O también podríamos pensar que se trata de un güey que, nomás para cotorrear, consiguió 8 cajas del costoso teléfono y las puso junto a su fiel compañero. Pero no: Wang Sicong, nombre del despilfarrador sujeto, ya ha dado muestra de su calidad de verdadero “mirrey”. Él no se va a hundir lanchitas a Valle de Bravo. Sí se trata de ganarse el desprecio (o admiración) de la clase trabajadora, él sabe cómo hacerlo:
Además de tener el antecedente de haber comprado dos Apple Watch de oro para su perro Coco, el hijo del magnate chino, Wang Jailin, presume en su histórico de vida de “Pirrurris” gastar 385 mil dólares en una sola noche.
Puede comprar lo que sea… pero la mirada de su perro es muestra de que el dinero no compra la felicidad. Sí, claro.