¿A poco no les dan ganas de morderles  sus cachetitos a los legisladores?, ¿quién no ha querido darle una lamidita al bigotito de Emilio Gamboa?, ¿cuántos no quisieran aventarse un postrecito con un senador?

Pues parece que no muchos: “¡Qué pin%&/e asco!”, “ya se me fue el hambre”, “mejor que repartan papel higiénico con sus rostros impresos para limpiarme el…”, “la gelatina trae una rata”, y demás expresiones pueden leerse entre quienes han tenido a bien compartir imágenes de sabrosas gelatinas que, para hacerse más apetitosas, fueron decoradas con el amable rostro de cada uno de los senadores.

Pero, como cuando uno ya tiene hambre se atreve a comer cualquier cosa… o por si a alguien sí se le antojó echarse una sin cuajar, lamentablemente no podrán adquirirlas en ningún lugar de alta repostería, ya que las gelatinas que ven en fotografía fueron especialmente mandadas a hacer por una senadora del Partido del Trabajo (PT), que algo querrá… ya que sólo las repartió entre los integrantes de la bancada del PRI.

Según reporte Reforma cada uno de los postrecitos tuvo un costo de 200 pesos, salidos del bolsillo (que ya sabemos de dónde se llenó) de la petista Martha Palafox. Cada una de las gelatinas fue acompañada con una coquetona tarjeta  en la que la legisladora manda (su CV y una petición de chamba) sus buenos deseos para esta temporada navideña.

No es la primera vez que se le busca espantar el apetito a los legisladores. Hace dos años, los coordinadores de las bancadas del PRI, PAN y PRD tuvieron la fantástica idea de repartir cajas con chocolatitos… que a primera vista sí se antojaban, pero ya viéndolos con detenimiento, uno se daba cuenta que cada pieza traía la jeta de alguno de ellos. El entonces presidente del Senado. Miguel Barbosa, aseguró que el gasto de tan inapetente regalo saldría de los bolsillos de los coordinadores. Y bueno, así se las gastan…

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