos.
El incidente sucedió hace unas horas en la ciudad de Astrakhan, a unos 1,500 kilómetros de Moscú. Después de varias horas de negociaciones y el cumplimiento de las demandas del secuestrador, se logró rescatar a dos estudiantes, un maestro y un guardia de la universidad que este fanático de la gastronomía chatarra tenía en contra de su voluntad. Posteriormente, la policía procedió a arrestar al hombre sin mayor contratiempo.
Después de la detención, uno de los rehenes liberados confesó que su secuestrador llevaba una pistola pero que no estaba seguro si ésta era real. Además, añadió, los supuestos explosivos con los que cargaba el hombre jamás fueron vistos por ninguno de los secuestrados.
Esperemos que la pizza que le entregaron haya estado muy buena pues este hombre pasará un buen rato en una cárcel rusa donde seguramente no se incluye este popular platillo en su menú.